El presidente de Acome, Enrique Alcoba, lamenta que en los últimos días ha podido contar hasta doce locales del centro que han echado el cierre para siempre. Por otro lado, añade que ha visto otros tres comercios que han anunciado su liquidación. “No da lugar al optimismo”, comenta. Alcoba además afirma que las ventas durante la Semana Santa son tan escasas que muchos negociantes aprovechan para darse unas vacaciones, ya que las calles quedan “desérticas”. Pide a la Ciudad que busque fórmulas para reflotar las ventas. El comercio en la ciudad no atraviesa su mejor momento. Según afirma el presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla (ACOME), Enrique Alcoba, sólo en los últimos días ha podido contar hasta doce locales que han cerrado en el centro.
En sus cristaleras se cuelgan carteles de «Se alquila» o «Se vende». Mala señal, apunta el responsable de la entidad de comerciantes. Alcoba, además, dice que ha contado otros tres comercios que se encuentran de liquidación.
«Cada vez se están dando más cierres y eso no da lugar al optimismo», indica el portavoz de los comerciantes, quien apunta que prefiere «no imaginar» cómo puede influir en los pequeños negocios céntricos la apertura del centro comercial que se ubicará el antiguo cuartel militar de Valenzuela.
Según sostiene Alcoba, esta apertura sólo puede repercutir negativamente en los comercios del centro que no cuentan ni con la ayuda ni con los alicientes necesarios para cambiar esta tendencia, afirma.
«Cuando los negocios cierran es porque no hay ventas. Nos faltan los clientes potenciales porque a la ciudad le falta vida. Y a eso habrá que añadir la competencia en una gran superficie», lamenta el responsable de Acome.
La Semana Santa
La Semana Santa en Melilla tampoco propicia la actividad en los comercios locales. «Las ventas son muy flojas, casi nulas», cuenta Alcoba. Como señala, «la mitad de la población se va» y la ciudad «queda desértica».
Según apunta, hay negocios que aprovechan esta semana incluso para darse unas vacaciones. «Con las calles tan vacías es que a veces no merece la pena ni abrir», lamenta.
Como recuerda el presidente de Acome, son las autoridades las que tienen que encontrar fórmulas para que el comercio local siga vivo en la ciudad y que la Semana Santa tenga mayor impulso en las ventas.
«Tienen que intentar atraer a gente para contrarrestar la pérdida de compradores potenciales que se van de Melilla», dice. En este sentido, recalca el hecho de que se hayan reforzado los transportes que operan con la Península durante esta semana: «Pero no porque vienen, sino porque se van en masa».
Exclusividad en Beni Enzar
En esta búsqueda de soluciones, Alcoba considera que Beni Enzar tendría que ser una frontera exclusiva para turistas. Tanto para los que vienen a Melilla como los que pasan a Marruecos.
A su parecer, se debería habilitar un único paso para el comercio atípico y marcar otro horario más limitado. «Pero Beni Enzar tiene que ser para el turismo real, no se pueden formar allí esas peloteras porque no benefician a nadie», añade.
«Lo que está claro es que el comercio atípico se ha triplicado y que los puestos fronterizos no tienen la capacidad suficiente para su desarrollo. Habría que ampliar los puestos, los guardias y los horarios», comenta Alcoba.
No obstante, apunta no estar muy seguro de que esa sea la voluntad real tanto del gobierno local como del nacional. «Lo dudo», sostiene.
