(Captura del momento en el que una narcolancha embiste contra la patrullera de la Guardia Civil en el puerto de Barbate (Cádiz))
“Esto puede pasar”, avisa el secretario general del sindicato, Jesús Ruiz Barranco, que recuerda las “batallas campales” que han tenido que librar policías y guardias civiles con escasos medios con inmigrantes irregulares que saltan la valla
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Melilla ha advertido de que situaciones vividas como las del pasado fin de semana en el puerto de Barbate (Cádiz), donde una narcolancha embistió una patrullera de la Guardia Civil matando al instante a dos agentes del cuerpo e hiriendo a otros de gravedad, pueden suceder en la ciudad autónoma.
“Esto puede pasar”, ha afirmado en declaraciones al MELILLA HOY el secretario general del sindicato en Melilla, Jesús Ruiz Barranco, que recuerda las “batallas campales” que han tenido que librar policías y guardias civiles con exiguos medios materiales contra inmigrantes irregulares durante un salto a la valla.
“Todo puede pasar porque esto es imprevisible”, recalca. “El que cualquier grupo organizado en algún momento dado quiera trasladar o meter hachís de una forma irregular ya sea por mar o por la alambrada, pues puede darse una situación como esa (la de Barbate)”, afirma.
Y es que, tal y como explica, Melilla es una “ciudad de tránsito” en el tráfico de drogas hacia España e incluso Europa. “Estamos en frontera terrestre con Marruecos, y ese tránsito irregular ilegal se está dando todos los días” asegura, comentando las numerosas aprehensiones de droga que se llevan a cabo en la ciudad, especialmente de vehículos cargados de diversos estupefacientes que tratan de cruzar a la península.
“Melilla es una zona de contrabando ilegal de droga y de venta inclusive en la vía pública, pero es por esta relación que tenemos con Marruecos y con la zona donde se produce el hachís”, remarca.
Delincuentes que se resisten “con mucha violencia”
Para poder controlar a las bandas criminales del narcotráfico y evitar situaciones trágicas como la que sucedió el pasado fin de semana en la localidad andaluza, la solución que tiene Ruiz Barranco es la misma que señalan varias asociaciones de guardias civiles y sindicatos policiales: más y mejores medios para trabajar, tanto materiales como humanos, para combatir contra el narcotráfico, disponer de buenas informaciones, y que las condenas contra los criminales sean “duras”.
“Nos enfrentamos a gente que se resiste con mucha violencia”, asevera, dejando claro que en en la mayoría de esos casos los agentes sufren lesiones en acto de servicio.
Para estos casos Ruiz Barranco reclama penas “más equitativas al resultado de la detención y a las lesiones”. “Estas cosas se tienen que castigar y no que el detenido saliese de rositas y después se espere al juicio”, critica con dureza, preguntando quién paga a aquellos agentes que han sufrido lesiones por una intervención.
“Y tenemos que recurrir a denunciar al Estado para que sea el subsidiario de esta condena, que al final siempre ganamos en los juzgados porque el Estado no asume de principio el pago de la insolvencia punible de un delincuente que nos ha agredido en una intervención”, explica.
Zona de Especial Singularidad
El secretario general del SUP no ve con malos ojos que se declare a Melilla como Zona de Especial Singularidad al igual que Ceuta o el Campos de Gibraltar, tal y como reclaman otras asociaciones de guardias civiles o de policía nacional, por ser ésta una ciudad fronteriza con Marruecos y con un endémico problema de inmigración. Según él, con dicha denominación vendría aparejada con una mayor dotación de medios técnicos y humanos para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como retributivos para los agentes.
“Melilla es una ciudad fronteriza y, por eso, tiene una especial singularidad el trabajo que se hace aquí con una frontera terrestre que linda con Marruecos y en la que entran miles de personas y, entre ellos también, muchos delincuentes”, afirma.
