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Atril Ciudadano

Tocata y fuga de esperanza

melillahoy.cibeles.net fotos 804 Antonio Salido

Cuando yo era joven, había una canción que me encantaba y entre otros “estribillos” decía así, “Esperanza, Esperanza, tu no sabes bailar cha, cha, cha”, cuando subía las empinadas escaleras desde la calle Explorador Badía hasta mi barrio, el Monte Mª Cristina en mi Melilla natal, había una casa que hacía esquina con la calle F (Río Segura) y frontal al muro del barranco (ahora eso está muy cambiado). En esa casa vivía una muchacha bastante mayor que yo, que se llamaba Esperanza y curiosamente, mientras hacía la faena de casa, en su “tocadiscos/picú” ponía mucho esa canción, yo me asomaba a su ventana y la veía bailar ese “cha, cha, cha”. Un día que me vio asomado, me invitó a pasar y también a bailar con ella, madre mía, yo con mis 15 años era todo “un flan”. Desde entonces, siempre me ha gustado mucho ese nombre, aquella canción que fue la que me inició en mi interés por el baile de aquella época (años 60) y ¿Por qué no decirlo?, aquella chica, Esperanza, que estaba “de muy buen ver por cierto” fue la que inició en mi el interés por los bailes “agarraos”. “Cuántas noches soñaba yo con aquella canción y la portadora de ese nombre”. Bueno, dejemos esta parte “mini-erótica” de mi adolescencia, que ya no se ni por qué la he traído aquí.

Quizás todo el párrafo anterior ha venido a cuento, por mis recuerdos solamente por el nombre, nombre que además de bonito, añade ese mensaje ¡esperanza!, esa esperanza que tenemos todos los humanos y en el caso concreto de nuestra España, esperanza cuando votamos en políticos, sean mujeres u hombres depositando nuestra confianza en que su labor y gestión sea honrada, honesta, transparente, en favor de los ciudadanos y con la “esperanza” también de que su actuación en todos los ámbitos sea ejemplarizante.

Me ha parecido mentira, o más bien vergonzoso el comportamiento de la Señora ex presidenta de la Comunidad del Oso y el Madroño, pongamos “presunto comportamiento delictivo” por lo del atropello y huída, esperemos triunfe la justicia, esa justicia que presuntamente también es o debería ser “igual para todos”. La Sra. Aguirre, adalid y ejemplar defensora de los valores Patrios, vencedora en cien batallas en las urnas madrileñas (bueno, algunas menos), Presidenta muchos años en la comunidad centralista del Reino, aunque, con la ayuda (no recuerdo bien si en las pasadas elecciones autonómicas o en la que hace dos) de algún que otro transfuguismo político “impensable”, creo que en esta ocasión, más si cabe que nunca se ha pasado “dos pueblos” y un control policial.

Esos agentes solo hacían que cumplir con su obligación y ella misma, independientemente de que dejase el coche en ese carril bus, 30 segundos, 1 minuto, o 15, le hubiese costado poco reconocer su error, pedir disculpas y decirles a los agentes todo lo contrario de lo que “presuntamente” les dijese, ¿qué multita y bronquita no? “Chula y prepotente” hasta la sepultura. Incalificable demostración del grado de despotismo que ha desplegado la susodicha en el presente caso, por otro lado, se me antoja que es fiel reflejo de la mentalidad imperante entre muchos de los altos cargos del partido gobernante. Qué mala educación demostrada, incluso con quienes estuvieron “a su servicio” cuando ocupaba cargos públicos.

Por favor, Señora Aguirre, Doña Esperanza, disfrute usted de su vida privada y olvídese de la política, sinceramente, creo que le haría un favor a su propio partido dejando la presidencia del mismo en Madrid, al mismo tiempo que nos lo haría a todos los españoles, así tendría usted más tiempo para sus plegarias religiosas y comunión diaria, mire, algún “almuerzo” ocasional con su “idolatrado Rouco” quizás les vaya bien a ambos y si todavía quisiera hacer un gran favor al País, a su País, quítele de la cabeza al ex Presidente de la Conferencia Episcopal sus “nostálgicas vueltas al pasado” y que se olvide de presunta semejanza de la situación actual española con la que provocó, según el prelado Rouco “la guerra civil”. Esa guerra civil que todos sabemos quién o quienes la provocaron, quienes dieron ese tremendo golpe de estado que acabó con la vida de cientos de miles de españoles, de familias enteras entre bando y bando y muchos de ellos aun sin localizar, “a algunos no les interesa y les trae sin cuidado”.

Estoy convencido de que esto que ha ocurrido quedará en nada o papel mojado, incluso, yendo más lejos, puede que los que paguen sean los agentes de movilidad por su “atrevimiento”, ya ha anunciado usted que los denunciará por “machismo y retención ilegal”. Seguro, que en situaciones similares, con cualquier otra ciudadana o ciudadano que no obedece, se da a la fuga y golpea la moto del agente, la detención hubiese sido inmediata, esposas puestas y conducción a comisaría. Siento decirlo y me duele que esto pase en mi país, España, pero no, todos “no somos iguales ante la Ley”.

Para terminar, se me ocurre alguna pregunta, ¿le aplicará Cifuentes la legalidad vigente?, ¿la comparará o asemejará a ser una firme candidata de “clase alta antisistema”?, sin embargo, presiento que la Señora alcaldesa de Madrid, Ana Botella, por lo menos, no mediará para que le quiten la multa, el carnet o no le lleven puntos del mismo. O mucho me equivoco, o todo este “Esper-péntico” caso dará mucho que hablar, aunque también la culpa puede ser, “por la herencia recibida de Zapatero”.

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