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Muchos votantes al volante

Que nadie olvide que antes que conductores, todos somos personas y usuarios de la vía pública. Melilla no se puede permitir ir a contracorriente de otros lugares donde de verdad se apuesta por la movilidad urbana sostenible. Lugares donde han entendido que el futuro no va sobre cuatro ruedas La sostenibilidad se ha quedado, para el Gobierno actual, en un mero título para una consejería. Y lo decimos porque, a efectos prácticos, no se puede decir que la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad haya hecho demasiado por dar pasos hacia adelante en ese objetivo. Su propio responsable, el consejero Hassan Mohatar, lo ha reconocido públicamente al decir en una rueda de prensa que las medidas que llevan a cabo no van a ir encaminadas a perjudicar al vehículo de cuatro ruedas. Es fácil llegar a una conclusión, y es que hay muchos votantes al volante. Dicho de otra manera: no van a adoptar ninguna medida impopular que pueda enfadar a quienes cogen el coche por si les hace perder votos en las próximas elecciones.
La sostenibilidad es, por lo tanto, una mera pose para el Gobierno de Coalición por Melilla, Partido Socialista y Eduardo de Castro. Ya nos dieron una pista cuando la dimisión de Francisco Vizcaíno se tradujo en la eliminación de la Viceconsejería de Recursos Híbridos, Energías Renovables y Políticas Ambientales, entre cuyas competencias se encontraba, precisamente, la movilidad urbana sostenible. Las competencias se las ha quedado Hassan Mohatar, el consejero de Medio Ambiente y ¿Sostenibilidad?
Poco o nada se ha hecho, tanto con el exviceconsejero como con el consejero, en materia de movilidad sostenible, aparte de pintar rayas rojas en las carreteras con más baches de Melilla para convertirlas en ciclo calles. “Ciclo timo”, las llaman los ciclistas. El Gobierno lo sabría si preguntara a cualquiera que aún se atreva a desplazarse en bicicleta en Melilla, ciudad con las peores tasas de siniestralidad vial de todo el país desde hace años. Y eso a pesar de que el propio consejero reconoce que la bicicleta es un “vehículo perfecto” para Melilla porque sus características geográficas son propicias para ello.
Hassan Mohatar se excusa en que las medidas que hay que adoptar deben favorecer la convivencia entre el vehículo motorizado y otras formas de desplazamiento sostenibles, como son la bicicleta, andar o los propios patinetes, cada vez más numerosos. Esa idea parte de un error, y es que no se dan facilidades a quienes quieren desplazarse por la ciudad de una manera más respetuosa con el Medio Ambiente. Hay mucha gente que preferiría no tener que coger el coche, que le gustaría más poder moverse de una manera más sostenible, pero no lo hace porque cuando prueba, se da cuenta de la enorme inseguridad que eso le genera por tener que convivir con un parque móvil cada vez más grande, causante de problemas de tráfico, contaminación y siniestros viales. Esto es algo que no ve quien se mueve siempre en coche. Entre ellos, nuestros gobernantes.
Ese es el problema, que quienes toman las decisiones que nos afectan a todos, no se desplazan caminando, en bicicleta o en patinete. Si no fuera así, rápidamente se darían cuenta de la realidad y las carencias que tenemos en Melilla en materia de seguridad vial. Verían la necesidad de premiar con una discriminación positiva a quienes se mueven de manera sostenible y mantener políticas medioambientales más allá de subvencionar la adquisición de una bici.
¿De qué vale ayudar a la compra de vehículos sostenibles, como hace la Ciudad Autónoma, si después no se dan facilidades para que estos puedan ser usados con más seguridad? ¿Dónde quedaron los caminos escolares de Melilla, premiados por Europa? ¿Y la rimbombante Declaración de Emergencia Climática? ¿El Plan de Movilidad Urbana Sostenible? ¿Por qué seguimos sufriendo tantos problemas de accesibilidad en nuestras calles? ¿Por qué las aceras parecen pistas de atletismo con tantas vallas para señalizar desperfectos que no se reparan en meses? Que nadie olvide que antes que conductores, todos somos personas y usuarios de la vía pública. Melilla no se puede permitir ir a contracorriente de otros lugares donde de verdad se apuesta por la movilidad urbana sostenible. Lugares donde han entendido que el futuro no va sobre cuatro ruedas.

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