Melilla perderá una de sus ventajas fiscales de aquí a pocos meses si nadie lo remedia. Ya está aprobado y publicado en el BOE. Es oficial, por lo tanto, que Melilla perderá la bonificación a las cuotas patronales de la Seguridad Social, una medida que se implantó en 2004, hace casi 20 años, y que fue mejorada en 2015 con la ampliación de más sectores beneficiarios. El PP, que impulsó esa bonificación inicial y posterior extensión en el tejido productivo con los gobiernos de Aznar primero, y de Rajoy después, aspiraba ahora, desde la oposición, a ir más allá en esta ventaja fiscal cuando, vía enmienda a los Presupuestos Generales del Estado, ha pedido en los últimos años que esa bonificación, que es del 50%, suba hasta el 75%.
Pero el Gobierno de Sánchez, no contento con no aceptar una medida que sería buena para Melilla, lo que ha hecho es quitarla de raíz. Es decir, nos arrebata la bonificación que tenemos reconocida desde hace casi dos décadas para dejar a empresarios y trabajadores de esta ciudad en la estacada. Lo notaremos todos si alguien no lo remedia, unos en forma de pérdida salarial, que podría rondar entre 60 y 80 euros mensuales, casi nada en estos tiempos en los que muchos ni siquiera llegan a final de mes por la inflación y la subida de las hipotecas. Para otros, la consecuencia de este tijeretazo del Gobierno socialista será el despido, porque la patronal ya lo ha dicho: muchos empresarios están ahogados por las mayores cargas que deben afrontar para abrir sus persianas cada día y no van a poder con el encarecimiento en un 50% de sus plantillas que va a acarrear esta medida.
La norma que deroga la bonificación se publicó hace un mes en el BOE, pero no ha sido hasta hace unos días que se ha dado a conocer. El PP ya ha presentado sus preguntas en el Senado al Gobierno para intentar que dé marcha atrás y la Confederación Melillense de Empresarios ha pedido a todos los partidos y empresarios que levanten la voz para que la unión de todos impida esta tropelía, emulando lo que sucedió hace escasos días con otra eliminación de una bonificación reconocida en Ceuta y Melilla, la de los autónomos.
Pero, lejos de levantar la voz, el resto de partidos guardan un atronador silencio en torno a este problema que se nos avecina. Es sorprendente que ninguno de los miembros del Gobierno de Melilla haya salido a poner pie en pared por esta tropelía. Han tenido días para hacerlo, pero han decidido salir públicamente a decir otras cosas que para ellos deben ser más prioritarias que perder esta ventaja fiscal. Los representantes de los melillenses, que se supone que deben velar por sus intereses, demuestran que no les importa lo que pueda conllevar esta pérdida de la bonificación. Una indiferencia que se asemeja a la decisión perversa que llega desde La Moncloa de intentar dejar a Melilla desnuda de ventajas fiscales. ¿Qué quieren hacer con Melilla entre unos y otros? Terminar de hundirla, parece ser.
