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Dos intentos de saltos por Ceuta y Melilla el mismo día ¿causalidad o una forma de presión?

Sin hacer uso de la hemeroteca y únicamente a golpe de memoria, no recordamos el tiempo que hace que Ceuta y Melilla sufren el mismo día sendos intentos de avalancha de inmigrantes. Habría que remontarse quizá a los momentos más importantes de la llamada “crisis” de la valla cuando en la primera década del 2000 se sucedían casi a diario los saltos.
Que las dos ciudades españolas del norte de África hayan sufrido en la misma jornada esta intensidad migratoria podría ser casualidad, pero también hay quienes pueden pensar que se trata de una forma de presión de Marruecos si tenemos en cuenta que se han registrado tan solo 24 horas después de que el gobierno alauí pidiera explicaciones a la Embajada de España en Rabat, por la presencia en nuestro país del líder del Frente Polisario Brahim Gali.

Todos podemos tener una opinión formada sobre esta cuestión, porque no sería la primera vez que el vecino país usara la inmigración irregular como forma de presión. Esperemos que quienes piensen así estén equivocados y se haya debido a una coincidencia en el tiempo.

Al respecto, hay que subrayar que mientras en Ceuta sí lograron pasar unos 120 migrantes a nado bordeando el espigón, en Melilla se pudo rechazar la intentona protagonizada por otras sesenta personas gracias a la rápida actuación del conjunto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local) y también, hay que destacarlo, por la colaboración de las fuerzas de seguridad marroquíes, que gracias a su intervención impidió que llegaran hasta el vallado.

Esperemos pues que no estemos ante el inicio de una crisis entre España y Marruecos por la decisión del ejecutivo español de dar atención sanitaria a líder del Polisario por razones humanitarias. El conflicto por el Sahara está detrás de todo este problema y cualquier movimiento sobre la antigua región española hasta 1976 como potencia administradora, tras la marcha verde y sin que acabara el proceso de descolonización, es una llama que puede tensar las relaciones hispano-marroquíes.

Por ello, cualquier movimiento que haga España en relación al Sáhara, aunque sea atender al líder Frente Polisario por razones médicas, supone un quebradero de cabeza para las autoridades españolas, que tienen que hacer frente a las virulentas respuestas de nuestros vecinos, como está ocurriendo con en el caso de Brahim Gali.

España y Marruecos están condenadas a entenderse, como vecinos que son y por innumerables intereses que comparten ambos reinos, y a nadie interesa un deterioro de las relaciones, tampoco a Ceuta y Melilla. Confiemos en que todo lo ocurrido el domingo sea una casualidad y no el inicio de una mayor presión migratoria por razones políticas. Son más las cosas que nos unen que las que nos separan. Eso nadie olvidarlo, tampoco el Gobierno marroquí.

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