La historia de Melilla como enclave español está unida al Ejército desde el mismo instante en el que la expedición enviada por la Casa Ducal de Medina Sidonia a cuyo frente situó a su contador D. Pedro de Estopiñán tomaba posesión de la misma para la Corona de Castilla.
Ya entonces la Artillería comenzó a estar presente en el día a día de esta pequeña población que a partir de aquel famoso disparo realizado en 1862 con el cañón El Caminante desde el fuerte de Victoria Grande y la delimitación del territorio de Melilla ésta fue agrandándose hasta adquirir su actual configuración.
Al igual que otros compañeros los artilleros han contribuido a la defensa de Melilla. Un buen número de ellos aún permanecen aquí entre los encalados muros del cementerio de la Purísima. Es por ello que pasear entre sus tumbas y panteones es hacerlo también por la propia historia del Ejército y del Arma de Artillería que será la que protagonice esta exposición.
Los Regimientos Mixto, Ligero, de Montaña, Parque Móvil o Comandancia son algunas de las Unidades a las que pertenecían estos soldados españoles.
¿Cuáles eran sus lugares de procedencia? Prácticamente de todas las provincias llegaron a Melilla para cumplir con el servicio militar o destinados como oficiales o suboficiales de nuestro Ejército.
Muchos son los nombres y poco el tiempo; serían precisas bastantes horas para dar cabida a todos. Es este pues un brevísimo resumen con el que rendir homenaje a todos y cada uno de ellos.
Recorrido cronológico, haciendo principal hincapié en aquellos nombres prácticamente desconocidos pero merecen el reconocimiento que se da a todo aquel que calificamos como "Héroe", al que entrega lo más preciado que tiene el ser humano: "la propia vida".
Estas líneas se centran solo en los que figuran como fallecidos en acción de guerra, o herido por arma de fuego que es la anotación que aparece en los libros de registro como causa de la muerte.
Indudablemente también hubo fallecimientos como consecuencia de haber contraído algún tipo de enfermedad durante su estancia en África, siendo las más frecuentes: fiebre tifoidea, bronconeumonía, tuberculosis pulmonar, infección intestinal, gripe epidémica, sarampión y meningitis.
Sin obviar otros motivos como por ejemplo miocarditis, púrpura infecciosa, escarlatina, perforación intestinal o accidentales como shok traumático por atropello de automóvil, ahogamiento, aplastamiento de tórax o tras recibir la coz de un caballo.
Pero antes de adentrarnos en nuestro camposanto es necesario hacer mención de aquellos que recibieron sepultura en las posiciones que por entonces defendían nuestros hombres y de los que no existe constancia que fuesen trasladados como el caso de:
MELITÓN GRIMALDO CERRILLO
Primer teniente de Artillería
Soltero, 23 años; Ramón y Francisca
Torres (Jaén)
† 26 de octubre de 1909 de fiebre perniciosa adquirida en campaña, en el hospital de campaña en la Alcazaba de Zeluán donde recibió sepultura.
O los que nunca se supo dónde quedaron sus cuerpos como el heroico y laureado teniente DIEGO FLOMESTA MOYA, cuyo nombre está unido al de la posición de Abarrán. Un artillero que no falleció como otros compañeros junto a los cañones sino a manos del enemigo que quiso mantenerlo con vida para que fuese su instructor. Un murciano llegado a tierras africanas en 1920 y que aun sabiendo que al negarse a enseñar a sus captores su vida no valdría nada, lo prefirió muriendo el 30 de junio de 1921 en el cautiverio.
De él escribiría poco antes de morir, Ernesto Nougués, en una carta dirigida a sus familiares las siguientes líneas:
"El teniente de Artillería don Diego Flomesta y Moya, que estaba en la posición que se comieron, ha muerto en el cautiverio hace pocos días. El pobre ha debido pasar ratos horribles; fue el único oficial que cogieron vivo, y como era de Artillería, intentaron curarle las dos heridas que tenía y utilizarle después para instruirles en el manejo de las piezas; él, que vio el horroroso porvenir que se le presentaba, se negó a tomar alimentos y ha muerto de hambre; un verdadero héroe, al que nadie conoce y del que nadie hablará…"
PANTEÓN DE MARGALLO
Conocido popularmente como "Panteón de Margallo", se erigió en 1896 para albergar los restos de las víctimas de los sucesos de 1893, gracias a una suscripción popular organizada en la Península, con el fin de recaudar fondos para su construcción.
El proyecto se aprobó en octubre de 1895. Fue realizado por los primeros tenientes Carlos Peñuelas Calvo, del Regimiento de Infantería de Toledo y Bernardo Manzano Valdés y Manuel Guiao Fernández del Batallón Disciplinario de Melilla.
Previamente hubo una reunión en los salones del Circulo de la Amistad, de la que salió una Junta compuesta por varios oficiales.
1848
FRANCISCO LASALETA
Capitán
† 25 de mayo de 1848, herida de bala africana
Panteón de Margallo
En Efemérides de la historia de Melilla, obra Gabriel de Morales y Mendigutia, coronel de la Policía Indígena y Cronista Oficial de la Ciudad, quién falleció en julio de 1921, se hace la siguiente referencia:
"Don Francisco Lasaleta, Capitán de Artillería, fue herido de fuego de la fusileria de los moros fronterizos en ocasión de hallarse al pie del cañón de una de las baterías de la Plaza y murió al día siguiente".
El 22 de febrero de 1904 recibía sepultura en este mausoleo el capitán de Artillería Francisco Lasaleta, Sus restos se recogieron en una artística caja realizada en el Parque de Artillería de Melilla.
Francisco de Paula, Antonio, José María del Carmen, Isidoro, nació en Ciudad Real el 2 de enero de 1819.Era hijo legítimo de Ramón Lassaletta Tomati, brigadier de los Reales Ejércitos y de Josefa Martínez de Bengoa, naturales de Cádiz.
1909
ENRIQUE GUILOCHE BONET
Capitán de la Comandancia de Artillería
De Méntrida (Toledo), 35 años; hijo del doctor Enrique Guiloche y de Leonor Bonet.
Casado con Dolores Bayo.
Había sido destinado a Melilla en 1906
† 18 de julio de 1909 en Sidi Ahmed el Hach
Fila 1, nº 2
JOSÉ ROYO DE DIEGO
Comandante de la Comandancia de Artillería
De Madrid, 49 años; hijo de José y Emilia.
Contrajo matrimonio en dos ocasiones
Estuvo en Cuba y Filipinas. Su llegada a Melilla se produjo en el mes de mayo de 1909.
† 18 de julio de 1909 en Sidi Ahmed el Hach
Fila 1, nº 3
"Hacia las ocho de la tarde, el ataque va perdiendo intensidad, Hay ya muchas bajas por ambas partes y parece que el combate se va a suspender por el desgaste sufrido en los dos bandos.
… Se ha concluido el rancho de la noche. Charlan los más, reunidos, mientras limpian sus platos con miga de pan. Otros buscan acomodo para pasar la noche. Se empiezan a montar los puestos y patrullas.
El capitán Guiloche acaba de dar la novedad en una tienda del Cuartel General y luego comenta con el comandante Royo las incidencias del día.
De pronto, un intenso tiroteo corta en seco las conversaciones. El enemigo ha iniciado un nuevo ataque, que promete ser violento.
Cerca de 6.000 rifeños rodean ya casi por completo el campamento. Entre las ocho y media y las nueve, aprovechando la oscuridad, se abalanzan de súbito sobre los incompletos parapetos y 200 y 300 atacan la batería de Guiloche…
Apenas han recorrido unos pasos cuando se encuentran con el comandante Royo y el capitán Guiloche, que están mandando a unos artilleros sacar munición para disparar a cero, a bocajarro, sobre los atacantes. Royo se dirige al capitán de municionamiento:
- De prisa, Barbeta; pida fuerzas de Infantería. Hay que tapar la brecha.
Corre Barbeta a cumplir la orden pero aún cree distinguir a lo lejos la voz firme del comandante:
- Amigo Guiloche: Hay que morir. Vamos a las piezas.
Si. Ha dicho eso al capitán Guiloche, y éste ha contestado sencillamente:
- Vamos
Hay una extraña firmeza en el laconismo de la respuesta. Se estrechan la mano al acercarse el uno a otro. Sus mirada se cruzan un momento en la oscuridad… Luego corren hacia los cañones.
Sólo unos cuantos hombres han reaccionado y siguen a distancia a Royo y Guiloche.
Arrastrándose, unos 25 o 30 moros han llegado a punto de alcanzar los cañones. Ya los consideran suyos. Royo y Guiloche corren cada uno a un cañón. Guiloche ha llegado junto a la cuarta pieza. Royo está ya entre la primera y la segunda. No se las llevarán. Desde allí disparan sus revólveres sobre los bultos pardos, que se acercan agazapados a unos pasos tan solo…
Herido el comandante Royo, se detiene, vacila, cae a tierra y aún hace un disparo. Un segundo después recibe otro balazo el capitán Guiloche… Agarrándose al cañón quiere seguir tirando…, pero muere abrazado a la rueda…"
España en sus héroes
ALFREDO ROGERS MATTI
Capitán de Artillería
† 20 de julio de 1909 en la Segunda Caseta
"La batería del capitán don Alfredo Roger, procedente de Barcelona y emplazada frente a la 3ª Caseta, causaba los más terribles estragos, en los grupos de los cabileños, pero no por eso se interrumpía el ataque, antes bien, éste era cada vez más impetuoso.
El capitán Roger se vio obligado a ordenar varias salidas dirigidas por él para contener a los rifeños y, entre ensordecedora gritería, peleábase cuerpo a cuerpo, machetes contra gumías.
Allí murió el capitán Roger de un balazo en la mejilla, gloriosamente, como murieron tantos otros."
CONTINUARÁ…
