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Catorce inmigrantes llegan a Melilla en la primera entrada del año por la valla

La primera entrada del año a través de la valla de Melilla se ha hecho esperar nueve días. Ayer, catorce inmigrantes de origen subsahariano consiguieron burlar los dispositivos de impermeabilización fronteriza en una jornada en la que se dieron dos intentos de entrada, uno primero sobre las ocho de la mañana, en el que fueron repelidos 300 inmigrantes en la zona comprendida entre los pasos fronterizos de Beni-Enzar y Barrio Chino, y un segundo tres horas más tarde en el que un grupo reducido logró aproximarse por los cortados de Aguadú, el punto situado más al norte del perímetro que separa Melilla de Marruecos. La jornada de ayer, marcada por la “intensa presión migratoria” según la Delegación del Gobierno, empezó muy temprano, en torno a las cuatro de la mañana, cuando el dispositivo anti-intrusión localizó a unos 300 inmigrantes bajando desde los campamentos del monte Gurugú. Eso obligó a la Guardia Civil y a las fuerzas auxiliares marroquíes a mantener la alerta durante buena parte de la madrugada, con un fuerte despliegue de seguridad y una “efectiva coordinación” de los cuerpos de seguridad de ambos países, hasta que a las 8.00 horas fueron interceptados los inmigrantes a medio kilómetro del perímetro de distancia de la valla. En unos vídeos distribuidos por la Delegación del Gobierno se podía ver a los inmigrantes formando un grupo muy compacto corriendo de forma paralela al perímetro al otro lado de la carretera que discurre junto a la valla, por la que circulaban a escasos metros numerosos vehículos de las fuerzas auxiliares marroquíes y al otro lado del vial, varios agentes del país vecino tratando de impedir que ninguno de los subsaharianos cruzara hacia la verja. Mientras el dispositivo marroquí trataba de contener a los inmigrantes, la Guardia Civil en el lado español de la valla intensificó su presencia con numerosas patrullas de la Comandancia de Melilla y de la Agrupación de Reserva y Seguridad que refuerza desde hace meses la valla, aunque finalmente no tuvieron que intervenir más allá de un corte preventivo del tráfico en la carretera de circunvalación. También durante buena parte de la madrugada participó en el despliegue el helicóptero del instituto armado asignado a la vigilancia aérea del perímetro, cuya presencia ha sido una constante en el cielo melillense en las últimas madrugadas debido al avistamiento de diferentes grupos que ni siquiera llegaron a aproximarse al perímetro por el férreo control que hay a ambos lados de la valla. La primera entrada Sin embargo, estos grupos mantienen una presión permanente sobre la valla que ayer se tradujo en la primera entrada del año por el perímetro apenas tres horas después de que fuera abortado el primer intento de la jornada. La entrada se produjo por la zona de Aguadú sobre las once de la mañana y la protagonizaron 14 inmigrantes en un intento reducido, según se desprende de la información oficial que se ha facilitado a la prensa. Los subsaharianos aprovecharon para burlar la vigilancia en los cortados y lograron saltar a Melilla, tras lo cual corrieron hacia el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde fueron recibidos por algunos de los allí acogidos con gestos de alegría, abrazos y el clásico grito de ‘bossa bossa’, el cántico de victoria de los inmigrantes cuando por fin consiguen entrar a Melilla. No se reproducían escenas de este tipo desde que 156 inmigrantes lograran entrar a la ciudad entre el 30 y el 31 de diciembre en dos madrugadas consecutivas de intensa presión migratoria. Después, el 2 de enero un millar de subsaharianos trató de acceder a Melilla de forma clandestina intentando buscar la misma suerte, aunque ninguno de ellos lo consiguió hasta ayer, día de la primera entrada por la valla en 2015. La llegada de los inmigrantes al CETI coincidió con la visita de dos europarlamentarios de Izquierda Plural, Marina Albiol (IU) y Ernest Urtasun, de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), que fueron testigos de la escena junto con el resto de la expedición que les acompañaba. “No podemos resignarnos” Tras esta entrada y el intento frustrado anterior, la Delegación del Gobierno emitió una nota de prensa en la que apuntaba que los últimos sucesos en la frontera de Melilla “ponen de manifiesto la complicada cualidad de la presión migratoria que desde hace años viene sufriendo” la ciudad, donde solo en 2014 hubo más de 70 saltos masivos a la valla que sumaron más de 22.000 intentos individualizados y 2.100 entradas clandestinas por esta vía. “Este modelo de inmigración, basado en la vulneración de la frontera sur de Europa mediante asaltos masivos y a la fuerza, no es admisible y no es, en ningún caso, un modelo ante el que tengamos que resignarnos”, subrayó El Barkani. A su juicio, es necesario promover una inmigración ordenada, favorable a los propios inmigrantes y a sus posibilidades de regulación e inserción en Europa, mientras al mismo tiempo se sigue luchando contra las mafias de tráfico de seres humanos.

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Redacción

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