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Águila pescadora: El águila del mar

Por Manuel Tapia, miembro de la Sociedad de Estudios Biológicos Iberoafricanos y responsable del área de conservación de la naturaleza de Guelaya-Ecologistas en Acción Melilla

El emblema de la costa de Alhucemas
El porte señorial de esta bella rapaz ya de por sí es un motivo para usa su imagen y su nombre como emblema en aquellos lugares donde vive, pero hay otra poderosa razón por la que el águila pescadora (Pandion haliaetus) está en el escudo del parque nacional de Alhucemas y la imagen más usada por sus gestores para divulgar los atractivos de este espacio natural. La razón es la especial presencia de esta rapaz en los acantilados del parque, estimada hace algunos años en un número superior a veinte parejas reproductoras.
Esta gran cantidad de nidos hace de estos acantilados el lugar con mayor concentración de pescadoras de todo el Mediterráneo, y eso es algo especialmente valorable, teniendo en cuenta que las águilas pescadoras han estado a punto de extinguirse como especie nidificante en las costas mediterráneas.
De hecho desapareció como especie reproductora de las costas de la península durante muchos años, reduciéndose su presencia a los pocos ejemplares del norte de Europa que invernaban en puntos concretos del litoral andaluz. Durante años las Baleares y Canarias, fuera de la península, han sido las únicas zonas del estado español donde las águilas pescadoras se reproducían.

Recuperación de la especie
El proyecto puesto en marcha para reintroducir esta rapaz en las costas de Cádiz comenzó a dar frutos después de algunos intentos frustrados, y hoy ya hay dos enclaves, uno en el litoral de Cádiz y otro en el de Huelva, donde las pescadoras crían todos los años en la península. Quizás la decisión de que se escogieran ejemplares procedentes de Escandinavia para volver a crear una población estable no fue muy acertada, y pudo ser una de las razones de que los primeros intentos fueran fallidos, ya que como en muchas otras especies, las poblaciones que viven más al norte tienen costumbres migratorias, debido a que los inviernos allí son más duros. Al parecer, las primeras parejas de origen escandinavo introducidas en el litoral gaditano conservaban ese instinto migratorio, y abandonaban el lugar donde habían sido reintroducidas sin haber llegado a intentar reproducirse.
Tal vez lo más acertado hubiera sido introducir ejemplares procedentes de la población que habita los acantilados de Alhucemas, habituados a unas condiciones ecológicas muy similares, y con hábitos migratorios muy puntuales, ya que los inviernos aquí no obligan a estas aves a desplazarse al sur. Además, el parentesco genético de estas aves con las que antaño nidificaban en los acantilados peninsulares es, por fuerza, muy superior al de las águilas suecas o finlandesas. De todas formas el éxito del proyecto de recuperación de las colonias de cría en Andalucía ha animado a reproducirlo en otros puntos del litoral peninsular.

Pesca accidentada
Debido a la aparatosidad de los métodos de caza de la pescadora, que se lanza a por sus presas desde el aire produciendo un sonoro impacto en el agua y a continuación un espectacular chapoteo con las alas para poder alzarse en vuelo nuevamente, muchos ejemplares jóvenes no superan las primeras lecciones de caza de sus progenitores y suelen terminar flotando en el mar sin posibilidad de alzar el vuelo y con muchas probabilidades de terminar ahogándose.
Algunos de estos ejemplares jóvenes logran ser rescatados por pescadores y personal voluntario, aunque actualmente no existen muchos medios para reinsertar a estas aves en el medio, aún sin padecer ninguna lesión, ya que la especialización de esta rapaz es muy alta, y la enseñanza de los padres en el arte de la caza es vital en los primeros estadios de su vida.

El águila pescadora en nuestro entorno.
Como especie migratoria, es fácil observar a las águilas pescadoras en los pasos migratorios de primavera y otoño. Algunos ejemplares descansan y se alimentan en los acantilados de Tres Forcas y la laguna de la Mar Chica, y en muchas ocasiones realizan incursiones dentro de los límites de Melilla, por su cercanía a la gran laguna. Lejos queda la época en que el águila pescadora anidaba en Tres Forcas, y hoy en día el aumento de la presión humana en sus costas aleja la posibilidad de que esta especie se vuelva a reproducir allí, a pesar de que sus acantilados y aguas cristalinas ofrecen todo lo que esta especie necesita.
En cuanto a la laguna de la Mar Chica, la abundancia de presas, sobre todo mújoles, y la calma del agua que facilita los lances de pesca ofrecen también unas condiciones idóneas para los ejemplares que suelen pasar el invierno allí, pero el bajo litoral arenoso de la laguna no ofrece lugares donde esta especie pueda establecer sus nidos.

La pareja de Chafarinas.
En las islas Chafarinas suele nidificar una pareja todos los años, con suerte desigual. Por desgracia, por ahora son pocas las veces que logran que sus crías lleguen a la fase de abandono del nido; al parecer, la presencia cada vez mayor de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) en las islas, favorecidas por los hábitos humanos y la abundancia de basuras cada vez mayor, hace muy difícil terminar con éxito la crianza para las demás aves que habitan estas islas, la pescadora entre ellas, por la depredación que ejercen las patiamarillas sobre los pollos de cualquier nido que esté a su alcance.
La reanudación de las tareas de control de la población de patiamarillas en las Chafarinas puede lograr que aumente la población de pescadoras en estas islas, ya que por otro lado reúnen las condiciones idóneas, por la altura de sus acantilados, la abundancia de presas y la claridad de sus aguas, para que esta especie prospere allí. Es un objetivo deseable y cuya consecución no debe ser difícil, a tenor de otras experiencias anteriores que lograron que se salvaran las últimas gaviotas de pico rojo. La presencia de una población estable de águila pescadora en las islas Chafarinas puede ser el último peldaño para confirmarlas como uno de los mejores santuarios para las aves marinas del Mediterráneo.

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