Amnistía Internacional lanza una ‘ciberacción’ para recoger firmas y solicitar mayor protección para los residentes del CETI. En la misma, relata la historia de Mariam, argelina y víctima de maltrato, que lleva más de un año viviendo en el centro junto a su hija de tres. Según expone, la solicitante de asilo ha sufrido en Melilla episodios de violencia de género, además de recibir amenazas de muerte de su marido. De este modo, la ONG trata de visibilizar la importancia de que se traslade de forma urgente a la Península a aquellos demandantes de asilo más vulnerables: víctimas de maltrato o de trata, personas con discapacidad o aquellas son perseguidas por su orientación sexual o ideológica.
Amnistía Internacional (AI) ha iniciado una petición de recogida de firmas para reclamar medidas que garanticen la integridad física y psicológica de los residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Para demostrar la necesidad de que se refuercen las medidas de seguridad para proteger a refugiados y migrantes, la ONG comparte la historia de Mariam, una mujer de origen argelino que lleva más de un año viviendo en el centro junto a su hija de tres años. «Durante mucho tiempo fue maltratada por su marido», dice. «Una vez en España, las palizas y los insultos continuaron, incluso dentro del CETI», añade la asociación.
Según explica AI, la «única medida» que se tomó fue expulsar al marido del CETI, un hecho que tampoco ayudó a mejorar la situación. «Continuó sufriendo amenazas, incluso de muerte, hasta el punto de que durante mucho tiempo no se atrevió a salir a la calle».
A través de la experiencia de Mariam, la ONG reivindica la falta de medidas adecuadas para garantizar la seguridad, en este caso de la argelina y su hija, ya que la «condición de víctima de violencia de género hace que sea urgente el traslado a la Península». En este sentido, denuncia que, a pesar de ser solicitante de asilo, se le ha impedido el traslado y «no han garantizado los derechos» que tiene reconocidos en la legislación española.
Amnistía Internacional lamenta que, como Mariam, miles de personas han solicitado asilo en España este año. «Muchas de esas personas han llegado a través de Ceuta y Melilla, ciudades donde las expulsiones sumarias, los abusos policiales en la frontera y la dificultad de acceso a un sistema de asilo justo y eficaz hacen que sea muy difícil acceder a la protección internacional», sentencia.
En la misma petición, que ya ha conseguido el respaldo de más de 19.000 firmantes, se pone de manifiesto los obstáculos con los que se encuentran las personas «en situación vulnerable, desprotegidas y desatendidas», como Mariam y otras víctimas de violencia de género. Apunta que también hay víctimas de trata; personas con alguna discapacidad o que han tenido que huir por ser perseguidas por su orientación sexual. «Por eso, personas como Mariam deben ser trasladadas de manera inmediata a la Península», reclama Amnistía Internacional.
El miedo de las víctimas a las represalias de los agresores
A la organización le preocupa también que, ante los casos de violencia de género se imponga como medida sancionadora la expulsión del agresor, algo que afirma que no protege verdaderamente a la víctima. “Muchas no quieren denunciar porque temen las represalias de sus agresores que, en ocasiones, se encuentran durmiendo en la calle enfrente del CETI cuando son expulsados”, aseguran desde Amnistía Internacional.
