También se refirió Imbroda a la reflexión que se han empezado a hacer en Ceuta respecto a la necesidad o no de exigir visado a todos los que entren allí por los pasos fronterizos. Sobre la posibilidad de que esta medida se pudiera aplicar en Melilla, el presidente dijo no tener una decisión “ni en lo más lejano”, e incluso mostró sus reticencias por lo que supondría de “coartar la libertad” de entrar a quienes viven en las zonas limítrofes.
Además, dudó de su efectividad por los posibles problemas que podría suponer la petición masiva de visados para entrar a las dos ciudades autónomas, pero dijo admitir la “desesperación” que en Ceuta hay para intentar solucionar este problema y la necesidad de que la seguridad “prime por encima de todo”.