Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

¡No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero sino al que anduvo en el mar! (A. Machado)

PEPE 1
(Personajes: Una imagen icónica de nuestras espléndidas procesiones: el Cachorro de Triana)

Nadie fue ayer,

ni va hoy,

ni irá mañana

hacia Dios

por este mismo camino

que yo voy.

Para cada hombre guarda

un rayo nuevo de luz el sol…

y un camino virgen

Dios.

 

León Felipe Camino

 

 

Estos versos de gran poeta español León Felipe hacen reflexionar en estas fechas tan de imágenes. La búsqueda de Dios hombre siempre ha tenido diversas interpretaciones y advocaciones. Los cristianos tenemos (y más los españoles) especial predilección por las imágenes de nuestros dioses o santos, o cristos y de las maravillosas vírgenes. La imaginería española es la más rica y la más bella, por eso en cada primavera paseamos nuestros tronos por nuestras calles con orgullo y amor. No sé si es devoción, es creencia o es fe, o de todo un poco, pero me gusta la Semana Santa de nuestros pasos con diferentes iconografías, con sus espléndidos adornos cuidados por los cofrades. Nuestra Semana Santa es arte.

Tan solo voy a poner una imagen icónica de nuestras espléndidas procesiones: el Cachorro de Triana. Ver esta imagen de Jesús crucificado pasearse por el puente del mismo nombre sobre el Guadalquivir no tiene explicación, es la emoción de la belleza plástica más rotunda.

La Semana Santa es el recuerdo o conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. La tradición cristiana con la rememoración de este hecho se pierde en el principio de la cristiandad y existieron diferentes fechas y formas de celebración. Fue en el Concilio de Arlés del año 314 donde empezó a normalizarse, pero el Concilio de Nicea del 325 fue el que pautó cómo debía celebrarse y prácticamente hasta ahora.

La representación en imágenes de Cristo, la Virgen y todos los santos ha ido variando con los tiempos y es en el quattrocento y sobre todo en el cinquecento italianos donde las imágenes son más humanas, de hecho, fueron personajes notorios o gente sencilla de la calle. Esto llevó a una gran controversia.

La imagen por excelencia del viernes santo es La Piedad del Vaticano o Pietà es un grupo escultórico en mármol realizado por Miguel Ángel entre 1498 y 1499. La majestuosidad de esta escultura de Miguel Ángel es que está hecha en un solo bloque de mármol y cómo Jesús yacente cae a plomo en los brazos de su madre. Es la humanidad divina hecha realidad.

El día más importante de esta fecha es el Domingo de Resurrección. Sin Jesús resucitado no hubiera sido posible la eternidad de su palabra y su mensaje de amor no estaría entre nosotros.

 El Jesús resucitado sevillano. Obra de Francisco Buiza realizada en pino de Flandes, la imagen mide 2.10 metros.  Se bendijo el 14 de abril de 1973.

Hablaba más arriba de la controversia en las representaciones o rostros de la divinidad. Como saben, el cartel de la Semana Santa sevillana 2024 ha producido bastante polémica. Obra del pintor Salustiano García, encargada por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla. La imagen representa a Jesús resucitado con el físico de un joven, hijo del artista, cubierto levemente de cintura para abajo. Como dice el autor: “Joven, como metáfora de pureza, y bello porque, me remito a Platón, belleza y bondad son la misma cosa».

En el siglo XVI ya hubo una polémica parecida con la representación de Cristo en su desnudez de Benvenuto Cellini (1500-1571).

El Cristo de Cellini es un milagro de serenidad, equilibrio y proporción. Nada de sangre, dolor ni sufrimiento: etéreo, casi desmaterializado, en él el pathos está totalmente ausente. Cellini nos ofrece un canto al Dios Hombre, una serena apoteosis del cuerpo masculino. Un cuerpo casi efébico, de acabado terso y pulido; un cuerpo en el que falta incluso la herida de la lanza de Longinos.

Se encuentra en la Basílica del Monasterio de El Escorial. Pero buscadlo bien, porque es fácil que el Cristo de Cellini pase desapercibido al visitante: los frailes agustinos, en cuyas manos está hoy el monasterio, tienen cierto reparo en exhibir una pieza tan controvertida y la han desterrado a una discreta capilla lateral de la basílica. Y no solo eso: le han cubierto las partes pudendas con un trozo de tela. Cumplen así con la tradicional función censora de la Iglesia católica, que no quiere ver genitales ni en pintura. Y menos los de Cristo hombre salvador.

 

 

Loading

José Megías

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€