El evento religioso ha concluido este lunes en la capital lusa con el Camino Neocatecumenal, un encuentro vocacional en el que Dios, a través de Kiko Argüello, les ha ofrecido una palabra a los jóvenes que van a su encuentro
Si María Reyes tuviera que elegir una palabra para describir lo que ha vivido en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se ha desarrollado este año en Lisboa (Portugal), esa sería “inolvidable”.
Una “experiencia inolvidable que recomendaría a todos” a pesar del calor sofocante que han padecido en la capital lusa, ya sea porque han conocido e intercambiado “experiencias” con cristianos de todas las partes del mundo, así como multitud de objetos, recuerdos del país -como pulseras, pins o banderitas- y firmas en las banderas” de las diversas regiones o países de los que proceden, escriben cualquier tipo de frase “o lo que el Señor te inspire en ese momento”.
“Para la mayoría, la experiencia se queda grabada en nuestra memoria porque muchas cosas están grabadas y captadas por una cámara, pero otras muchas no, porque Dios nos ha concedido no estar tan pendientes de los teléfonos y poder disfrutar más”, cuenta Reyes al MELILLA HOY, quien asegura que el momento culmen del viaje fue el encuentro con Su Santidad el Papa Francisco el pasado sábado 5 y domingo 6 de agosto en la capital lusa.
Un encuentro que califica como “espectacular”.
“Para cada momento tuvo palabras que sabemos que vienen de Dios, pero a través de su imagen viva en la tierra, que es el Papa Francisco, muchas frases nos llegaron a la mayoría de los jóvenes y han hecho darnos cuenta de que no tengamos miedo a mostrar lo que creemos y que gracias a Dios nunca nos ha faltado nada, porque estando en Lisboa no nos ha faltado comida, ni agua, y gracias a Dios no hemos tenido ningún suceso grave por mareo ni desmayo”, arguye, añadiendo que los jóvenes melillenses que han asistido a la JMJ han tenido también “la Gracia” de compartir residencia con jóvenes del Camino Neocatecumenal, al que también pertenecen ellos.
“Intercambiamos experiencias, nos conocemos y pasamos ratos muy buenos ya sea en la piscina, en el comedor o al aire libre en el césped con las guitarras y demás instrumentos cantando canciones típicas que nos sabemos todos”, agrega al final.
“Ha sido un regalo”
Víctor Hidalgo, peregrino y catequista de la parroquia de San Francisco Javier de la ciudad, comparte también la valoración de Reyes sobre lo que ha significado dicho evento para ellos.
“Ha sido un encuentro con el Señor, que nos quería dar la palabra en Lisboa, y ha sido un regalo el poder llegar hasta allí”, cuenta, cifrando en unos 80 los peregrinos melillenses que han viajado a la capital lusa para disfrutar de la JMJ. En total, la explanada del Parque do Tejo de Lisboa ha acogido a más de 1,5 millones de fieles cristianos de diversas partes del mundo. “Nosotros estábamos en el primer recinto A, que era el más cercano al Papa, y lo vimos a medio metro. Pasó con el ‘papamóvil’ y lo estuvimos viendo y saludando”, relata Hidalgo.
El ‘broche de oro’ a este multitudinario evento religioso lo puso el Camino Neocatecumenal, un encuentro vocacional que tuvo lugar también en Lisboa en el que Dios, a través del iniciador Kiko Argüello, junto con Carmen Hernández, les ofrece una palabra a los jóvenes que van a su encuentro.
“Podemos estar muy satisfechos”
En conversación con este Diario, el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, ha dejado claro que en la ciudad “podemos estar muy satisfechos” con el número de fieles cristianos melillenses que han participado en la JMJ de este año: 70 de la parroquia de San Francisco Javier, cuatro de Santa María Micaela y otro grupo bastante numeroso del Colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo.
“Puedo decir por los años que he vivido de JMJ que el clima que se vive allí es de Espíritu Santo. Se ve que el Espíritu actúa. No se puede tener una convocatoria de millón y medio de jóvenes si allí no hay algo más”, asevera.
