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“El cambio de categoría supone un grandísimo avance para el Aeropuerto de Melilla. Es un salto de gigantes”

Iván Grande ha desempeñado en los tres últimos años la Dirección del Aeropuerto de Melilla. Un trienio histórico, en el que ha acumulado dos premios ACI, un récord histórico de tráfico cuando cumplía medio siglo de vida y un prolongado cierre de vuelos comerciales por la pandemia, en la que el aeropuerto ha desempeñado un papel sanitario clave. MELILLA HOY habla con Grande de todo ello antes de su marcha tras ser designado director del aeropuerto de Bilbao.

– Después de tres años al frente del aeropuerto de Melilla, tiene que decir adiós a esta responsabilidad tras ser nombrado director de un gran aeropuerto como es el de Bilbao. A sus dos antecesores les ocurrió igual al ser destinados a Valencia y Sevilla. ¿Qué tiene el aeropuerto de Melilla que está siendo un trampolín en la red de Aena?
– Es normal que los directores vayan rotando, cubriendo etapas en las diferentes infraestructuras de la red de Aena. En este caso, ha coincidido, tal y como comentas, pero no es una fórmula fija. Sí es cierto que la idiosincrasia del Aeropuerto de Melilla permite adquirir una visión muy completa, que trasciende de la gestión puramente aeroportuaria. La infraestructura está destinada a vertebrar el territorio y, en el caso de Melilla, por su particularidad geográfica, une y contribuye a hacer país, lo que aconseja, aún más, trabajar conjuntamente con instituciones y organismos de la ciudad.
Su gestión requiere mantener y alimentar las relaciones con compañías aéreas, organismos turísticos e instituciones públicas para consolidar la fortaleza del servicio público. Pero, en definitiva, lo importante es nuestra red y el servicio que presta a la sociedad, que todos los aeropuertos de Aena encaran el futuro comprometidos con las personas, el medio ambiente, la innovación y la búsqueda permanente de la excelencia y la calidad del servicio, sea el director que sea.

– ¿Con qué momento se queda en este periodo que ha estado al frente del aeropuerto de Melilla? ¿Quizá lo que ha supuesto su cierre histórico a los vuelos comerciales debido a la pandemia?
– Son muchos, buenos y no tanto. En 2018 y 2019, el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) otorgó dos premios ACI consecutivos como mejor aeropuerto de Europa en el servicio prestado a los pasajeros en su categoría y ese reconocimiento es muy importante para nosotros por el esfuerzo en la búsqueda permanente de la calidad del servicio.
También se han sentado las bases para un futuro esperanzador del aeropuerto, implementando una nueva aproximación VOR, certificando el aeropuerto con normas españolas y europeas y lanzando el proceso de cambio de categoría a 3C. Me llevo esos buenos momentos conseguidos con el esfuerzo de todos. He podido contar con un equipo de profesionales maravilloso.
Pero también de los momentos no tan buenos se pueden extraer enseñanzas. La irrupción del virus y todo lo que supone ha sido muy duro para todos. Tuvimos que adaptarnos a la situación de una forma extraordinariamente rápida para salvaguardar la salud de los empleados del aeropuerto y, al mismo tiempo, hacer funcionar una infraestructura vital para el control de la pandemia mediante la facilitación de las operaciones de traslado de enfermos y muestras PCR.
El cierre histórico a los vuelos comerciales debido a la pandemia dejó entrever, por ejemplo, la fortaleza y el servicio público que presta el Aeropuerto de Melilla. El valor del Aeropuerto de Melilla se multiplicó en tiempos de pandemia, pues facilitaba cada día y en cualquier horario la evacuación de urgencia de enfermos y el traslado de muestras de covid-19 para su análisis. El Aeropuerto de Melilla gestionó más de un centenar de vuelos sanitarios en el primer mes y medio del estado de alarma, por ejemplo, además de vuelos militares, algunos de ellos con material sanitario.
La infraestructura de Aena en la ciudad se convirtió en instalación básica para controlar la pandemia y salvar vidas, un valor excepcional derivado de las excepciones del estado de alarma hasta el punto de convertirse en un cordón umbilical con la península, cuando la ciudad estaba sometida a las restricciones derivadas de la orden ministerial que cerraba los territorios para controlar la pandemia.
En Melilla, su aeropuerto fue la llave para controlar la evolución de la pandemia en todo el territorio, ya que se trataba de la puerta de salida diaria de las muestras de covid-19 para su análisis en Madrid. Si la infraestructura no facilitara la rápida salida y llegada cada día de la semana de la avioneta del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) con las muestras, no se conocería con la premura necesaria la evolución de la pandemia y, en consecuencia, se dificultaba su control.
En paralelo a esta labor, desde el comienzo de la crisis sanitaria, Aena ha trabajado en la identificación de procesos aeroportuarios seguros y coordinados para que todos los aeropuertos de su red pudiesen retomar la operatividad de una manera segura y que genere confianza a los pasajeros. Sin duda, estamos muy orgullosos del trabajo realizado y del servicio prestado a la ciudadanía de Melilla en estos tiempos de pandemia.

– La pandemia frenó en seco el crecimiento de los tráficos en el aeropuerto, justo cuando estaba marcando sus propios récords. ¿Cree que podrá recuperarse esa buena senda a corto plazo, o el coronavirus puede afectar a ese reto incluso después de finalizar la pandemia?
– En este contexto, no podemos dar previsiones concretas de tráfico porque hay demasiada incertidumbre para hacerlo con fiabilidad ante una situación sin precedentes. En cualquier caso, confiamos en que el tráfico aéreo se irá recuperando de manera progresiva en los próximos años (el Aeropuerto de Melilla ya ha recuperado parte del tráfico que había en 2019). Y, teniendo en cuenta el actual proceso de vacunación, es posible que empiece a verse cierto movimiento a partir del segundo semestre de este año. Pese a la imposibilidad de dar plazos concretos, sí garantizamos que estamos preparados para acompañar a la sociedad y al territorio cuando remontemos el vuelo y despeguemos.

– Aún no se ha recuperado la normalidad en el transporte aéreo por el cierre perimetral y el hecho de no haber terminado la pandemia. ¿Qué pasos quedan para que el aeropuerto de Melilla pueda volver a la senda en la que se encontraba?
– Como te he comentado anteriormente, el aeropuerto está preparado para cuando llegue el momento porque, desde el comienzo de la crisis sanitaria, Aena ha trabajado en la identificación de procesos aeroportuarios seguros y coordinados para que todos los aeropuertos de su red pudiesen retomar la operatividad de una manera segura y que genere confianza a los pasajeros.
Las medidas identificadas en el Plan de Recuperación Operativa de Aena que se han implantado en los aeropuertos españoles, también en Melilla, siguen las indicaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), para retomar la operatividad en los aeropuertos europeos de manera segura, una vez eliminadas las restricciones a la movilidad. Entre estas medidas, que han supuesto mucho esfuerzo en todos los sentidos, destacan el refuerzo de la limpieza y de la desinfección de las instalaciones; la adquisición de los medios de protección para los trabajadores; la implantación de la distancia de seguridad de 1,5 metros en todos los procesos aeroportuarios, mediante señalización, cartelería y mensajes por megafonía y en las pantallas de información al público; el refuerzo de la comunicación a los pasajeros; la adaptación de los procesos aeroportuarios (facturación, embarque…) y de la infraestructura a la situación, con geles hidroalcohólicos, mamparas protectoras, marcas y huellas de distanciamiento; la obligatoriedad de llevar mascarilla por parte los pasajeros, y la limitación de acceso a las instalaciones a personas que no vayan a viajar, como pueden ser los acompañantes. Y seguimos trabajando a diario para despegar cuando llegue el momento.

– El aeropuerto de Melilla ha cumplido durante su etapa como director medio siglo de vida y ahora afronta un cambio de categoría en este semestre. ¿Qué va a suponer eso para nuestras conexiones aéreas? ¿Podremos tener algún día grandes aviones operando en nuestra ciudad?
– El Aeropuerto de Melilla se encuentra actualmente inmerso, con la autoridad aeronáutica (Agencia Estatal de Seguridad Aérea y Dirección General de Aviación Civil), en los trámites administrativos necesarios para el cambio de número y letra de clave de su certificado de aeródromo, pidiendo el paso a un número y letra de clave 3C. Se ha enviado toda la documentación necesaria a Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). El cambio de clave permitirá operar en el aeropuerto otros modelos de aeronaves como CRJ 200, CRJ700, A318, A319, BAE 146, Embraer 179 o modelos Learjet, Fokker 100, Gulfstream, etc. Esto es importante para que puedan operar aeronaves de mayores dimensiones, pero también para muchos modelos de aviación corporativa y general, lo que confiere al aeropuerto de nuevas posibilidades y gran versatilidad.

– Tengo entendido que este cambio de categoría conllevaría una ampliación de la pista, la plataforma y la terminal. ¿Cuánto tiempo pueden llevar esas obras y qué inversión aproximada cree que haría falta?
– No se trata de una ampliación en sí. El cambio de categoría se centra en otras dimensiones operativas de la pista y del área de movimientos, como es la franja de seguridad de pista, obstáculos asociados y señalización. Supone, como he comentado, un grandísimo avance para el aeropuerto. Desde el momento en que dispongamos de la autorización de la autoridad aeronáutica (AESA-DGAC) en este 2021, ya podrán operar estas nuevas aeronaves. Es un salto de gigantes. Las obras compromiso para desarrollar esta categoría se realizarían dentro del segundo periodo DORA, entre 2022 y 2026, y tienen bastante potencia y envergadura.

– Otra de las reivindicaciones que han surgido alguna vez en Melilla se centran en el horario de funcionamiento y el hecho de que el aeropuerto cierre de noche, algo que en el horario de invierno reduce bastante su operatividad. ¿Qué haría falta para salvar ese obstáculo?
– En realidad, actualmente no es obstáculo. En la actualidad, el horario operativo del Aeropuerto de Melilla finaliza a las 18.30 horas en invierno y a las 20.30 horas, en verano. Pese a ello, el aeropuerto está preparado para operar vuelos nocturnos; de hecho, se realizan evacuaciones sanitarias y trasplantes de órganos en horario nocturno con total normalidad y seguridad (más de 750 vuelos ambulancia anuales). También se realizan vuelos comerciales regulares después del ocaso y antes del orto (considerados como nocturnos) en las épocas próximas a los cambios de horario. Lo mismo ha ocurrido en ocasiones en las que se han dado fuertes retrasos o en vísperas de vacaciones.
Si alguna aerolínea quisiera realizar sus operaciones con regularidad en horario nocturno, debería presentar una programación de vuelos a Aena (que estudiaría la propuesta, su viabilidad técnica y económica) y al aeropuerto (para hacer las adaptaciones pertinentes). Y hasta el momento, no hemos recibido ninguna petición al respecto.

– Para terminar, y con el conocimiento que usted tiene en temas aeronáuticos, quisiera preguntarle si cree que sería posible construir un aeropuerto intercontinental sobre el mar, como una formación política de la ciudad plantea como alternativa al aeropuerto de Melilla.
– Permíteme que te hable sólo de la infraestructura que dirijo, una pieza clave para el desarrollo del territorio, que facilita la vertebración del territorio, la conectividad, la dinamización y la accesibilidad al transporte aéreo. Y que, también en tiempos de pandemia, el Aeropuerto de Melilla está preparado para afrontar la recuperación del tráfico y prestar un servicio público de calidad.

“Desde hace años se detectan y anulan casos de tráfico de drogas. Los actuales no son un problema relevante para el funcionamiento del aeropuerto”

– Con el cierre de la frontera, se están dando últimamente algunos casos de tráfico de drogas entre los pasajeros del avión, según informa la Guardia Civil. ¿Le preocupa que ello pueda provocar problemas de seguridad o una ralentización en la operatividad del aeropuerto?
– La Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía y la empresa de seguridad privada siempre han hecho un trabajo estupendo en el aeropuerto. Desde hace años se llevan detectando y anulando casos de tráfico de drogas. No lo considero un problema relevante en cuanto al funcionamiento y afectación al aeropuerto.

“Desde diciembre tenemos un sistema de aproximación que mejora la precisión cuando hay meteorología adversa”

– La meteorología adversa es uno de los grandes obstáculos para la operatividad de nuestro aeropuerto. Algunas voces, entre ellas la del presidente de la Ciudad Autónoma, piden que se instalen otros sistemas de aproximación por satélite. ¿Cree que esto sería posible, o es un problema que va más allá de eso debido a nuestras limitaciones geográficas?
– Desde diciembre de 2019 disponemos de la carta de aproximación del sistema de aproximación basado en el VOR (VHF Omnidirectional Radio)+DME, que supone una mejoría en la precisión de los datos proporcionados a los pilotos en el descenso y es mucho más robusto que el que había hasta ese momento (hasta entonces el sistema de aproximación era un NDB+DME), por lo que es una mejora a la hora de averías y mantenimientos. La implantación del nuevo sistema por parte de Enaire, a petición del aeropuerto, mejora la precisión de la ayuda y la información dada a los pilotos para el aterrizaje. En cualquier caso, somos conscientes de que Enaire trabaja de manera continua en la mejora de los sistemas de aproximación y su fiabilidad.

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Redacción

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