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Atril Ciudadano

Coherencia y valor

Murió hace unos días el viejo Delmer Berg, norteamericano, 100 años, formó parte de la brigada internacional Abraham Lincoln, el último combatiente conocido de su grupo. Llegó a España, junto a otras dos mil ochocientas personas (hombres y mujeres). Acudieron desde Estados Unidos para dar su apoyo al Gobierno democráticamente elegido en 1936.

Todos ellos (me refiero a aquellos que lograron sobrevivir) fueron condenados al ostracismo en su país, sobre todo, durante los años del Macarthismo. Thank you very much, Mr. Delmer.

Sirva este recordatorio como aclaración a que, incluso en el día de hoy, hay gente valerosa y coherente con sus ideas hasta los últimos instantes de su vida. En este sentido y en relación con el grupo político que tanto está dando que hablar por su estética y su discurso, nacido del movimiento 15-M, expresión sociopolítica de "El grito" de Edvard Munch ante tanto latrocinio y tanta desvergüenza por parte de los gestores del Estado que actúan como mafias organizadas y dispuestos, ¡cómo no!, a destrozarlo, con el dinero de todos, con legiones de mercenarios: políticos, medios de comunicación, intelectuales, banqueros, empresarios, "pulmonías dobles" (así llamaban durante la guerra civil española a quienes no tenían donde caerse muerto y defendían a sus opresores), etc., etc. En este sentido, decía, entiendo que la coherencia, que el camino (el corto camino que le auguro; porque no podrá soportar en solitario tanta presión si sigue en este nivel de autenticidad) es el emprendido: decir la verdad, llamar al pan pan y al vino vino, actuar como actuaría el hombre o la mujer de la calle a quienes representan y tener como bandera, sencillamente, el sentido común. Con sus errores, que los tiene… ¿quién no?
Los lenguajes esotéricos, la moderación en el gesto y la compostura para no asustar a los votantes (de mutantes en la mayoría de los casos) para conseguir votos y más votos a fin de mantener a unos personajes con un sinfín de privilegios y prebendas me parece una estrategia de ganapanes, de Sanchos cultores de panzas, de ambiciosos depravados antes que de quijotescos luchadores por la justicia social, tan necesaria por múltiples razones. No sé cuánto vas a durar, pero ten la seguridad de que si no te destruyen, si no te degeneras, constituyes la esperanza y la posibilidad de cambio real para muchos hombres y mujeres hartos ya de tanta hipocresía y entrega a los de siempre: los amos. Salud y que sigas brillando con la intensidad que te caracteriza en este mismo instante.

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