La Semana. MH, 18/09/2023
Por: J.B.
Los caballos de Troya de la política
Cuenta la leyenda que el 24 de abril del año 1124 a.C., tras diez largos años de asedio que habían minado su moral y causado enormes bajas entre sus filas, los griegos penetraron en la inexpugnable Troya valiéndose de un enorme caballo de madera que los troyanos, en su inocencia, introdujeron en la ciudad.
Para lograr tomar de una vez Troya, Ulises, el rey de Ítaca, ideó la creación de un enorme caballo de madera donde se introdujo un grupo escogido de guerreros, que acabó destruyendo la ciudad.
Sinón, un espía griego, engañó a los troyanos haciéndoles ver que el caballo era una ofrenda de los griegos para Atenea, como consecuencia de haberla fallado, y por ello los troyanos decidieron hacer entrar el caballo a la ciudad.
Hay una gran diferencia entre intuir y ver algo con tus propios ojos. Que los nacionalistas están muy crecidos por su creciente influencia en la toma de decisiones que deciden el futuro de España es algo que hasta el más obtuso (o el más convencido, porque no hay más ciego que el que o quiere ver) puede intuir; pero, con la inestimable ayuda de Pinocho Sánchez y los suyos, ahora están envalentonados, como pasa con los matones cuando están respaldados con sus “amigos”, y ya no se esconden; Ahora podemos ver desplantes a todo lo que huela a España un día sí y otro también.
Querer imponer lenguas menores (las usa una gran minoría) en el Congreso y en el Parlamento Europeo (ya hay una fuerte oposición de algunos países a que se consienta) es algo que exaspera/repugna a la gran mayoría de españoles, pero el ver, en un video del año 2017 que se ha hecho viral, como quitan, con muy malos modos, la bandera de España del Ayuntamiento de Tárrega (Lérida) delante de una multitud enfervorizada es una vergüenza que da que pensar.
Los nacionalistas son nuestros particulares caballos de Troya e igual que los griegos destruyeron Troya, estos quieren destruir España desde dentro
Los nacionalistas son nuestros particulares caballos de Troya e igual que los griegos destruyeron Troya, estos quieren destruir España desde dentro. En los últimos años se han cometido varios errores garrafales que, esperemos no acaben con la España que conocemos: 1) No haber cambiado (el PP debió hacerlo cuando tuvo mayoría absoluta, pero, no se sabe por qué, no lo hizo) la ley electoral (que da, de facto, el poder a una minoría nacionalista insignificante en votos sobre el total de la población), para que no tengan más valor unos votos que otros; 2) Haber cedido la educación a las comunidades autónomas (lo que ha hecho que les hayan comido el coco a los niños y el sentimiento nacionalista haya avanzado de forma considerable); 3) Tener la desgracia de haber caído en las manos de facinerosos como Pinocho y su nueva amiga de cabecera, Yolanda Díaz. Veremos si aún estamos a tiempo de arreglar el tema…
Tenemos la desgracia de haber caído en las manos de facinerosos como Pinocho y su nueva amiga de cabecera, Yolanda Díaz
Caballo de Troya local
El principal partido de la oposición en Melilla, CPM, ratificó el pasado sábado que mantenía su rechazo a participar en los actos del Día de Melilla que tuvieron lugar el pasado domingo 17 de septiembre (finalmente volvieron a no asistir, una mala costumbre que se repite año tras año) por considerar que «está impuesto por la derecha más reaccionaria desde los años noventa». La formación que preside Mustafa Aberchán señaló que el 17 de septiembre «es una de las muchas fechas que dan contenido a nuestra rica historia, pero no creemos que aúne y aglutine a todos los melillenses, como así debería ser al tratarse de la elegida institucionalmente para la celebración del Día de Melilla».
Las excusas de CPM y de Aberchán no son creíbles y parecen una tomadura de pelo
Las excusas de CPM y de Aberchán no son creíbles y parecen una tomadura de pelo. Si lo que se celebra, el día de Melilla (el día en el que hace siglos se unió a España, antes de que Marruecos existiera), es importante, no importa quién lo organice ni el por qué; Parece que CPM en general y Aberchán en particular tienen intereses inconfesables con Marruecos que podrían estar detrás de la pertinaz, año tras año, decisión de no participar en los actos del Día de Melilla.
“Excusatio non petita, accusatio manifesta”: Excusa no pedida, acusación manifiesta. El término se refiere a que, el que se excusa de algo de lo que nadie le está acusando, se incrimina a sí mismo. Es lo que está haciendo Aberchán al defender (curioso que no hable nunca de la españolidad de Melilla) su compromiso y el de CPM con la ciudad, algo que nadie le ha cuestionado, para justificar su no presencia en los actos.
