La Policía Nacional ha detenido en Melilla a cinco marroquíes en una operación contra el tráfico de seres humanos de África a Europa tras una investigación que ha llevado seis meses de trabajo. Cuatro de los detenidos fueron sorprendidos cuando pretendían viajar en avión y en barco a la península haciéndose pasar por españoles o franceses. Para ello, mostraron en el control de seguridad una documentación falsa que les había proporcionado el cabecilla de la red a cambio de cuantías que oscilaban entre 3.000 y 4.000 euros por cabeza. Según informó ayer la Jefatura Superior de Policía en una nota de prensa, esta operación la ha desarrollado la Unidad contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsificación Documental (UCRIF) bajo la tutela del Juzgado de Instrucción número 2 de nuestra ciudad.
Este caso arrancó en febrero, cuando el Grupo Operativo de Fronteras de la Policía (GOF) detectó irregularidades en la documentación que habían aportado cuatro personas en el control de embarque, dos de ellas en el puerto y dos en el aeropuerto, en días distintos y por separado.
Aunque los documentos que mostraron los situaban como ciudadanos de nacionalidad española o francesa, la realidad es que eran marroquíes. En concreto, tres mujeres de entre 22 y 40 años y un hombre de 24, que querían entrar de forma irregular al espacio Schengen, y que terminaron detenidos como presuntos autores de delitos de falsedad documental.
La UCRIF de la Policía Nacional empezó entonces una investigación que permitió comprobar cómo estas personas habían sido captadas por una organización delincuencial que se dedicaba al tráfico de seres humanos. Esta red estaba liderada por otro marroquí, un hombre de 45 años que residía en Martorell (Barcelona), que ya tenía antecedentes por hechos de este tipo en 2012.
El modus operandi
Este individuo había captado a los otros cuatro detenidos en establecimientos hoteleros de zonas cercanas a la ciudad autónoma, como Nador, Oujda y Taourirt. El modus operandi que siguió con ellos, según ha podido saber MELILLA HOY, pasaba por cruzar la frontera de Melilla y esperar unos días en la ciudad, en un piso franco o una pensión, hasta que llegara el momento oportuno para el viaje.
Para ello, la red buscaba los vuelos o trayectos en barco que pudieran tener una mayor afluencia de pasajeros, pensando que al haber un mayor trasiego de personas en el control, la falsificación de los documentos podría pasar desapercibida. Nada más lejos de la realidad, pues estas cuatro víctimas fueron interceptadas y detenidas.
Seis meses después, cayó también en cabecilla de esta organización. Concretamente, en la tarde del pasado 2 de agosto, cuando fue detectado en Melilla por la UCRIF, que lo detuvo como supuesto autor de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Este individuo, como sus cuatro víctimas, ya han sido puestas a disposición judicial.
Nuevas máquinas en 2014
Este tipo de casos ya se han dado en ocasiones anteriores en Melilla, donde la Policía ha desarticulado otras organizaciones dedicadas al tráfico de seres humanos mediante la falsificación de documentación.
Para combatir esta actividad irregular, el Ministerio del Interior reforzó las fronteras terrestres, marítimas y aéreas de Melilla en 2014 con la compra de 11 verificadores de documentación más modernos que los que se utilizaban hasta ese momento, con una tecnología más actualizada a la hora de comprobar la seguridad biométrica y física de los pasaportes, tanto los comunitarios como los de terceros países.
