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Ceuta, Melilla y la OTAN, una necesidad imperiosa. ¡A jugar…!

Joaquín Prat Carreras (Játiva, Valencia, 27 de abril de 1927 – Madrid, 3 de junio de 1995) fue uno de los presentadores más importantes de la radio y de la televisión en España.

El “precio justo” fue un programa concurso de televisión emitido en España basado en el formato estadounidense de “The Price is Right”. Su diferencia con la versión americana estaba en la fase denominada «escalera de premios» y en un único escaparate final con los mayores premios jamás otorgados en España en un concurso de televisión. El programa, a diferencia del americano (más corto), tenía una duración de entre 90 y 120 minutos, se emitía en el prime time de los lunes, llegando a batir todos los récords de audiencia y situando la emisión del 2 de enero de 1989 en cerca de los veinte millones de espectadores. Se emitió en TVE-1 y su presentador fue Joaquín Prat, con la locución de Primitivo Rojas. Tuvo una audiencia media de más de 17 millones de espectadores.
En 1991 dio el que hasta la fecha era el premio más alto de la historia de la televisión en España, al llevarse un concursante un escaparate completo de premios valorado en más de 40 millones de pesetas, récord que se mantuvo durante nueve años. A partir de 1993, año en que finalizó el primer formato con Joaquín Prat dejando el programa, tuvo varias versiones y presentadores en España, tanto en la misma cadena como en otras.
El 2 de febrero de 2021 se inició la novena y última etapa de programa, con Carlos Sobera como presentador. Se emitió en Telecinco. La emisión empezó el 5 de abril de 2021 y finalizó el 18 de junio del mismo año.
Nunca llegó, ni se acercó, a las cotas/cuotas conseguidas bajo la dirección de Joaquín Prat.
De aquel icónico programa quedó para la historia una frase recordada por todos y que decía Prat a los concursantes cuando les tocaba su turno: “Fulanito de tal, ¡a jugar!”.
Como anécdota, que demuestra cuanto caló en la sociedad de entonces el programa presentado por Prat: corría el año 1990 y varios estudiantes universitarios (entre los que yo me encontraba) de Málaga estábamos de copas por la ciudad cuando apareció un coche de la policía municipal y no se le ocurrió a uno de los del grupo otra cosa que decir: “Policía Municipal, ¡a jugar! Tuvimos suerte y no hubo consecuencias…
A la hora de escribir estas líneas habrán salido “a jugar” los partidos participantes en las importantísimas elecciones andaluzas. Nos jugábamos, todos, mucho porque votar para botar a Sánchez y compañía parece una necesidad imperiosa para que España deje de ser el hazmerreír de Europa y el último de la clase en casi todo (hacen falta dos cosas: primero un varapalo histórico al Sanchismo en Andalucía y después un desalojo inmediato de la panda de Sánchez y sus ministros/socios/etc., que no aciertan ni por casualidad, de la Moncloa).

Ceuta y Melilla en la OTAN
No se me ocurre ninguna razón, no oculta, para que, como pidió recientemente Feijóo y aplaudió Imbroda, Ceuta y Melilla no sean incluidas en la OTAN. Otra cosa serían las posibles razones ocultas que algunos (con Pinocho Sánchez a la cabeza) puedan tener para oponerse a esta inclusión.
Si Ceuta y Melilla son parte del territorio español (como Burgos, Madrid, Málaga o Barcelona), debemos protegerlas contra agresiones de agentes externos (Marruecos es un claro ejemplo de enemigo en potencia) y no tiene sentido (mucho menos en la actual situación) que no se haga todo lo necesario para hacerlo (estar en la OTAN es, probablemente, la mejor protección; si Ucrania hubiera estado en la OTAN, no habría sido, con toda probabilidad, invadida).
Sería bueno preguntarle a Mustafa Aberchán (CPM) si está a favor de la inclusión de Ceuta y Melilla en la OTAN… Podemos intuir que está en contra, sobre todo viendo como ha amenazado a Sabrina Moh (Delegada del Gobierno) con llevarla ante la justicia si continúa con su intención de requisar alimentos en la frontera de Beni Enzar a los melillenses que adquieran compras superiores a los diez kilos de frutas y verduras o intentan pasar pescado sin un certificado veterinario sellado tanto en Marruecos como en Melilla, además con restricción horaria: de lunes a viernes laborables, de 11.00 a 13.30 horas.
Las normas sanitarias también deben respetarse en Melilla y el tráfico de mercancías, a y desde Marruecos, no tiene que ser una excepción (como lo fue muchas veces en el pasado). En otras épocas de buena vecindad, muy alejadas de las actuales, se podría entender una ligera flexibilidad, pero es bueno que la frontera deje de ser “La casa de Tócame Roque (fue una legendaria vivienda madrileña, populosa, destartalada y jaranera, situada al final de la calle de Barquillo de Madrid, en el barrio de Justicia)”.

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