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Atril Ciudadano

El autogobierno de Cataluña

Cataluña no necesita más autogobierno. Actualmente tiene más autonomía que Escocia. No se pueden quejar de la falta de libertad. La única forma de detener a los independentistas es con sanciones judiciales severas y cumplimiento de las penas (sin amnistías). Así aprenderán que no sale gratis saltarse la legalidad. La Constitución actual debe ser la raya que no pueden atravesar. En Cataluña hay dos bandos bien definidos: los independentistas (muchos creados artificialmente por el adoctrinamiento en los colegios y medidas similares en la vida social) y los españolistas. Los independentistas quieren la independencia y nunca se contentarán con cualquier incremento del autogobierno. Los españolistas no quieren más autogobierno, sino un control del Estado sobre la actuación del gobierno autonómico, que frene el adoctrinamiento en las escuelas y en TV3, que controle la politización de los mossos y otros muchos factores aberrantes que existen en este momento. Hasta ahora la libertad autonómica ha servido fundamentalmente para que los independentistas hagan la vida imposible a los españolistas. Acosos en la escuela, en la universidad y en la vida laboral, con una TV3 que es una fuente de adoctrinamiento popular, con una buena parte de los mossos politizados etc. etc. etc. Y esa libertad no ha servido para un mejor autogobierno. Cataluña es, según la CEE, la Comunidad Autónoma peor gobernada económicamente, y subsiste gracias a los préstamos del gobierno español. Actualmente nos debe más de 70.000 millones de euros. Con sentencias judiciales severas tendríamos paz social en Cataluña, nadie más atrevería a saltarse las reglas del juego; aunque la recuperación económica dependerá de lo que voten el día 21 los catalanes. En cualquier país del mundo habrían echado a patadas a un gobierno que causara, con su alocada actuación, la huida de más de 2.000 empresas y un empobrecimiento general. En Cataluña, por lo visto, eso no va a suceder. Es presumible que salga de las urnas un gobierno de coalición de Esquerra y los Comunes, apoyado por la CUP, con lo que se seguirán fugando empresas y la economía sufrirá un continuo deterioro. Los empresarios no se fían de Esquerra ni de la CUP, y, mucho menos, de Podemos. La única forma de cambiar el rumbo económico es una victoria electoral de los partidos constitucionalistas, que son Ciudadanos y el PP. El PSC nada entre dos aguas y no es un partido fiable (sí lo es el PSOE, pero en Cataluña ha dejado su política en manos de Miquel Iceta). Como este escenario no parece probable, Cataluña se hundirá cuatro años más en la miseria gracias a sus malos gobernantes. En las siguientes elecciones quizás surja un partido nacionalista, centrista y moderado, que pueda gobernar con Ciudadanos y, sólo entonces, mejorará la economía.

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