La llegada de estos 50 nuevos guardias civiles ayudará a equilibrar la situación en la frontera, donde la seguridad y la agilidad son esenciales. Ambos elementos, constantemente reivindicados por los ciudadanos para que la frontera no se convierta en un tapón o un foco de conflictos, se combaten con más agentes como los que ahora se acaban de incorporar a la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla
La seguridad es un pilar básico y fundamental en el Estado de Derecho en el que vivimos. Sin ella, sería imposible que nuestra sociedad pudiera tener un nivel razonable de calidad de vida y de bienestar. Sin seguridad, no habría garantía de tranquilidad en el día a día de los ciudadanos de a pie. La seguridad ha sido, sin lugar a dudas, una de las grandes protagonistas en la gestión del Gobierno en esta legislatura que está a punto de agotarse, debido fundamentalmente a las dos crisis migratorias que han sufrido nuestras fronteras, una en la valla y otra en los pasos fronterizos como consecuencia del éxodo sirio que aún continúa y que podría perdurar bastante más en el tiempo. Este fenómeno ha obligado a llevar a cabo algunos refuerzos en los medios de los que disponen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, algunos puntuales, como los agentes GRS y el helicóptero, y otros permanentes, como el que se acaba de producir en la Guardia Civil con la llegada de 50 nuevos efectivos y 6 suboficiales. Nadie puede poner en duda que se trata de una gran noticia para Melilla porque supone que los recursos humanos de la Benemérita en nuestra ciudad aumentan de una tacada alrededor de un 10 % del total de la plantilla cuando la tendencia generalizada en todo el país ha sido precisamente la contraria. Agentes, además, que no están empezando su trayectoria como ha pasado con otros refuerzos, sino que hablamos de guardias civiles que acumulan algunos años de experiencia y vienen, muchos de ellos, acompañados de sus familias, con lo que supone desde el punto de vista económico por el mayor consumo que conlleva todo incremento poblacional. Los melillenses vamos a notar de manera muy positiva que en nuestras fronteras haya medio centenar de nuevos guardias civiles. Era, de hecho, una de las demandas de asociaciones como la AUGC, que invitaba a corroborar el déficit de agentes de la Guardia Civil que había en la frontera para el registro fiscal haciendo una simple comparativa con el número de policías para efectuar el control documental. La llegada de estos 50 nuevos guardias civiles ayudará a equilibrar la situación en la frontera, donde la seguridad y la agilidad son esenciales. Ambos elementos, constantemente reivindicados por los ciudadanos para que la frontera no se convierta en un tapón o un foco de conflictos, se combaten con más agentes como los que ahora se acaban de incorporar a la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla. La palabra que el ministro del Interior dio el pasado mes de marzo en su visita se ha cumplido, afortunadamente, para satisfacción de una ciudad donde la seguridad es esencial por su idiosincrasia.
