Algo así, algo milagroso, vamos a necesitar en España si, como todas las encuestas predicen, el resultado de las elecciones de hoy se parece mucho al del 20 de diciembre y, con los mismos actores principales en los partidos y las posturas ante los pactos ya anunciadas por todos ellos durante la campaña electoral, cualquier atisbo de gobernabilidad aparece como imposible.
Los tartesianos fueron, según muchos investigadores y como afirma Fernando Sanchez Dragó, la primera manifestación histórica de "lo español". Tarteso fue un reino fenicio de aproximadamente nueve milenios a.C., cuyo territorio coincidió, más o menos, con las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Uno de los mejores reyes de la dinastía mítica de Tarteso, quizás el mejor según el historiador Justino, fue Habidis, nacido de una unión incestuosa entre el rey Gárgoris y su hija. Gárgoris, con remordimientos, decidió deshacerse de Habidis y lo intentó por todos los métodos posibles. Como cuenta Fernando Sánchez Dragó en su extraordinario libro Gárgoris y Habidis: "Cuando aún repetía el eco el primer vagido de Habidis, Gárgoris lo echó al monte, para que las alimañas se cebaran con el niño, pero sucedió que se le acercaron mansamente y hasta le dieron leche. El rey hizo entonces ayunar a su jauría y, cuando ya los perros babeaban, les arrojó el cuerpo tierno de Habidis. Pero los lebreles, rodeándole, le halagaron. Seguros servidores se hicieron a la mar con el recién nacido y lo abandonaron a mucha distancia de la costa, pero las olas lo devolvieron y una cierva tuvo para él leche y premura de madre". Ante tal prodigio Gárgoris, como cuenta la fábula más antigua de Occidente, cambió de parecer, le nombró su sucesor y Habidis, sobreviviente de milagro, se convirtió en un modelo de monarca civilizador.
Algo así, algo milagroso, vamos a necesitar en España si, como todas las encuestas predicen, el resultado de las elecciones de hoy se parece mucho al del 20 de diciembre y, con los mismos actores principales en los partidos y las posturas ante los pactos ya anunciadas por todos ellos durante la campaña electoral, cualquier atisbo de gobernabilidad aparece como imposible.
El milagro quizás pueda ser que los partidos considerados como constitucionalistas, respetuosos con la Constitución española, sigan el ejemplo que el pasado martes proporcionó, en un teatro madrileño abarrotado, Cayetana Alvarez de Toledo, una mujer extraordinariamente valiosa y presidenta de la plataforma Libres e Iguales, que sigan su consejo de llegar a una gran coalición en torno "al consenso constitucionalista". Una Constitución, la de 1978, que debe ser defendida porque, como escribe Victoria Prego, "ella nos defiende a nosotros de las pulsaciones secesionistas, de las tentaciones totalitarias y de la imposición de los populismos". Es muy importante que hoy, día de votación, día muy importante para todos los españoles que, quieran o no, se verán afectados por el resultado de estas elecciones, todos tengamos en cuenta antes de votar las recomendaciones de Cayetana y los evidentes y graves peligros resaltados por Victoria. Es también muy necesario que el PSOE siga el consejo/orden que les ha proporcionado su ex líder Felipe González: jamás pactaremos con populistas separatistas, que no quieren unir, sino separar a España y a los españoles, como los de Podemos y sus teorías de España nación de naciones, más gasto público, más idea de que los españoles, o lo que quede de ellos, vamos a vivir del Estado, sin darse cuente de que lo único que ciertamente pasaría, porque es lo único que puede pasar, es que es el Estado el que vive y aspira a vivir a costa de los españoles.
Donde no se ha producido milagro alguno es en Gran Bretaña. David Cameron, su primer ministro, ha jugado, de nuevo, con fuego, y esta vez se ha quemado: Gran Bretaña, en contra de lo que auguraban las últimas encuestas, ha votado salir de Europa. El tremendo incendio no sólo ha terminado, merecidamente, con la vida política de Cameron, sino que ha hecho un daño inmenso a los europeos en general y a los británicos en particular, especialmente a los británicos más jóvenes, los que tienen futuro, que votaron masivamente a favor de la permanencia británica en la Unión Europea. Cuando, hace años, yo visitaba asiduamente Londres, los ingleses y sus visitantes me contaron a menudo eso tan conocido de que habiéndose producido una gran tormenta en el Canal de la Mancha que imposibilitaba la comunicación entre la isla inglesa y Europa, los diarios ingleses dieron la noticia con el siguiente titular: Europa queda aislada. Los ingleses más mayores siguen pensando lo mismo y, si Estados Unidos no viene otra vez a rescatarlos, lo van a pasar muy mal, ya sin colonias que les mantengan. Buen ejemplo, gran aviso, insisto, de lo que nos puede pasar, y nos pasaría, a nosotros, ciudadanos (que no gente) españoles, si hoy votamos con las entrañas y nos dejamos embaucar por los populistas-separatistas, en vez de votar con la razón y el sentido común, que pueden ser menos aparentemente brillantes, pero que son mucho más necesarios, especialmente en situaciones difíciles, como la de ahora.
Posdata: Un triple recuerdo, en defensa de la anhelada Justicia, a la fiscal Isabel López Martín. Primero: Un partido político local ya pidió el 22 de enero de este año al Fiscal General del Estado que se le abriera "expediente disciplinario a fin de depurar sus responsabilidades por las infracciones cometidas por la Fiscal Doña María Isabel López Martín", entre otras la de, según el escrito de los acusadores, el incumplimiento de lo que contempla el artículo 58 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal ( "Los miembros del Ministerio Fiscal no podrán ejercer sus cargos en las Fiscalías que comprendan dentro de su circunscripción territorial una población en la que su cónyuge ejerza una actividad industrial o mercantil que obstaculice el imparcial desempeño de su función"), que es lo que, según el partido político denunciante, ocurre en Melilla con el esposo de la fiscal jefe. Segundo: Un informe de unos reputados auditores, MGI, llegó a la conclusión de que el amigo de la fiscal, José Ignacio Suárez Ramos, es el responsable de que "existe un importe que asciende a 12.533 euros, que se corresponden con la compra de material deportivo que no ha sido ingresado en las cuentas del Club Campo de Golf de Melilla por parte del Gerente de la entidad, D. José Ignacio Suárez". La querella contra él sigue estancada, mientras que la que la fiscal inició "de oficio" contra nosotros, avanza a todo ritmo. Tercero: Persiste la incógnita de la razón por la que fue cesada como fiscal jefe de Melilla la brillante antecesora de la señora López Martín. Y un apunte final: "Podemos aseguró que en sus listas van jueces y guardias civiles con la consigna de meter en la cárcel a la gente del PP". No lo digo yo, lo escribió, literalmente, Arcadi Espada en el diario El Mundo, el pasado día 21.
