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Elecciones y de Ucrania a Melilla

Resultado de las importantes elecciones para la presidencia del PP melillense: ha ganado, muy holgadamente, Juanjo Imbroda, como era de esperar, teniendo en cuenta todos los elementos y circunstancias que entraban en liza. Incluso se puede concluir que esta pugna interna ha fortalecido a Juanjo, si es que Melilla estaba inmersa, como muchos creían, en un gran deseo de cambio en el PP que pasaba por la defenestración de Imbroda, vía su retirada o lo que fuera. Ni se retira, ni le retiran, sino todo lo contrario. Los militantes y Javier Lence han afianzado su liderazgo en el partido, eso es un hecho que se puede explicar de muchas maneras, pero que no deja de ser un hecho muy concluyente.


Los partidos políticos son un medio, no un fin. Lo importante para todo partido es poder gobernar, para lo que hay que ganar u obtener un buen resultado en las elecciones. En el ámbito nacional, nueva encuesta de la prestigiada GAD3 para ABC: el PP consolida su primera posición a 8,2 puntos del PSOE y podría gobernar con el apoyo de Vox, que bajaría de 52 a 38-40 escaños. En Melilla -cambiando PSOE por CpM- no creo que haya, al día de hoy, muchas diferencias: el PP no lograría la mayoría absoluta, pero podría gobernar con el apoyo de Vox… o de CpM, o del PSOE. De lo que hagan los distintos partidos en los próximos meses, de sus listas, de sus relaciones con los medios de comunicación dependerá muy mucho el resultado electoral del próximo mayo.

Relaciones con Marruecos
La aduana comercial con Marruecos de Ceuta y Melilla sigue sin concretarse, cinco meses después de la visita de Sánchez a Rabat. Sigue sin haber noticias sobre la apertura de la aduana comercial de Melilla y la creación en Ceuta de una aduana comercial. Marruecos, como era de esperar para los que tienen una mínima memoria histórica no partidista, sigue dando largas.


Nuestra delegada del Gobierno, Sabrina Moh, siempre tan clara y directa, insiste en que la aduana de Melilla se abrirá “cuando se pueda”, una concreción que -dicho sea con toda ironía- ha desatado la euforia de los comerciantes melillenses. Por supuesto, nada claro se espera de la cumbre España-Marruecos que se debería celebrar antes de final de año conforme a lo (presuntamente) pactado entre Mohamed VI y Sánchez (con Pinocho como nombre usual y Antonio como nombre sustituto, no caigo en este momento con el nombre de pila -supongo- de nuestro presidente). La discreción -esa palabra tan mal utilizada por nuestros políticos- es la norma, lo políticamente correcto, lo obligado, en las relaciones de presunto alto nivel con nuestro vecino Marruecos.


Mientras, en el mundo ocurren cosas, por ejemplo, una decena de oligarcas rusos han muerto desde el comienzo de la guerra en Ucrania (ABC, pág 23, el día 2/9); la mayoría ligados a empresas de gas y petróleo rusos. “Una guerra que Putin debe perder”, que ya ha perdido -tras fracasar su propósito de controlar Ucrania con una guerra relámpago- y que ahora empieza a perder militar y territorialmente, según las últimas noticias conocidas. Una oposición interna contra Putin que crece y cada vez se manifiesta más claramente, una gran novedad en Rusia. Cambia, todo cambia y lo que queda es andar, haciendo camino.


Sin llegar a la crueldad ni a la violencia de lo de la invasión rusa de Ucrania, yo observo un paralelismo -incruento, eso sí- entre el acoso permanente y creciente de un país de régimen autoritario, escasamente democrático, como Marruecos, contra un país de la Comunidad Europea, España, y sus dos ciudades del continente africano, Melilla y Ceuta. No es una invasión de tropas armadas, sí de emigrantes. No es un bombardeo con fuego de las posiciones españolas de las dos ciudades, sí es un estrangulamiento económico, intentando la rendición y el exilio de los habitantes de Melilla y Ceuta. No es un intento de negociar entre dos países iguales, sino un intento de imponer los deseos de uno, precisamente el pobre y no democrático, al otro, precisamente el rico y democrático, aunque con un gobierno muy débil, cuyas flaquezas conoce y aprovecha Marruecos.
Creo que la Unión Europea, como ha hecho en Ucrania, debería intervenir -con ayudas distintas a las de Ucrania, por supuesto- en esta guerra silenciosa que Marruecos ha declarado a España y que tiene más importancia para Europa, para la democracia y la libertad de lo que, en una primera mirada distante, puede parecer. El beneficio, no solo económico, de dos ciudades europeas situadas como están Ceuta y Melilla puede, debe, sería enorme para la comunidad libre y democrática. Para ello, es evidente, el primer paso que hay que dar -diga o haga Marruecos lo que sea- es incorporarnos, hoy mejor que mañana, a la unión aduanera europea, o sea, que nuestras fronteras con Marruecos sean europeas, no una excepción que ningún país con orgullo toleraría.

Posdata
Maravilloso Carlos Alcaraz. “Si tuviéramos unos políticos con la mitad de nivel que los deportistas….”, escribe y se lamenta Eduardo Inda, tras la enorme victoria del joven murciano en el Abierto de Estados Unidos. Nos queda una semiIla de un pasado no tan lejano y se nota en lo que consiguen algunos deportistas españoles, como Nadal o Alcaraz, circunscribiéndonos al tenis.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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