El conflicto político desencadenado en Ceuta y Melilla había servido como pretexto al primer ministro Abderraman Yusufi, para cuestionar la españolidad de ambos territorios y reclamar la negociación entre los Gobiernos de España y Marruecos de un nuevo estatuto para las dos ciudades. Desde todas las fuerzas políticas y desde el Gobierno, la reacción había sido la misma: recordar que las dos plazas son españolas desde antes de que se creara el Reino de Marruecos y que así estaba reconocido internacionalmente, por lo que nuestro país no tenía nada que negociar al respecto con el gobierno marroquí.
En cuanto a la feria, iba a contar con un presupuesto de 70,5 millones de pesetas. Una feria que iba a contar con un cartel de toros en el que figuraba Miguel Báez “El Litri” , Finito de Córdoba y “El tato”.