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AGRADECIDO

 Por Mimón Si-Alí

Parece el inicio de la canción que tan popular hizo Rosendo allá por los 80, pero no es así. Creo que ha llegado el momento, tanto por mis circunstancias personales, familiares y profesionales, de dar Gracias, a todos aquellos a los cuales “Ángeles” que en un determinado momento para bien o para mal han guiado mi vida. Y como decía mi padre, “El Señor Si Alí’: “Es de bien nacido ser agradecido”.

En primer lugar, como no, dar las gracias a Mohamed Ali Amar, mi padre y Mammat Tieb Laarbi, mi madre, trabajadores natos, humildes, luchadores, que lo dieron todo porque su hijo pequeño pudiese estudiar a toda costa (aunque nunca entendieran nada de lo que hacía) y no se desviase del camino. Siempre os tengo presente en mi memoria.

En segundo lugar, a toda la pandilla de “Cabrerizas”: Musa “el toro”, Said “Churruca”, Mustafa “muñeco”, Hassan, Musti, Jordi, Kuider, Asis, Agustín, Chota y muchos más que me enseñaron el valor de la palabra y la amistad, en circunstancias muy precarias.

A mi ángel de la guarda, que siempre estuvo allí y que cuando decidí dejar de estudiar me obligó a ir a lo que denominábamos “Maestría”, la actual FP: mi hermano Hamed Si Alí, uno de los primeros diputados bereberes de Melilla, una persona buena que ha ayudado a muchísima gente y de la cual todo el mundo, sea del color que sea, lo aprecian y lo quieren.

En tercer lugar, a mi Maestro de Educación Física y actividades extraescolares en el Colegio García Valiño “Dº Andrés Canto”. Me enseñó lo importante de hacer deporte, y sobre todo fue el que me descubrió el fascinante mundo de la guitarra e hizo que me dedicase por completo al deporte y a la música dejando de lado las malas compañías… Sin él, quizás otro gallo hubiera cantado. Creo firmemente en el dicho de que siempre hay un maestro que te marca de por vida y en mi caso ha sido él, nunca le estaré lo suficientemente agradecido.

A mis profesores de FP1, que pese a mi conducta errante, decidieron darme un voto de confianza para que pudiera continuar mis estudios en Barcelona. Ellos y solo ellos saben el motivo… espero no haberles defraudado por la apuesta tan arriesgada que hicieron.

A mis colegas, hermanos de la adolescencia, Javi Salguero, Víctor Camacho, Zamudio, Rafa “Fiera”, Patricio, Sufian y la Hermandad de la Casa de la Juventud, porque en épocas de confrontación me hicieron sentir uno más. No olvido las juergas de comidas y películas en casa de Salguero y en la Casa de la Juventud.

A Josefa y todos los compis de Barna que tanto y tanto me ayudaron a poder sacarme el título en Barcelona y utilizar su teléfono como vía de escape (no existían los móviles)

A mis profesores de la Escuela Universitaria de Trabajo Social, que en el momento más errático de mi vida, hicieron todo lo habido y por haber para que pudiese continuar, pese a la muerte de mi madre en plenos exámenes de junio, y a todos mis compañeros de clase cuya carta y telegrama de apoyo firmado por TODOS, aún guardo como una reliquia y que en momento de duda personal hace que siga creyendo aún más en el ser humano.

Al Padrino, amigo y hermano desde hace más de 30 años, Pedro Zamudio, no sólo por estar allí en todos los acontecimientos felices, dramáticos y de toda índole que me han ocurrido, sino porque sin él jamás hubiera podido estudiar la Carrera de Trabajo Social, ofreciéndome gratis el piso para que tuviera un sitio donde vivir y estudiar durante tres años. No existe suficiente gratitud, por eso somos la hermandad del tatuaje. Te quiero hermano.

A mi otro gran hermano, Ángel Turrión, que cada día añoro más, que me trató como un hermano pequeño y cuya amistad duró hasta su marcha. No he conocido a nadie como él: noble, humano, todo bondad… Añoro las risas locas y escapadas durante mis guardias del instituto, las juergas de madrugada que tantas  veces vivimos… siempre presente. No me he reído tanto en mi vida. Aunque estás presente, echo de menos esas risas.

A mi hermano pequeño y cuñado, cuya genialidad quiso reservarse para si el destino, Pedro Pardos Bravo. Me enseñó la ingenuidad de la vida, la alegría del momento y aunque parecía que el maestro de la vida era yo, al final fuiste el verdadero maestro. Se te echa de menos por aquí cerca… hubieras alucinado con Yael, Saulo, Noé y Uriel.

A Francisco Narváez “Culi” porque me enseñó que la bondad del ser humano no tiene límites y él es la personificación de esa bondad, jamás se me olvida Ceuta amigo y maestro. Siempre me ayudó en todo lo que pudo y aún sigue allí. 

A Ramón Gavilán, José Megías y Ángel Castro, porque me dieron la oportunidad de demostrar mis conocimientos en Trabajo Social en el Centro Asociado de la UNED Melilla, desde hace ya muchísimo años… Espero no haber defraudado la confianza depositada en mí y haber colaborado en la formación de tantos y tantos alumnos de Trabajo Social, ahora compañeros de profesión. Nuevamente Gracias

También a “Los Forajidos” por haberme llevado hasta el cielo, con tantas y tantas horas de buen Rock and Roll, a Ángel Castro, Higinio, Salvi, Chicha y compañía por ser mis confidentes y hacerme partícipes de tantos eventos musicales y de toda índole y por brindarme su amistad, experiencia y consejos sin esperar nada a cambio. 

Al “Filántropo musical” Antonio Moreno, que desde que era un niño y por amor a la música, me permitió poder tocar con sus equipos de telonero en grandes bandas venidas a la ciudad. Menudo negocio hiciste conmigo.

A Antonio García Alemany, como buen ángel, apareció en un determinado momento profesional de mi vida y sin conocerme de nada, se puso con su escudo y evitó lo que podría haber sido una desgracia. Aunque tengamos nuestros momentos críticos, es un gran amigo. Gracias Crack por hacer lo que hiciste sin pedir nada a cambio. Y siempre estar presente. También a aquellos políticos que no voy a nombrar que con sus actuaciones llenas de ira y rencor me enseñaron lo que un ser humano jamás debe hacer a otro. Fue una gran enseñanza y hoy en día se repite el ciclo con “políticos amigos” que me han dado una gran cura de humildad al enseñarme la delgada y efímera  línea  entre amistad y poder. Pero dichas actitudes me hacen más fuerte en mis convicciones de seguir ayudando al más débil y necesitado, que fue lo que me inculcaron. También a aquellos políticos que pese a no pensar como yo, me dieron la oportunidad de trabajar a su servicio con total independencia, demostrando que ayudar a los demás está por encima de cualquier ideología u “odio africano”

A todos los menores con los que trabajé a lo largo de todos estos años, por enseñarme a recuperar mi filosofía primigenia de lo que es el Trabajo Social, con un colectivo tan estigmatizado y denostado. Para saberlo hay que estar con ellos.

A un chico, que en un escrito en los medios de comunicación me hizo el mayor halago que se le puede hacer a un profesional del Trabajo Social: me llamó “El Custodio o defensor de los Ángeles de alas rotas”. Es el mayor halago que me han hecho en vida y no creo que haya estado a la altura pero muchas gracias. Espero algún día conocerte  e invitarte a un café.

Al Doctor Pedro Sánchez Zambrano, un grandísimo médico humanista que se desvivió más allá de su profesión y horario para atender a mi padre y ahora es el custodio de mi salud. También al Doctor Juan Ríos por llegar a mi vida  en la enfermedad de mi madre y luego ser mi amigo y un gran músico  profesional. A la Doctora Silvia por cuidar de mi cerebro.

Al Club del “Cali” A.R, L.R, P.M, J.R, por hacerme partícipes de sus cafés y confianza y por estar allí siempre que los he necesitado sin pedir nada a cambio. A mi gran colega  Chiqui  “pájaro” por tantas y tantas noches de música y de risas infinitas. Siempre presente amigo.

A mis hijos Yael, Saulo, Noé y Uriel, que son la razón de mi vida, gracias por recordarme mis deberes como padre y por enseñarme tantas y tantas cosas indescriptibles que son imposibles de agradecer en dos vidas seguidas todo el bien que me hacéis a diario. Os quiero

Y por último darle las GRACIAS de manera incuantificable, a mi tabla de salvación, al faro que ilumina mis lugares más oscuros, a la persona que ha regido toda mi vida, en los momentos buenos y en los malos. Sin ella no estaría donde estoy, eso es seguro. Es  mi verdadero ángel de la guarda. Si ella esta vida no tendría sentido. Es mi talón de Aquiles. Ella es mi amiga, compañera, novia, esposa, musa, jefa…Mª CARMEN Pardos Bravo “Tate”, sí, mi mujer con la que llevo toda mi vida con ella. Te quiero y lo hago público. Gracias por estar , por sacrificarte siempre tu antes que yo, por darme lo que yo jamás podría darte ni al 50%. Doy gracias a dios por cada minuto, segundo y hora que estoy contigo. Eso no tiene precio y te vuelvo a querer infinito y volver.

Y ahora sí, como decía Rosendo: “

PROMETO ESTAROS AGRADECIDO”.

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Redacción

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