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Atril Ciudadano

Se acabó la Semana Santa

Se acabó la Semana Santa, se acabaron las vacaciones y cada mochuelo a su olivo. Regreso a Granada, a continuar con mis estudios. Estos 8 días en Melilla, terminan siendo una condena. Cada día se me hace más difícil, volver a mi tierra. ¡Tiene tan poca oferta de diversión para los jóvenes! Me vuelvo a mi cama granadina deshecha, a la ropa sucia “reponible”, …

… a quedarme sin dinero a partir del día 20 o 22 y tener que comer solo bocadillos de sobrasada o pate, que son baratos. Pero es que prefiero eso, a esta triste Melilla. Una ciudad casi vacía en esta Semana Santa, sin alegría, y con tan poco que hacer, que se te hace muy largo el devenir de los días. Pero no voy a hacer una crítica social, política o económica de Melilla. Me voy a quejar simplemente, de lo peligroso que es salir de marcha en mi ciudad.

Sabemos todos en Melilla, que ir al Puerto Noray, es jugársela cada fin de semana. A partir de las 3 de la madrugada, se juntan en esas instalaciones, lo peor que hay en la ciudad. Jóvenes entre 18 o 20 años, de algunos barrios de la ciudad, que parecen, les dá un rango especial para poder hacer lo que quieran. Son los nuevos delincuentes y pseudo delincuentes, que se desenvuelven a sus anchas en este Puerto Deportivo. Con sus chandalitos, sus gorras, zapatillas y su descaro en marcar como propio ese territorio.

El tener que llegar a la zona y bajar esas escaleras de acceso, ya es la primera prueba que tienes que superar, para intentar pasar un rato de ocio en algún local de copas del lugar. Personajes, que de manera descarada y hosca, te roban los bolsos, móviles y hasta las copas; acosan a las chicas; venden todo lo vendible y siempre armados.

Se que cada fin de semana, hay incidentes: peleas, botellazos, robos, venta de drogas. Algunos, son incidentes graves. Pero aun me extraña, que no se haya terminado con una muerte. Pero llegará, no tengo dudas. Esto que afirmo, no deja de ser un comentario generalizado entre todos los jóvenes y estudiantes, una presunción generalizada de futurología popular, pero aun así, no se ponen los remedios para evitarlo. Donde esta la policía?
Y cuando está la Guardia Civil, parece que ayudan mucho más a estos delincuentes, a los que les refiero, que a los jóvenes, estudiantes y gente de bien. Nos piden la documentación, que a ellos no se les pide, no se les registran a pesar de advertirles que llevan una navaja, droga o un teléfono robado, y si se nos ocurre hablar nos mandan callar. Y si intentas denunciar un incidente, si tienes la suerte de encontrar a un Guardia en las inmediaciones, te convencen de que mejor es dejar pasar el tema. Que no les pasará nada a los denunciados y que las represalias pueden ser peores. Es absolutamente increíble. Tarde o temprano, tendremos un drama en el puerto deportivo y será por la falta absoluta de seguridad.

Este ultimo sábado (sábado Santo), mi ultimo día de marchita en la ciudad, fue de nota (pero nada especialmente fuera de lo habitual): Ejercito de “chatarras”, de esos que se han bebido todos los cubatas que han robado, empastillados o fumados, esos con el chándal de los domingos, con sus gorras de raperos y con algo duro y oculto en el costado. Que te acosan, te chulean, te roban y te agreden. Ningún policía en la zona. Tienes que recurrir a porteros y conocidos para solventar los problemas que surjan. Y cuando por fin sobrevives al día, y llegas al parking ya de retirada, guerra campal. 20 o 30 personajes violentos, peleándose. Termina la pelea multitudinaria, en la rotonda de acceso al puerto Noray. Pinchos, navajas y muchos puñetazos y patadas. Y hasta atropellos. Sangre, tíos "KO" tirados en el suelo, lunas de coches rotas. Y la guardia civil, por fin llega. Pero no interviene de momento. Solo mira. No veo detenidos. La semana que viene, volverán a este, su territorio, a seguir imponiendo su ley, sin que nadie les diga lo contrario.

Como premio de consolación, solo me queda, que se han pegado entre ellos mismos. Los mismos que han estado toda la noche incordiando en la zona. El mismo que me quitó la copa en el pasillo y me pegó una guantada, cuando me dirigía a otro local. Los mismos que tocaron el culo a una chavalita de azul. Los mismos que te ofrecen coca, achís o pastillas. Los mismos que la semana pasada se liaron en otro “Combate a muerte en Bangkok”.

Me intranquiliza que no se tenga el valor suficiente, como para no resolver esta situación de inseguridad, que sobre todo afecta a los jóvenes. Poco hay donde elegir en esta Ciudad, y de lo poco que hay, te lo llenan de problemas y peleas. Sabemos que Puerto Noray, es zona infectada desde hace mucho tiempo.

Queridos paisanos, yo me voy a Dios gracias a Granada, pero vosotros os quedáis. Pero con este panorama, entiendo que cuando llegan los puentes, nadie quiera quedarse en esta ciudad, y todos los jóvenes busquen excusas para no volver. ¡Paisanos, que dios os coja confesados!

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