Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

El rincón de Aranda

Sobre el castellano

melillahoy.cibeles.net fotos 1300 Juan Aranda web

Hace varios días un amigo me “recriminó”, al comentar un tema sobre la Generalidad de Cataluña, diciéndome que no se pronuncia Generalidad, sino “Generalitat”; o sea que quería que yo la dijera en catalán: “Yerenalitat”, lengua que siento no saber expresarme en ella como del Esperanto, o el suajili.

Entonces le respondí, preguntándole cual era la capital de Inglaterra, y respondióme que era Londres; y por qué era Londres y no London, que es su nombre en inglés, como Antwerpen en flamenco y Amberes en castellano. No es que estuviera apabullado, porque el tío es un güevón, sino que le pillé de sorpresa con mis preguntas las cuales, me dijo, que había que matizarlas un poco. Ésta respuesta me obligó a mirarle sonriente, y con cariño, y también con la guasa de unos amigos que saben que uno de ellos no lleva razón: Imaginen quién la tenía.

En “El Semanal” de 27.07.1997, -ya ha llovido-, leí un articulo de Pérez Reverte que se titulaba: “Bona nit, lehendakari” , en el que pone a parir a los académicos diciéndoles cosas como: “Palanganeros de la Academia, a quienes no se les cae la ilustrísima cara de vergüenza ……”. Yo creo que fue por no frenar ésta invasión de mezclas de lenguas desde sus privilegiados puestos. También decía en su articulo que pensaba escribir La Coruña, “como me salga de los cojones”, con el articulo determinado “la” ; escribir Lérida en vez de Lleida y Gerona en vez de Girona. Y sobre el País Vasco tres cuartos de lo mismo; Vitoria en vez de Gaztei, San Sebastián en vez de Donostia, etc.. Sobre sus compañeros de emisoras de radio o tv: “….De parla castellana no se atreven al conectar con un corresponsal periférico sin matizar: ´´y ahora vamos a ver qué tiempo hace en Euzcadi, egunon, fulanito´´, como si las palabras País Vasco y buenos días suenan poco correctas y alguien lo acusa de españolista e intolerante”.

Yo creo que mi amigo no deseaba ninguna confrontación al indicarme que yo debía decir Generalitat en vez de Generalidad; él solo pensaba que lo mas correcto era que me expresara como esos señores que dice Pérez Reverte. Le dije que por ahí no ardía el puro, y sin ser tan drástico como el autor del “Capitán Alatriste” me vi obligado a decirle que bastante tenemos con la contaminación lingüística del inglés con los musiqueros modernos, la jerga informática y la pobreza expresiva a que estamos condenados, y como él dice: “Por varias generaciones de políticos desaprensivos y analfabetos, de académicos pichafrías y de mangantes aficionados a subirse a los trenes baratos”. La muestra la tuvimos con Rosa, la muchacha de Armilla (Granada), que cantaba como los propios ángeles, con esa voz portentosa, y los encargados de que nos representara en Eurovisión no se les ocurrió otra cosa que la canción representativa de España fuera en inglés: ¡Manda cojones!. Menos mal que la “Ñ” aun la conservamos en nuestro abecedario, pero estuvieron a punto de borrarla, sino como íbamos a soltar uno de los tacos más usados como el del órgano femenino, y que más de uno, a cada momento lo tiene en sus labios; claro está que es cuando se pronuncia. Pero lo mas importante, el nombre de nuestra nación; cómo íbamos a pronunciar España sin la Ñ, ¡joder!. Éste también tiene algo feo pero no me negaran que sirve para un cabreo espontáneo; porque si decimos jolines parece que no estamos cabreados y suena mas bien a cursilada, cuando el: ¡Jooder! parece mas contundente. No recuerdo quien fue el que dijo que la gramática es un complicado instrumento que te enseña la lengua, pero que a algunos les impide hablar. También quisiera saber que sabor tiene el vano orgullo de muchas personas como éstas: ¿qué es lo que ganan, con ello?.

Al final de su artículo como el buen confitero al terminar una tarta, que le pone sus guindas y florituras merengadas, dice con su retranca: “Hubo un guiri nacido en Flandes, un tal Carlos V, Emperador de España y de Alemania, que hallándose una vez en Roma ante el Papa, y recriminado por un embajador al oírlo dirigirse al pontífice en castellano, -aunque hablaba el latín, el italiano, el alemán y el flamenco-, respondió: No espere de mí otras palabras que mi lengua española, que es tan noble que merece ser sabida y entendida de toda la gente cristiana”.

Por eso hay gente que escribe, y habla, tan a la ligera que no sabe cuando hay que decir: Arre o so. Y yo, como un español que se expresa en castellano, me limito a cumplir con el art. 3º de nuestra Carta Magna. ¿Usted que opina?: Pues eso.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€