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Hoy es Domingo

Palabras Ante La Crisis

melillahoy.cibeles.net fotos 1739 ANDRES HERNA NDEZ

I.-¡Qué bonitos son los árboles!… Tan serenos y silenciosos. Compañeros infatigables de la Humanidad. Embelleciendo el paisaje y purificando el aire que nos da la vida… ¡Que entregados son los árboles!… Sin pedir nada a cambio velan por nosotros… ¡Cuidemos nuestros árboles!
II.- ¿Has discutido hoy con alguien?… No te preocupes. La discusión no es mala si el rencor no la transforma en recuerdo.

III.- La calle. Nuestras calles. El lugar donde todos nos miramos. Donde todos aprendemos a conocernos un poco. La calle. Nuestras calles. Testigos mudos de nuestras ilusiones. De nuestros esfuerzos. De nuestras penas y de nuestras superaciones. La calle. Nuestras calles. Arterias poderosas, donde discurre la vida nuestra de cada día… Cuidemos de ellas.

IV.- Saludamos desde aquí. Ahora y sin otro afán, que alegrarnos en hacerlo, a todos aquellos, que de verdad trabajan y se ilusionan por el futuro amable y cómodo de esta ciudad… Saludamos desde aquí, ahora y sin otro afán que alegrarnos en ello, a esas mujeres anónimas, que día a día, nos cuidan la casa y nos embellecen la vida… Saludamos desde aquí, porque tal vez la política pueda ser un ama de casa.

V.- "Melilla naufragaba y emergía. Andrés, junto a la mar, desentendido, era un niño jugando a la alegría"… Hacer de las palabras sonidos agradables. Que nos unan, más allá del interés mecánico de los sentidos. Hacer de las palabras volúmenes de sentimientos para todos. Hacer de las palabras una razón justa y fraterna, más allá del ideal religioso que tengamos.

VI.- ¡Qué poco cuesta una sonrisa!…Y sin embargo consigue tantas cosas. La sonrisa es un privilegio de la Humanidad. Sonreír es transformar lo difícil en solucionable. Lo enrarecido en cordialidad. Lo descentrado en armonía. Sonreír es demostrar que somos algo más que las dificultades. Y sin embargo una sonrisa cuesta tan poco. La sonrisa, más allá de los idiomas, se encuentra ella.

VII.- Los Barrios. Conjunto de vidas anónimas que alientan y personifican esta ciudad. Los Barrios. Sencillos. Humildes. Cotidianos y efectivos. Donde cada día, la vida se fabrica en la ilusión común de los esfuerzos. Los Barrios. Nuestros barrios, con sus nombres diferentes y sus criaturas tan similares… Conozcamos nuestros barrios, porque al hacerlo nos ampliaremos a nosotros mismos… Los Barrios y sus Asociaciones de Vecinos.

VIII.- El hogar. Ese calor inseparable de todos los días. Esa legalidad a nuestras ilusiones. Ese refugio incomparable a nuestros desvelos. El Hogar. Palabras que trascienden más allá del cobijo y la soledad. El Hogar. Parte viva, propiamente nuestra, porque cada uno de nosotros aportamos a él su propia esencia. Colaboremos con nuestro hogar, engrandeciéndolo con nuestra entrega y respetándolo con nuestras verdades. Melilla, también es un hogar.

IX.- La Libertad es una palabra que puede ser verdad, si la decimos con respeto. El respeto mutuo. La atención educada. La entrega humanizada. La Libertad es nuestra propia cuna, que nos exige ser nuestra propia vida. Tratemos a los demás con el amplio margen que nos otorga La Libertad, para que así podamos llegar a ser totalmente libres.

X.- Los hijos. No son niños. Ni muchachos. Ni adultos. Son sencillamente hijos. Están situados en la corona sentimental de una familia. Son sueños inenarrables de una mujer y vocación esperanzadora de un hombre. Los Hijos más allá de las dificultades y logros materiales, existen… Son siempre. Por muchos años que pasen. Por muchas cosas que sucedan… Los Hijos. Lluvia fructificadora del Universo, concedida al páramo del tiempo. Ser hijo, es ser eternamente una ilusión y una esperanza. En el corazón de otros… Otros, como educadores y maestros.

XI.- Aparte de otras cosas, también es posible amar a Melilla. Porque nos invita a pasear. Pasear en calma. Pasear con los sentidos; un poco evadidos de nosotros mismos. Perderse de vez en cuando entre las luces palpitantes de un ocaso o ver serenamente el mar, entonar su vieja canción arrulladora. Pasear. El paseo. Tiempo digno que el hombre se merece. Y Melilla se lo otorga, sin otra valoración que su propia compañía. Para conocerla mejor. Para descubrirla como esencia propiamente nuestra, más allá de las fronteras y las separaciones.

XII.- Las Papeleras. Están ahí. Silenciosas y recatadas. Ante nuestros propios ojos. Ante nuestras propias actitudes. Son como miradas ajenas, que nos invitan a ofrecerles la nuestra. Las papeleras. Objetos inanimados que nos invitan, a que nosotros las animemos, con nuestra ética ciudadana del respeto común y el orden necesario, para ampliar nuestra dignidad colectiva. Demos vida a las papeleras y nuestras calles nos honraran con su limpieza y servicio. Las Papeleras. Objetos inanimados, que nos orientan sin palabras, que las calles, son también parte de tu propia casa, de tu propio comportamiento. De tu propio bienestar. Y sin embargo no dicen nada. Cediéndonos la palabra a nosotros.

PALABRAS ANTE LA CRISIS. Ante nuestras verdaderas crisis.

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