Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Movilizarse contra la amnistía

spain flag on broken brick wall and half catalan flag, vote referendum for catalonia independence exit national crisis separatism risk

Me parece una gran idea eso de movilizarse -no debería ser solo el PP- en un gran ‘acto’ (¿por qué no ‘manifestación’?) en Madrid, el 24 de este mes, dos días antes de la investidura. El partido popular de la gran Ayuso (la califico así porque creo que se lo merece…y para hacer rabiar a tantos ‘ismos’ o nacionalismos de partido) ya ha ‘ofrecido’ reunir en la Plaza Mayor -si Feijóo se atreve a hacerlo allí, lo que no parece probable- de la capital de España ‘200.000 personas’, a los que habría que añadir, supongo y espero, los españoles de cualquier partido democrático y procedentes de otros lugares de España -Melilla incluida, con Juanjo Imbroda, que me imagino que acudirá, continuando con su larga sesión de celebraciones, festejos, recepciones, agasajos, fiestas, adhesiones y otros fastos varios. Me temo que, al final, se va a convertir en un acto de partido, pero ya veremos lo que hace el pueblo de Madrid, los herederos del famoso 2 de mayo.

España, como Melilla, está en peligro. No es solo el título de mi libro, es una realidad evidente. Y somos los españoles con sentimientos morales -los que tan magistralmente definió Adam Smith en su magistral libro ‘La teoría de los sentimientos morales’, preludio de su obra maestra, ‘La riqueza de las naciones’- los que debemos defender nuestros sentimientos morales, manifestándonos en Madrid o donde sea, en público y en privado, sin miedo a que te expulsen de un partido político (como le ha ocurrido a Redondo Terreros -“la inmoralidad de gobernar con el apoyo de Puigdemont”- como Sánchez debería hacer, siguiendo el mismo criterio, con Felipe González, por ejemplo) o que te echen de cualquier otro lugar donde no se respeten los sentimientos morales de la mayoría de los españoles, como está ocurriendo ahora en España.

Michel de Montaigne, en uno de sus Ensayos, utilizó el ejemplo del emperador romano Tiberio -nada menos- al que le ofrecieron librarle de su gran rival bárbaro Arminio, envenenándole y respondió que el pueblo romano acostumbraba a vengarse de sus enemigos abiertamente, empuñando las armas, no mediante el engaño y a escondidas.

Renunció a lo útil por lo honrado, en suma

Eso, esa falta de respeto a los sentimientos morales, ese poner en peligro a España, es lo que está pasando ahora con el Gobierno, en funciones, de Pedro Sánchez, que no actúa como lo hizo Tiberio, sino recurriendo al engaño y escondiendo sus mentiras.

La petición de Sánchez de que sea cooficial las lenguas regionales españolas en la UE, es un disparate más, una primera rendición ante separatistas y antiespañoles varios. Lo criticó, con harta firmeza, por ejemplo el Financial Times, el 19 de agosto, también el gobierno sueco, después, y el sentido común y económico siempre. El PSOE de Sánchez ha impuesto lo que el mismo PSOE ya intentó, sin éxito, hace 20 años.

Lo de la amnistía ya es pasar el Rubicón, con la diferencia respecto de lo que hizo Julio César de que ese paso de Sánchez, esa transgresión democrática, anticonstitucional y antiespañola, no llevará a ninguna victoria -probablemente tampoco a la efímera presidencia de Sánchez- sino al fin de lo que, desde la Hispania romana, conocemos como España, hoy en grave peligro.

Cabe una cierta esperanza: es posible que no haya amnistía. Hasta el diario El País publicó hace unos días un artículo del escritor, socialista, Javier Cerca, en ese sentido: “No habrá amnistía. Una medida de gracia como la de 1977, que borre los delitos del ‘proces’, deslegitimaría la democracia y contribuiría a enquistar el problema catalán. Me niego a creer que Sánchez cometerá semejante desatino … No existe ningún “mandato democrático” que autorice al PSOE a promover una amnistía, porque esa medida no figuraba en su programa electoral”.

La buena intención y la sumisión del socialista Javier Cercas, su buen concepto de Sánchez, se agradece, aunque sea difícil compartir ese concepto aplicado a un presidente demostradamente capaz de ceder (caso de lo del Sáhara y Marruecos) lo que sea de España, con tal de seguir siendo, él, presidente de lo que quede de nuestro país.

Hay que insistir, y volver a insistir, que una amnistía equivale al borrado de un delito, declarar que el delito nunca existió, que los delincuentes jamás delinquieron y que, como consecuencia, los que delinquieron fueron los que elaboraron las leyes que permitieron la condena, como el Gobierno del socialista Felipe González, por ejemplo.

Hay que volver a insistir en que una amnistía no es un indulto, aunque muchos incurran, deliberadamente o no, en esa confusión. Una amnistía deslegitimaría la democracia española de 1976, Constitución incluida y pondría a España en peligro de muerte. 

El día de la ciudad que amamos

Hoy, 17 de septiembre, Melilla cumple 526 años. Ese día de 1497, Don Pedro de Estopiñán desembarcó aquí y la ocupó, en nombre de la Corona de Castilla. Desde entonces, Melilla, con una larga y apasionante historia, es española. Hoy, domingo, hay multitud de actos festivos y celebraciones, entre ellas la entrega de la Medalla de Oro de la ciudad al pueblo de Andalucía -tan próximo y tan ligado siempre a nosotros- que recogerá el presidente de esa Comunidad, Juanma Moreno, de manos del presidente de nuestra Ciudad, Juanjo Imbroda.

Mañana toca empezar a trabajar con eficacia, para que Melilla siga siendo española, próspera y una ciudad donde la felicidad supere a la tristeza. Amén.

Loading

Redacción

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€