Carta del Editor MH, 10/2/2024
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Mientras el fiscal general -García Ortiz, de Sánchez, ¿de quién depende la Fiscalía?- se desinfla -doce fiscales del Tribunal Supremo le desautorizan, a él y a Sánchez– el campo español se infla, se le inflan las narices, se organiza en redes sociales y llena España de tractores, sin querer saber nada de los sindicatos oficiales, los del Gobierno sociocomunista actual.
La burocracia asfixia, y nunca se cansa de apretar el cuello. Está en su naturaleza. Ahora la que está acogotando es la conocida como Política Agraria Común (PAC), con su asfixia burocrática y medioambiental. La ira de los agricultores es comprensible. Lo que extraña es que haya tardado tanto en producirse. Y lo hace mediante iniciativas particulares (más democrático, imposible), al margen de las organizaciones oficiales agrarias. Pedir justicia para el campo y los campesinos que agonizan es lo menos que se debe hacer. No habrá Justicia si no se empieza a terminar con la ideologización de las políticas agrarias (y no solo de las políticas agrarias). “Recordar que coméis gracias a nosotros”, claman los agricultores. Y es verdad.
No habrá Justicia si no se empieza a terminar con la ideologización de las políticas agrarias (y no solo de las políticas agrarias)
También explota la amnistía sanchesca -la de Pedro Sánchez, no la de Sancho Panza, que era un gobernante bastante más sólido y fiable -como demostró gobernando la ínsula Barataria- que nuestro actual presidente, gobernando España y consiguiendo crispar a todas las instituciones españolas. A corto plazo es posible que Sánchez consiga su objetivo de mantenerse en el poder, pero a medio y largo plazo el daño institucional a España y a los españoles va a ser enorme y duradero. Comparar a un jugador de ajedrez con Sánchez -como hace Cuartango en ABC- es acertado: el ajedrecista siempre piensa que va ganando, hasta que se da cuenta de repente que va a perder la partida.
Un dato más, generador de más ira y más confusión: el hecho -dantesco y orweliano- de que las facturas de las empresas a sus clientes convierta a los ciudadanos en confidentes de Hacienda. “Hay que incentivar al consumidor final para que solicite los comprobantes”, recoge la nueva normativa fiscal, la de Hacienda, el brazo armado moderno del Gran Hermano, que todo lo ve y todo lo controla.
A corto plazo es posible que Sánchez consiga su objetivo de mantenerse en el poder, pero a medio y largo plazo el daño institucional a España y a los españoles va a ser enorme y duradero
Afortunadamente Sánchez no puede hacer todo lo que quiere en un país democrático como España, que es miembro de la Unión Europea – que es, o debería ser, “un solo país compuesto de varias naciones” como quería Voltaire- con sus leyes, que tienen rango superior a las de cada uno de sus 27 países miembros. Y que tiene que aportar a España un dinero que Sánchez necesita para mantenerse en el poder y pagar a la inmensa cantidad de empleados públicos que va creando y cuya colocación permite su mantenimiento en el poder y, también y no menos importante, disimular/falsear las estadísticas de paro en nuestro país (y las de Melilla muy especialmente).
Otros temas
Además de la política existen otros temas en el mundo. Por ejemplo, el periodista Carlos Herrera ha iniciado la carrera para presidir la Federación Española de Fútbol. Su intención ha sido portada en los periódicos afines e ignorada en otros, como el diario deportivo AS, del grupo Prisa. La Federación Española de Fútbol es un fangal que maneja millones de euros. El cambio es imprescindible y Carlos Herrera sería un cambio, sin duda. Espero que gane, a pesar del Barća.
Observen que cada vez se ve menos veces juntos al rey, Felipe VI, y a la reina, Letizia. Creo que puede tener mucha más importancia de lo que parece
Otro ejemplo: el Tomo II de mi libro sobre la historia moderna de Melilla -los años 1999 hasta 2004, en este tomo- ya está muy avanzado y esperamos poder presentarlo coincidiendo con el 39º aniversario del nacimiento de nuestro periódico, el 21 de abril. Trabajando sobre el segundo tomo de “Melilla, España, en peligro” redescubro cosas hoy olvidadas, que cambiaron el rumbo de nuestra ciudad. Por ejemplo: ¿alguien recuerda un partido político que se llamó “Bloque Local Melillense”, que se creó a principio del año 2000 para luchar electoralmente contra el PP y la Unión del Pueblo Melillense (UPM) de Juan José Imbroda?
Y una posdata: Observen que cada vez se ve menos veces juntos al rey, Felipe VI, y a la reina, Letizia. Creo que puede tener mucha más importancia de lo que parece.
