Al ver los escaparates llenos de juguetes en estos días previos a la Navidad, me viene a la memoría que hace ya bastante tiempo leí precisamente en este diario un artículo sobre cómo los niños se divertían en Melilla creando sus propios juguetes. En concreto, con unos carritos hechos con cajas de madera, cuerdas y juegos de bolos de acero, propios de ruedas de coche, posiblemente conseguidos en algunos talleres mecánicos y desguaces.
Lo cierto, es que el artículo me hizo gracia y generó en mí cierta curiosisdad mientras lo leía, pero pasadas unas horas, me dejó un mal sabor de boca. Y esto no se debía al artículo en sí, sino a que nos encontramos en la actualidad con un veinte por ciento de nuestra población infantil padeciendo depresión y también porque me barrunto que en el futuro nos vamos a encontrar con una juventud posiblemente muy bien informada de lo que pasa a su alrededor y potencialmente muy preparada académicamente, pero que será incapaz de cambiar el rumbo de su futuro.
Creo que nuestra juventud será incapaz de enfrentarse a nuevas situaciones que le sean conflictivas, sin generar conflictos, ya que para realizar esto se necesitará precisamente de aquello que nos define como humanidad y eso es la "creatividad". Desde mi perspectiva, para ser hombres y mujeres, tenemos que realizarnos como niños y niñas primero… y yo me pregunto… Los juguetes actuales ¿permiten que nuestros hijos se realicen como tales?… Cuando un niño en la actualidad aprieta un botón, la máquina lo hace todo. Para jugar al fútbol, el niño ya no se asocia con otros niños y decide en qué equipo desea jugar, precisamente porque entre ellos ya no crean, como antaño, sus propios equipos. Tampoco eligen el campo y el solar más apropiado para llevar a cabo sus ligas de barrio. Ya no hacen sus pistolas, ni hacen sus coches o son icapaces de coger un palo e imaginar que ese palo es la espada de un rey y hay que ser digno de llevarla. Ahora las muñecas hablan, caminan, las pistolas disparan y hacen ruido; ellos no lo hacen con la boca y a los futbolistas se les federa y decide por ellos, dónde y con quién tiene que jugar.
Yo no digo que volvamos a hacer cajas de madera y ponerles bolones para que anden en vez de ruedas. Eso yo no lo he vivido, pero me imagino que el contacto puramente metálico con el suelo tiene que hacer un ruido infernal. Yo no sé cómo las autoridades dejaban que los niños molestaran al vecindario de esa forma. Creo que juegos así son fruto de la pobreza y de la incultura. Sin embargo, si podríamos plantearnos la importancia que tienen los juegos de nuestros pequeños con miras al presente y al futuro, porque si estamos en una sociedad capitalista, donde la inversión es "vital" para el empleo y para la economía… no se trata solo de invertir, sino de invertir "¿en qué?" Y si nuestros jóvenes no trabajan para ahorrar en su juventud con la ilusión de crear proyectos, entonces el sistema se vendrá abajo, dejaremos de ser libres y por lo tanto nos convertiremos por naturaleza en gente deprimida.
Por eso, creo que debemos de buscar una línea intermedia de juguetes que les permita a nuestros pequeños ser creativos a la hora de jugar, "sin romper el asfalto, ni hacer un ruido endiablado… ¡Claro está!".
