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El rincón de Aranda

Carta desde la Purísima LXXXV

melillahoy.cibeles.net fotos 1759 Juan Aranda web

Todo aquél que tiene sus sentimientos patrios a flor de piel, sabe que escribir sobre los Héroes es como asomarse a un gran lago azul, tranquilo y profundo, para dedicarles versos limpios, como una fina lluvia caída en un prado en primavera. Aunque yo creo que en los tiempos que corren, su memoria, cubierta de laureles y glorias patrias, debemos siempre recordarla con el amor y la ternura que ellos se merecen.

La “Carta” de hoy la escribe un Guardia Civil, asesinado por la banda terrorista ETA, cuyos restos se encuentran en el Cementerio de San Gabriel, en Málaga, y dice así:
“Queridos melillenses: Me llamo Juan Piñel Villalón, y les estoy escribiendo junto a mi compañero, Antonio Molina Martín, aquí en La Purísima. Como ya sabéis, desde que los criminales de ETA acabaron con mi vida, en el pueblecito de Legutiano, de Álava, el 14.05.2008, me encuentro en el Cementerio de San Gabriel, en Málaga. El motivo de que mis restos descansen en ese cementerio malagueño, es porque mi mujer y mi hijo, junto a toda mi familia viven allí, en la barriada de El Palo; pero yo, de vez en cuando me escapo a este de La Purísima, para reunirme con Juan Ramón Joya Lago, Juan Antonio Díaz Román, y Antonio Molina; los cuatro, Guardias Civiles, y además melillenses. Díaz Román, el mayor, lleva aquí desde que la gentuza de ETA acabaron con su vida en Oñate, Guipúzcoa, el día 30.04.1979, y Joya Lago desde diciembre de 1982. El más joven de los cuatro, Antonio Molina, esos asesinos lo mataron en Collado Villalba, en Madrid, el 14.05.2002. Debo decirles que jamás imaginé que en este Cementerio hubiese tantos militares, de todas las graduaciones, y épocas, enterrados. Los que tienen sus restos en la Iglesia del Pueblo, que suelen venir de visita desde hace muchos años, se les puede ver charlar amigablemente con compañeros que cayeron en el Barranco del Lobo, en 1909, en el Desastre de Annual, en 1921, o que pertenecen a regimientos de cuando Melilla estuvo sitiada en 1774-1775; y tantos otros que estuvieron de guarnición en nuestra ciudad. Imagínense ustedes, en pleno siglo XXI, que tienen a su lado, por ejemplo, a los Generales O´Donnell, Prim, y al Mariscal Sherlok, que han venido a visitar al General Margallo; la verdad, créanme que es algo inexplicable. Si me he decidido escribir esta “carta”, ha sido porque sé que en nuestra ciudad sigue habiendo personas que no nos han olvidado, y nuestros recuerdos los llevan profundamente en sus corazones.

Lamento mucho tener que dejarles; ya que debo cruzar a la otra orilla para estar con mi familia. Mis compañeros me dicen que agradecen que venga desde Málaga para visitarlos; pero ya no se acuerdan que también fueron ellos, acompañados de los demás, que fueron asesinados, masacrados por ETA, me acompañaron por las escalinatas del Parque Cementerio de San Gabriel, donde actualmente se encuentran mis restos. Reciban un fuerte abrazo de cuatro Guardias Civiles, compañeros y melillenses, con el ruego de que cada vez que visiten este bonito camposanto, recen una pequeña oración por nuestras almas”.

La diosa Niké, nuestro “Ángel de bronce”, solemne y sola, guardián de todas las almas que duermen en nuestro sagrado Cementerio, aunque pasen los años, o los siglos, siempre debe de haber alguien que agite la corriente del suave viento de la paz, que en la actualidad disfrutamos, pero sin dejar jamás de mover la bandera del recuerdo.

Para terminar, desde hace siete años, no me cansaré de recordar a las autoridades competentes, que la Purísima sea denominado: “Cementerio Nacional de Héroes de España”. Igualmente que el nombre de mi profesor de música, D. Julio Moreno figure en una calle de la ciudad.

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