Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Capacidad limitada

Si no se adoptan pronto medidas, la capacidad limitada de Melilla para responder a un problema de tal magnitud como es el del éxodo sirio puede provocar problemas que terminen afectando a la ciudadanía El problema de la inmigración irregular en Melilla ha sufrido a lo largo de los últimos meses una transformación que ha pasado prácticamente desapercibida, pero que al analizar los datos se ve de manera palpable las dimensiones del problema que tenemos encima. La inmigración subsahariana, que es la que ha imperado en Melilla desde hace años, se está viendo superada por el éxodo de miles de sirios que huyen de su país arrasado por la guerra. En 2014 a punto estuvo de hacerlo, ya que llegaron casi tantos sirios como subsaharianos, aunque hay que tener en cuenta que los primeros lo hicieron prácticamente en su mayoría en el segundo semestre del año.

Esa afluencia masiva continúa con una mayor fuerza en estos primeros días de 2015, por lo que este año parece destinado a ser mayoritariamente sirio en las estadísticas de la inmigración en Melilla. Sobre todo si se tiene en cuenta que ahora muchos de estos ciudadanos no entran de forma irregular en territorio español como ocurría antes cuando compraban a las mafias documentación marroquí falsificada. La tónica general en estos momentos es hacer uso de la protección internacional a la que este colectivo tiene derecho prácticamente sin género de dudas desde antes incluso de que lo soliciten, dada su condición de refugiados que huyen de una guerra. Eso puede dar lugar a una especie de barra libre en los pasos fronterizos entre Melilla y Marruecos que puede ocasionar problemas en nuestra ciudad, derivados de una sobreocupación en el CETI y del comportamiento alejado de las normas que parte de estos inmigrantes ejercen, quizá aprovechándose de su estatus de inmigrantes protegidos.

Ya lo pudimos ver el pasado verano sobre todo con los campamentos que se extendieron en las inmediaciones del CETI porque muchos sirios querían seguir viviendo en familia, aun cuando este centro obliga a una separación de hombres y mujeres a la hora de dormir. Esas chabolas ya no están, pero no son pocos los inmigrantes sirios que a diario siguen saltándose las normas, algo que todo el mundo puede comprobar un mediodía cualquiera en el CETI. Numerosas son las pinchitadas que se organizan en sus alrededores, a pesar de que estas familias tienen garantizada la comida en el centro. Hacer fuego fuera de lugares habilitados está prohibido en la ciudad y a estos inmigrantes se les permite, igual que las concentraciones sin permiso que reiteradamente organizan en el centro de la ciudad porque exigen al Gobierno su salida rápida de Melilla.

Este tipo de comportamientos se unen a la más que evidente capacidad limitada de Melilla para albergar a tantos sirios. El CETI está por encima del triple de su capacidad por esa barra libre, y muchos de sus habitantes son niños, aun cuando ese centro no es el lugar ideal para que vivan personas de tan corta edad. Ayer la directora general de Política Interior aludía a que es un problema mundial y que los sirios merecen todo el esfuerzo posible precisamente por su carácter de refugiados. En eso no hay dudas, como tampoco en la lógica de que si no se adoptan pronto medidas, la capacidad limitada de Melilla para responder a un problema de tal magnitud puede provocar problemas que terminen afectando a la ciudadanía.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€