6.500 almas iluminaron la Avenida Juan Carlos I durante el paso de una madre rota de dolor en la noche más triste, quieta, hermosa y respetuosa de toda la Semana Santa melillense
La noche del Viernes Santo será recordada en Melilla como aquella en la que el habitual manto de estrellas que cubre el cielo norteafricano se destapó, sumiendo a la ciudad en una profunda pero respetuosa oscuridad moteada por un larga hilera de llameantes luces rojas.
Un escenario quieto y sombrío por el que… Lea completa esta noticia en la edición digital de PDF de MELILLA HOY: https://online.melillahoy.es/membresias/
