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Manuel Jiménez glosa la Semana Santa melillense y homenajea a las cofradías locales

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(Autor: Guerrero)

La parroquia del Sagrado Corazón se vistió ayer de gala para acoger el desarrollo de la proclamación del pregón de Semana Santa, labor que este año ha recaído en el hermano mayor de la Cofradía de la Soledad, Manuel Jiménez, un hombre sencillo de verbo rico que supo compartir recuerdos y sentimientos trasladando a los asistentes a rememorar, lo que supone vivir la Semana Santa de esta ciudad africana. En su discurso aseguró que son las cofradías las que hacen posible esta semana grande, pero en especial, las personas que las comandan, de ahí que invitara a las personas de fe a acercarse a las hermandades porque "conocerán a grandes personas que se entregan a los demás". Manuel Jiménez dedicó el pregón de este año a la memoria de sus padres, porque le "enseñaron a andar por un Camino de Vida por el que todavía ando", y a su familia, porque dijo que son sus "virtudes". Tras agradecer a la hermana Adelina, pregonera en 2015 las palabras de salutación y su ejemplar recorrido religioso, reconoció con sencillez el vértigo intelectual de convertirse en el pregonero, el presentador de un hecho del calado de la Semana Santa por cuanto significa para el creyente, aunque manifestó que una sola palabra, misericordia, es la que les inspira esta Semana Grande. "Por misericordia fue la Pasión y por misericordia fue la Muerte y Resurrección de Nuestro Señor", pero también es la que designa a todo un año, en el que se ha abierto "una nueva puerta por la que seguir otro sendero que nos aproxime a nuestro a Dios Padre a través de uno de sus atributos divinos, el perdón".

Recuerdos
Ahora, señaló, "llega el tiempo de desandar un camino cofrade nada cansado, de traer ante mí palabras heredadas y tradiciones legadas; llega el tiempo de animar a penitentes, de encender aromático incienso y visualizar pasajes que son ambrosía. Pregonero pon palabras en prosa que las del Verbo fueron las únicas, fueron la poesía". Se preguntó qué pasos le han llevado para ser el pregonero que invite al pueblo de Melilla a vivir nuestra Semana Santa, pero se mostró convencido de que no es el azar, porque "sabemos que tras los acontecimientos que jalonan nuestras vidas, se encuentra la mano divina del Señor que dispone de nosotros a través del Espíritu Santo".

El recuerdo de un viernes de Cuaresma en el que su sacerdote le animó a tener en su vida al amigo que nunca defrauda, rememoró las vivencias y sentimientos de las semanas santa pasadas, desde aquel Domingo de Ramos en el Barrio del Real, con sus padres y hermanos, pasando por su incorporación a su "muy querida" Cofradía de la Soledad y del Cristo de la Paz, hasta la designación de pregonero por parte de la Agrupación de Cofradías y muy especialmente de su presidente, Gregorio Castillo, "al que nunca agradeceré suficientemente el empeño que puso para que pudiera vencer las reservas iniciales que me impedían aceptar tal responsabilidad".

Los recuerdos le traen imágenes y personas, como la del Domingo de Ramos en el que era habitual estrenar ropa para acompañar a la Pollinica. Ahora de adulto, "estrenamos esa renovada espiritualidad que hemos ido rehaciendo durante el itinerario cuaresmal. Sin embargo, lo que sí permanece inmutable es la conveniencia de salir a la calle en este día junto a familia y amigos".

Semana Santa
Domingo de Ramos melillense en el que los responsables de la Cofradía de la Flagelación secundan "el amplio fervor que el pueblo de Melilla rinde a sus sagrados Titulares hasta el punto de tener que abrir las puertas de la Cofradía en la víspera nocturna para que María Santísima de Gracia y Esperanza pueda bendecir a todos los allí congregados". Después "entre glorias, alabanzas y honores discurre la procesión por el palmeral de Melilla ante la inquieta mirada de los niños de la ciudad que abarrotan el paseo central del parque".

Explicó que en nuestra Semana Santa, del Domingo de Ramos al Lunes Santo, Jesucristo es detenido y llevado al pretorio de la Plaza de Velázquez, es la hora de la Sentencia. "¡Desatadlo durante La Sentencia! No es necesario que Jesús comparezca ante su juzgador terrenal atado de manos. No ofrecerá resistencia, porque su inmovilización no es física, sino que viene dada por la Voluntad Divina de un Padre que hace cargar sobre el Hijo nuestras faltas y carencias en pos de la salvación eterna".

Es momento de procesionar. "¡Subidlo al trono y sacadlo por las calles de Melilla! para dejar expresa constancia de que nuestro Padre Jesús, por asumir nuestras ofensas, se encuentra en situación crítica". Y el Cristo se pregunta, sabedor de que "no queda mucho para que llegue el dolor, el escarnio y la mofa, ¿dónde están los que me seguían y aquellos sobre los que obré milagros?" De este modo el "Rey de reyes" cambiará de título. Ahora será el "Humillado entre los humillados". Llega el Martes Santo. "Lo sorpresivo para la soldadesca es que Nuestro Padre Jesús no dará un paso más allá de su Iglesia Castrense sin ser desagraviado. Ahora su manto será el consuelo para el afligido; los espinos que conforman su corona, santas agujas para lo que serán pecados redimidos; y en la caña hueca, la fortaleza de Aquel que ha llenado un vacío con palabras de amor y misericordia, aún teniendo espíritu abatido", manifiesta el pregonero.

Miércoles Santo, "Nazareno de Melilla. Custodio de aljibes y baluartes. Guardián de nuestra Ciudadela. Nazareno y marinero, hazte presente en las calles de esta nueva Melilla para escribir la página número 351 del libro de historia nazarena". "Nazareno de oración e historia, este año tu cofradía, y nuestra Semana Santa, firmará una nueva crónica en donde se hará constar que los rezos de nuestros antecesores por las callejuelas de nuestra Rusadir continúan vigentes, y que aquel Nazareno intramuros, es hoy el Nazareno de toda una Ciudad abierta donde cabe toda persona, propia o ajena, donde se profesan religiones distintas con un solo Dios por referencia, donde nos respetamos sin imponernos, siendo el paradigma de la convivencia".

En esta noche de Miércoles Santo "Nazareno, arrastra tu cruz y marca el camino a seguir por tus penitentes encabezados por la primera de ellas, la Virgen Nazarena, la Virgen de las lágrimas, María Santísima de los Dolores, la Virgen obediente, la esclava del Señor en la que el Verbo se hizo carne y que ahora sigue al Hijo".

Jueves Santo
Llega el Jueves Santo y los vecinos del Barrio de la Victoria se reúnen ante las puertas de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío. Los portadores del Cautivo lo acercan a la puerta del Hospital "donde su Espíritu se encuentra en permanente guardia como sanador de almas, alivio y consuelo. Dedicad tiempo en este tramo penitencial, que las cofradías no tenemos más finalidad que la de acercar a nuestros semejantes el mensaje de amor y esperanza de Dios para con sus hijos".
"Cuando veo a tanta gente rodear los tronos, acompañando a Nuestro Señor Cautivo y a Nuestra Señora del Rocío, renuevo mis esperanzas en la Semana Santa de la Melilla cristiana y continúo con mis preparativos del Jueves Santo con otro ánimo, más optimista y tranquilo", aseguró.

En esta noche de Jueves Santo, un reo encuentra la libertad y lo hace además con la ayuda y guía de quienes le acompañarán en su reinserción, como son Gregorio Castillo, Pedro Pérez de Guzmán o Manuel Ruíz. En este día también la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación realiza su estación de penitencia pública "para rememorar un hecho histórico atroz; para ofrecernos la posibilidad de reprobar agresiones contemporáneas igualmente intolerables", como los fanatismos y las guerras, el maltrato, el abuso o la intimidación.

Y custodiando esa "espalda estremecida", Nuestra Señora del Mayor Dolor, "rogando, como Él, por sus verdugos, convirtiendo el Mayor Dolor en mayor amor, amparando bajo su palio a los que lloran a hurtadillas para no verter más dolor sobre el dolor".

El Viernes Santo es un día señalado para el pregonero, "es día de introspección, de orar". Es el día en el que Nuestra Señora de la Piedad "ofrece lienzos de lino que echar sobre la cruz y descender al Santísimo Cristo de la Buena Muerte". "No hay imagen más sobrecogedora, ni escena más íntima de adoración, que la de ver a una madre angustiada y desolada, sosteniendo a Cristo en sus brazos como altar de redención". Se preguntó cómo perdona una madre a los que han matado a su hijo, y respondió con palabras de la madre Teresa de Calcuta cuando dijo que "el perdón es una decisión, no un sentimiento". Viernes Santo del Cristo Yacente que "no significa que esté muerto, porque Dios es la Luz y la Vida que sigue a la muerte".

Soledad
Capítulo aparte dedicó a su cofradía, a la que llegó sin conocer a nadie, y en la que logró colarse para sacar al Cristo de la Paz el Jueves Santo de 1986. "Desde ese momento la Cofradía entró en mí, como yo entré en ella". Allí dijo que ha conocido a las personas "más generosas y bondadosas que podía figurar", que le enseñaron a ser cofrade. "Me ayudaron a crecer como persona y, sobre todo, me enseñaron a apreciar a un Cristo de la Paz y a una Soledad hasta hacerlos parte de mi personalidad, como ya lo eran de las suyas".

Tuvo también palabras de sentido cariño hacia los que han sido sus hermanos mayores, a los padrinos de entrada en los tronos. Hoy en día no ata almohadillas al varal, ni dispone a los portadores para cargar, pero sigue siendo "siervo de la Paz", del Cristo que el Jueves Santo abandona el Sagrado Corazón para convertirse "en la Paz de Melilla". "Es un Cristo de respeto a la vida, de rechazo de la violencia, de diálogo en un contexto de reconocimiento a la libertad".

El Viernes Santo, a las once de la noche, Nuestra Señora de la Soledad sale a la calle." "Es el día de construir silencios, de apagar luces y encender mechas que alumbren sombras surgidas de la oscuridad que orienten tu marcha errante, Señora, o invoquen al eco que llena de silencio tu soledad". En la calle, "tus devotos esperan a pie de escalera. Es la luz de cientos, de miles de velas que se encienden al oír el rosario que no cesa".

En el callejón de la Soledad, los jóvenes le hablarán explicando qué han querido mostrar en la alfombra de flores sobre la que camina la virgen. "Es la noche de compartir soledad, el tiempo del silencio que solo rompe el sonido desmayado de un tambor que nos vuelve a recordar a piel y madera, el origen de tu luto, y donde mis rezos anhelan".

Y pronto llega el jubiloso día del Domingo de Resurrección, que "despunta brioso con una salva floreada de campanadas anunciando que la Vida ha vuelto a la vida". "Si con alegría se vive el paso de Cristo Resucitado, qué les voy a contar de la que preside la procesión de María Santísima del Rocío. Gozosa Madre. Es día de acompañar a una Madre que nos incita a renovar esperanzas, a quitarnos capirotes y a mirarle a los ojos para decirle hasta tres veces guapa". Y llega un momento crucial en la Semana Santa cuando Madre e Hijo se encuentran en la Plaza de España ante la concurrencia de miles de testigos echaron el cierre a la Semana de Pasión.

Una Semana Santa a compartir entre melillenses
Afirmó Manuel Jiménez que el de ayer era un "buen día para proclamar que la Semana Santa adquiere su mayor sentido cuando se comparte con los demás, cuando se descubren sentimientos religiosos comunes que terminan por acercarnos a los distintos actos de culto, pasos procesionales y cofradías".

Aseguró que los componentes de las respectivas Juntas de Gobierno, "son las personas que mayor dedicación y entrega tienen a favor de su cofradía y las personas que más hacen por la Semana Santa de Melilla", por lo que animó a los melillenses a acercarse a cualquiera de ellas y "conocerán a grandes personas que se entregan a los demás", manifestó el pregonero.

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Jesús Andújar

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