De vez en cuando, zapeando con el mando de la tele, suelo ver el programa: “Maldita Hemeroteca”, en el que se puede observar aquello de: “donde dije digo, digo Diego”, dejando con el culo al aire a muchos políticos “desmemoriados”. Esto viene a cuento porque hace unos días observaba en Internet la página: “Fotos Antiguas de Melilla”, en el que se ve al actual dirigente de la oposición, cuando era Presidente de la Ciudad, subido a una tribuna, muy “pegaíto” a la fachada de lo que antaño fue Comandancia General, y también en una corta época, Capitanía, en El Pueblo; pronunciando un discurso en el Día de Melilla. Al verlo retratado, en su papel de discursante, se me vino a la memoria lo que este hombre, ahora piensa respecto a esa fecha tan señalada para nosotros, los melillenses. Y yo, con todos los respetos, habidos y por haber, y sobre todo con la virtud cristiana que me enseñaron mis mayores (q.e.p.d), les pregunto a los responsables políticos de nuestra Ciudad: Si igual que existe una hemeroteca en cualquier periódico o revista, que cualquier españolito puede consultar, también en los archivos municipales deberá encontrarse ese discurso que pronunció éste dirigente, ahora en la oposición, y otrora en la Presidencia de la Ciudad: ¿Podríamos verlo publicado en estas páginas?. Creo que sería una gran gozada como noticia. No sé a ustedes, pero a mí me encantaría, que en la actualidad, este señor pronunciara la famosa frase: “Donde dije digo, digo Diego”, y rectificase, o arrepintiera, si es que hubo motivo, de lo que dijo entonces en su alocución. Porque: ¿quién no ha cambiado a veces de opinión, y ha salido orgullosamente con la testa hacia arriba?; creo que la gran mayoría de nosotros, como humanos que somos, lo hemos hecho, y aquí estamos, tan frescos, mondos y lirondos, y con nuestras conciencias más limpias que el culo de un niño chico recién lavado y empolvado.
Hay un romance, con toda la idiosincrasia y cultura española, que
dice: “Una pica lleva al hombro/ porque su suegra le dijo/ que ha de ganar con la pica/ lo que perdió por el pico”. Así creo que si este señor entonces perdió algo por el pico, ahora como penitencia, debiera coger una buena pica, o también “picar billete”, que tampoco estaría mal, sobre todo para el Presidente Imbroda, que vería el cielo abierto.
Y para terminar les digo, que yo solo deseo leer lo que entonces dijo ante las autoridades y el pueblo de Melilla. Oiga, que es solo curiosidad, ¡eh!. Todo lo demás es ojana.
