Los pescaderos del Mercado Central protagonizaron ayer una protesta simbólica para denunciar la competencia desleal que lleva años azotando a estos trabajadores. Durante buena parte de la mañana imitaron a los vendedores ambulantes y sacaron sus mercancías a la calle, donde estuvieron ejerciendo su actividad. Según aseguraron, la situación se ha vuelto tan insostenible que algunos ya han echado el cierre a sus puestos, tras años de pérdidas y deudas. “Si la situación sigue así, mañana seremos nosotros los que vayamos vendiendo por el centro”, vaticinaron los trabajadores.
Los pescaderos del Mercado Central llevan años protestando por la venta ambulante que tiene lugar a escasos metros de sus puestos. Pero ayer aseguraron que la situación ya se ha vuelto del todo insostenible. Las pérdidas y las deudas ocasionadas por la competencia desleal ya han llevado a algunos trabajadores a echar el cierre, según pusieron de manifiesto sus antiguos compañeros.
"¿Para qué vamos a estar dentro si el pescado se venden fuera?", declararon hartos de una problemática que no hace más que acentuarse. Por este motivo, durante buena parte de la mañana de ayer dejaron sus puestos para salir a vender su mercancía en la calle en señal de protesta.
De este modo, una treintena de pescaderos pretendían reclamar la atención de la Ciudad Autónoma para que tome carta en la venta ilegal que tiene lugar a diario en las calles del Rastro.
"Muchas mañanas estamos en el Mercado Central mirándonos las caras los unos a los otros porque es que no viene nadie", comentaron indignados. Según pusieron de relieve, las ganancias apenas sirven para afrontar los gastos derivados de mantener el puesto como autónomo.
Gastos que no compensan
Entre la Seguridad Social, los impuestos locales o el alquiler del espacio en el mercado, cada mes se dejan en torno a 400 euros, según declararon. A esto hay que sumar los pagos trimestrales, que pueden llegar a rondar los 100 euros.
"Estos problemas no los tienen los vendedores de la calle. Si la situación sigue así, mañana seremos nosotros los que vayamos vendiendo por el centro", vaticinaron los pescaderos mientras ejercían su actividad a las puertas del mercado.
"Antes iban con cubos. Ahora vienen con la mercancía en furgonetas. Cada vez es más descarado y nadie hace nada", siguieron protestando los trabajadores.
La Policía Local interviene para poner fin a la protesta
Tras recibir el aviso, un amplio dispositivo de la Policía Local se personó en la entrada del Mercado Central mientras se estaba desarrollando la protesta simbólica. Tras escuchar la versión de los trabajadores, les advirtieron de que no podían ejercer en la calle la venta del pescado, por mucho que quisieran protestar.
Unos diez agentes fueron identificando uno a uno a los pescaderos. Tras anotar sus datos, pidieron a los vendedores que recogieran los puestos improvisados y volvieran a su lugar de trabajo. Así lo hicieron los pescaderos, que regresaron con su mercancía al interior del recinto.
