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La Cofradía de Batería Jota se ve obligada a dejar a la Virgen sin procesionar después de que 40 hombres de trono no se presentaran para llevar al Mayor Dolor sobre sus hombros

Melilla acompaña al Flagelado por las calles, pero el Mayor Dolor se queda en la Casa de Hermandad

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La Virgen del Mayor Dolor no pudo acompañar ayer en procesión a Nuestro Padre Jesús de la Flagelación por las calles de la ciudad. Faltaron hombres de trono. En concreto, unos 40 que, pese a haberse llevado las túnicas, no aparecieron por la Casa de Hermandad para sacar al Mayor Dolor a hombros. La Virgen tuvo que esperar la llegada de su Hijo, que fue solo, pero acompañado de miles de fieles melillenses. La Cofradía de Batería Jota vivió un Jueves Santo triste, más aún si cabe. No salió a las 19.30 horas, pese a que es una de las Hermandades que más cumplen con su horario. No se supo hasta el final si la Virgen del Mayor Dolor iba a poder acompañar a su Hijo, El Flagelado, en la procesión por las calles de Melilla. Y no se pudo. Faltaron 40 hombres de trono que, pese a llevarse las túnicas, finalmente decidieron no ir. 40 costaleros que obligaron a la Virgen a quedarse en su Casa de Hermandad.

A las 19.46, la presidenta de la Medalla Milagrosa tocó a la puerta de la Casa de Hermandad. Quería ver al Flagelado salir, quería ver a Nuestro Padre Jesús de la Flagelación por las calles de Batería Jota, por las calles de Melilla. Y así fue, salió Jesús. Dentro se quedó la Virgen, esperando, pero no sola. Se quedó con quienes sí cumplieron, con quienes sí fueron para llevar al Mayor Dolor a hombros. Se quedó dentro, pero acompañada.

Y así partió el Flagelado, custodiado por caballeros legionarios y por guardias civiles, arropado por decenas de melillenses que, bien por devoción, por fe o por promesa, siguieron a Jesús durante esta Estación de Penitencia. Tras salir de la Casa de Hermandad, Nuestro Padre Jesús de la Flagelación continuó su camino hasta llegar a la calle de Sor Alegría y, desde allí, pasando por la calle Luis de Sotomayor, llegar al Parque Hernández, parada obligatoria para la Cofradía y, quizá, uno de los lugares, junto a la Avenida Juan Carlos I Rey, en el que los melillenses prefieren ver a los Santos Titulares de esta Cofradía.

Carrera oficial
El Flagelado entró en la carrera oficial en torno a las 23.00 horas. En La Avenida, los melillenses, en silencio, vivieron los últimos pasos de Jesús hacia su muerte en la Cruz. Y es que la de ayer era una noche triste. Era Jueves Santo, cuando Jesús fue flagelado tras ser condenado por reconocer que era el Mesías y por confesar que era verdadero Hijo de Dios. Jesús fue azotado y entregado para ser crucificado. Jueves Santo: Jesús estaba a escasas horas de morir en la Cruz por todos los cristianos.

Bajo el manto de nubes que ayer cubrió el cielo de Melilla, Nuestro Padre Jesús de la Flagelación pasó por La Avenida, a los sones de la Banda de la Cofradía, ante la atenta mirada de los melillenses que llenaban la principal vía de la ciudad.

La imagen del Flagelado, la imagen de Jesús atado a una columna cubierto por un paño y sangrando tras ser azotado antes de morir, es obra de Juan Antonio González y está fechada en 1997. Sustituye al grupo escultórico realizado en los talleres de Vayseda Barrols y Casabó, en Olot (Gerona).

Y el Flagelado llegó al final de La Avenida, acompañado de los penitentes de túnica roja y tercerol blanco y por las mujeres con mantilla. Llegó a la plaza del Comandante Benítez, dando así el inicio de vuelta a casa, de vuelta a la Casa de Hermandad, donde esperaba la Virgen del Mayor Dolor, de vuelta a la parroquia de la Medalla Milagrosa.

La procesión de la Cofradía que dirige José Francisco Ramos siguió su curso por la calle de García Cabrelles para, a continuación, tomar la calle de Juan de Lanuza y llegar así hasta la del Poeta Zorrilla.

Lo que no pudo ser este año, por culpa de quienes no se presentaron, fue la subida conjunta del Flagelado y la Virgen del Mayor Dolor por la calle en la que se encuentra la Medalla Milagrosa, sin duda uno de los momentos más bonitos de esta procesión, triste y dura, en la que la Madre acompañada a su Hijo en los últimos momentos de su vida. No pudo ser, en 2015 no pudo ser.

Pero el Flagelado siguió su camino, sabiendo que la Virgen, llorando y llena de dolor, le esperaba. Jesús no fue solo en este último tramo. Los fieles le siguieron, tal y como hicieron desde las ocho menos cuarto de la tarde del día anterior. Los melillenses, los vecinos de Batería Jota, los cristianos, acompañaron al Flagelado hasta su Casa de Hermandad, en la calle General Castaños. Allí, entre aplausos a altas horas de la madrugada, Nuestro Padre Jesús de la Flagelación finalizó su recorrido por las calles de Melilla.

Hasta el Domingo
El dolor, el sufrimiento y la tristeza quedaron encerrados en la Casa de Hermandad. Hoy es Viernes Santo, día de luto para los cristianos. Tras el Sábado de Gloria, las puertas del Ave María volverán a abrirse para el Domingo de Ramos, el día más bonito de la Semana Santa, dejar salir al Santísimo Cristo Resucitado. A manos de sus hombres de trono, Jesús, resucitado al tercer día, volverá a las calles de Melilla. En la Plaza de España, el Resucitado volverá a ver su Madre, esta vez de blanco, a la Virgen del Rocío.

Será así como dé por finalizada la Semana Santa melillense. Será con la Cofradía de la Venerable Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, la Cofradía que, el Domingo de Ramos, inauguró esta Semana de Pasión con la salida procesional de La Pollinica y de la Virgen de Gracia y Esperanza.

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