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Le piden cuatro años de cárcel por agredir a un médico en el ejercicio de sus funciones

Los hechos ocurrieron el pasado 4 de abril en el ambulatorio de la zona centro

El Ministerio Público reclama cuatro años de cárcel para el individuo acusado de agredir a un médico cuando se encontraba en el ejercicio de sus funciones. Los hechos sucedieron el pasado día 4 en el ambulatorio de la zona centro. Según denunció el facultativo, el procesado le golpeó con su muleta en la oreja y le dijo que «no le importaba» darle «tres o cuatro cuchilladas» para estar en la cárcel. El acusado negó los hechos y aseguró que no pudo reconocer al doctor como autoridad por no vestir bata. Un individuo se enfrenta a la posible pena de cuatro años de prisión por agredir a un médico, presuntamente. Los hechos por los que ayer se sentó en el banco de los acusados del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla tuvieron lugar en el ambulatorio de la zona centro hace menos de dos semanas, el 4 de este mes.
Al procesado se le acusa por el presunto delito de atentado y de lesiones leves. Además de golpear en el rostro al facultativo, según los hechos denunciados, también amenazó con acuchillarlo varias veces. El encausado, sin embargo, negó que esto fuera así.
Según su relato de los hechos, acudió al centro de salud por encontrarse indispuesto. Iba en busca de un baño. Al preguntarle al perjudicado, este le empezó a gritar «de muy malas maneras», siempre según la versión del acusado. «Claro, me puse nervioso», justificó el individuo, aunque negó que le hubiera insultado o amenazado. Según sostuvo, desconocía que fuese médico porque no llevaba una bata.
Aseguró también que fue el doctor quien le quitó a él la muleta para golpearlo. «El de seguridad también me hizo daño, ahora tengo la rodilla más hinchada», agregó el individuo. Al ser preguntado por la fiscal si conocía de algo al denunciante, respondió que su cara le sonaba. «Me parece que lo conozco de la cárcel», manifestó.
Según reconoció en el juicio, el día de los hechos no siguió un tratamiento psiquiátrico que tiene recetado para controlar su epilepsia. Sin embargo, apuntó que sí consumió «unas cuantas cervezas».

La versión del doctor
El denunciante, por su parte, declaró que todavía se encontraba en el ejercicio de sus funciones como médico pediatra cuando sucedieron los hechos. Aunque apuntó que en ese momento no vestía bata, indicó que sí portaba una tarjeta identificativa.
Según recordó, el procesado se le acercó para preguntarle por la ubicación del servicio y él le respondió con total educación. Siguió hablando con un compañero y, entonces, siempre según su versión, el individuo le acusó de haberse «cagado en su puta madre». Cuando intentó explicarle que eso no era cierto, el acusado le golpeó en la oreja con la muleta.
El médico explicó en la vista que le quitó el soporte para que no pudiera seguir pegándole. «Me dijo que no le importaba darme tres o cuatro cuchilladas con el objetivo de estar en la cárcel», aseguró.

Testigos de los hechos
Un auxiliar administrativo fue testigo de la agresión, según afirmó en la vista. Indicó que estaba hablando con el facultativo cuando ocurrieron los hechos, por lo que presenció cómo fue agredido y amenazado por el acusado. Fue él quien dio la alarma al vigilante de seguridad del ambulatorio para que redujera al procesado. «El médico le retiró la muleta, pero ni le pegó ni nada», afirmó. Según apuntó, el doctor sí llevaba la bata puesta en el momento de los hechos.
Por otro lado, el vigilante de seguridad testificó que tuvo que intervenir para reducir al acusado y que este ofrecía gran resistencia. Declaró que él también fue testigo de la agresión al médico pediatra. Aunque admitió que no estaba muy seguro, dijo que el médico no llevaba puesta la bata, aunque sí tenía colgado un fonómetro que lo identificaba como doctor del centro. Asimismo, agregó que él también había recibido varias lesiones al reducir al acusado. «Estoy esperando el parte para hacer la denuncia», indicó.

Conclusiones
Tras escuchar todas las declaraciones, la fiscal aseguró que había quedado debidamente acreditado que el denunciante había sido agredido en el ejercicio de sus funciones. Por ello, pidió para el procesado la sentencia condenatoria. La defensa, por su parte, reclamó la sentencia absolutoria para su representado. Según expuso, la víctima no vestía bata para ser reconocido como médico ni tampoco se identificó como doctor, por lo que el acusado no tenía la voluntad ni conciencia de estar menospreciando a la autoridad.
La magistrada tendrá que dictar sentencia.

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Irene Quirante

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