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Columna Sanitaria

¡Qué buen invento!

El ser humano, no cabe la menor duda que a lo largo de los tiempos, inventó para mejorar a las personas y esos inventos fueron muy útiles e importantes; aquellos que han buscado, y lo siguen haciendo, su destrucción “pueden ser arrojados a un estercolero eterno done tenga cabida el llanto y el crujir de dientes”. Entre los útiles y necesarios está el del Papel Celo, capaz de pegar un billete bancario o la foto de un abuelo rota por su inquieto nieto y además para que puedan verse todos los detalles de la intacta imagen. La columna de hoy no va de pegamentos, sino de un primo hermano de la envidia que son los CELOS.
En la Biblia, el caso más claro y evidente fue la desobediencia al Dios Creador de Adán y Eva, porque sintieron envidia y celos de su Poder y pecaron contra ÉL. Caín y Abel, el Rey David y el General Urías, Herodes contra Jesús Niño y tantos y tantos más.

Tener celos de alguien es relativamente común. Los tienen el primer hijo de su inmediato hermano. Los celos son estados emocionales negativos que surgen ante la idea de perder algo amado. Cuando esos celos, la mayoría de las veces infundados, se hacen patológicos o enfermizos, pudiendo destruir relaciones de parejas o amistades de años, entonces hablamos de CELOTIPIA.

En definitiva, los Celos traducen una falta de confianza hacia quienes van dirigidos y pueden referirse a parejas, a compañeros de trabajo, a posición social y económica y a muchas más que sería largo relatar.

Los celos se producen por influencia de diferentes variables tales como: 1- La inseguridad y baja autoestima, lo que lleva a asumir que no son lo suficientemente valiosos, ni valorados 2- Experiencias sentimentales traumáticas previas; de pareja, trabajo, sociedad. 3- Falsas creencias sobre relaciones personales diversas. Todo ello va a traer una serie de Consecuencias que, a nivel personal, son ansiedad, depresión, irritabilidad, dificultad para controlar ataques de ira contra la persona o el entorno provocadores de los celos, sentimientos de frustración, distanciamiento emocional y alejamiento de las personas o situaciones causantes de celos. Todo ello supone una situación amarga y desagradable para quien los sufre y para quienes le rodean que bien recogen las frases populares, sentencias diría yo, tan conocidas como, "Se lo comen los celos” y “La van a matar los celos”.

El Tratamiento va dirigido a las situaciones de Ansiedad, Depresión, Irritabilidad, con medicación apropiada para estos casos y bajo control médico. Suele ser efectivo para controlar estos síntomas tan agobiantes. Pero mención aparte, por su indicación y eficacia a largo plazo, es la del PSICÓLOGO. Porque tratará de revertir la inseguridad, la baja autoestima, el distanciamiento emocional y la permanente irritabilidad tan frecuentes en estas personas enfermas de Celotipia. La labor de la Psicología en el tema que nos ocupa, aunque fundamental, nunca ha sido bien valorada y reconocida. Su tarea es paciente y su labor ardua porque cada celoso requiere un tratamiento especializado e individualizado. Y digo yo: “Para celos, lo mejor es el papel transparente y adhesivo”.

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