Las descalificaciones, interrupciones y alusiones personales fueron una constante en un acalorado debate durante la parte final del pleno que la vicepresidenta primera de la Asamblea tuvo que llamar al orden varias veces
El Pleno de Control al Gobierno de la Ciudad ha vivido en la mañana de este viernes uno de los momentos de mayor tensión y crispación que se recuerdan en la Asamblea.
A pesar de que gran parte de la sesión plenaria ha transcurrido con normalidad y sin ningún enfrentamiento que resaltar, más allá de alguna que otra interrupción entre bancadas, la última interpelación que ha realizado el diputado del Grupo Mixto (Somos Melilla), Amin Azmani, a cuenta del “abuso grave” del Gobierno local de los contratos menores en los últimos seis meses, ha destapado la caja de los truenos, envolviendo al salón de plenos en un tormentosa bronca que enfrentó al dirigente localista con el presidente melillense, Juan José Imbroda, y con el consejero de Hacienda, Daniel Conesa.
“Ha entrado usted en insinuaciones calumniosas”, le ha espetado Conesa, que le invitó a que, “si tiene muchas pruebas”, sobre supuestas irregularidades en los contratos menores, que lo denuncie en el juzgado. Así, ha defendido que se cumple “escrupulosamente” lo establecido en la Ley de Contrataciones del Sector Público en las bases del presupuestos y demás normas de aplicación.
“No le voy a consentir que lance un manto de supuestas corruptelas, insidias y calumnias sobre la generalidad del gobierno, que es lo que usted ha hecho”, ha denunciado, exigiendo a Azmani a que se “retractara” en su intervención, que ha tachado de “indignante”.
Entre medias, el diputado de CPM, Rachid Bussian, también ha reprochado a Azmani que haga “oposición a la oposición” cuando el dirigente localista ha destacado en su intervención la gestión del anterior Gobierno tripartito en este asunto.
Amonestaciones
Estas respuestas empezaron a generar indignación en el dirigente localista, quien, en primer lugar, ha advertido a Conesa que “no me voy a poner a su nivel”. “No le voy a llamar sinvergüenza ni faltarle al respeto”, ha criticado, aclarando que simplemente había puesto “datos sobre la mesa” en lo referente a contratos menores, considerando “llamativo” que siete de cada diez contratos en el segundo semestre “solo acabe presentando oferta una única empresa”, que es la que acaba llevándose el contrato. Llegando a la conclusión de que la Ciudad Autónoma “apalabra los contratos con los adjudicatarios”.
No obstante, la primera llamada al orden -y amonestación- que ha recibido el líder de Somos Melilla llegó cuando ha intentado replicar al diputado cepemista Rachid Bussian. Imbroda le ha interrumpido instándole a que centrase su réplica en el Ejecutivo actual.
Este ha sido el primer encontronazo que han protagonizado Imbroda y Azmani durante la recta final del pleno, con constantes interrupciones, que le ha valido dos amonestaciones al segundo y una amenaza de expulsión del pleno por parte de la primera autoridad melillense, que ha acabado abandonando la silla de la Presidencia de la Asamblea para responderle.
“Polvo”
Pero poco tiempo ha tenido de responder Imbroda cuando el debate ha dado paso a una agitada bronca que se ha originado cuando Azmani, visiblemente airado, ha protestado ante la vicepresidenta primera de la Asamblea, María José Aguilar Silveti, de que uno de los miembros de la bancada del Gobierno local le ha llamado “sinvergüenza”.
“¡Esto es intolerable!”, ha exclamado indignado mientras Silveti repetidamente le llamaba al orden para tratar de reencauzar un debate ya perdido.
“No va a conseguir nada señor Amin”, ha retomado Imbroda. “Cuando pasen estos cuatro años será polvo”, ha augurado, tachándole de “demagogo practicante” mientras le ha recordado distintos episodios de corrupción en los que supuestamente Azmani estuvo salpicado para decirle que “no tiene ninguna altura moral” para denunciar presuntos casos de corrupción.
