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Columna abierta

La Psicología y el Día Internacional de la Mujer

Desde el Grupo de Trabajo de Psicología e Igualdad de Género del Colegio Oficial de Psicólogos de Melilla queremos aprovechar este Día tan importante, el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer para recordar, conmemorar y reivindicar la lucha por la plena igualdad entre hombre y mujeres desde el concepto de transversalidad en todos los ámbitos de la vida. A pesar de la fuerza de Grupos como éste o de cantidad de personas que incorporan en su día a día una lucha por la Igualdad, es cierto, que hoy la realidad cotidiana sigue siendo preocupante especialmente en sociedades como la nuestra.

Es importante por tanto, alzar la voz sin necesidad de ser sólo por medio de una mujer para decir clara y abiertamente que queremos y pretendemos la plena Igualdad de derechos y de un trato equitativo. Es importante reconocer el logro y la lucha que recorrieron muchas mujeres para conseguir que la igualdad fuese considerada como uno de los derechos fundamentales de la libertades de las personas. El desconocimiento de la historia nos condena a repetir los mismos errores y las mismas injusticias. La historia de la humanidad política, social, religiosa, económica, artística y cultural está viciada por la invisibilidad de la mujer. Es un día señalado en el que se han llenado las calles y las agendas de actos reivindicativos que proclaman la igualdad como eje fundamental y valor universal. Nosotros y nosotras no hemos querido quedarnos al margen del 8 de marzo porque consideramos que a veces, es necesario recordar a una sociedad entera que actualmente todavía la desigualdad tiene nombre femenino.

Reconocemos con orgullo y optimismo que es época de grandes cambios gracias a las políticas llevadas a cabo en los últimos años, sin embargo se sigue demandando que se las mujeres sean escuchadas, ya que representan el 51% de la población mundial y su participación es una situación de democracia y justicia. Las mujeres se han incorporado al mercado de trabajo pero siguen sin ocupar puestos de responsabilidad pues hoy en día la sociedad no está preparada para asumir la conciliación a grandes rasgos, de una manera práctica y realista. Por tanto ese rechazo de la mujer a conseguir una aspiración profesional y vocacional no es, en la mayoría de los casos, una opción personal sino una imposición atribuida por la implantación de los roles de género. Se responsabiliza a la mujer para buscar la medida de dicha conciliación y acaba optando por las soluciones que la ley le ha facilitado repercutiendo no sólo en la calidad y el bienestar social y económico sino en la productividad empresarial. Pero si hacemos un análisis del escenario en el que diariamente tienen que situarse las mujeres vemos que éstas combaten no sólo con la dura tarea del trabajo del hogar, la educación de los hijos y las hijas y el cuidado en la mayoría de las veces de los y las mayores, sino que tienen que enfrentarse a las duras criticas de una sociedad que las culpabiliza de su incorporación al mundo laboral y de ser causantes de la desestructuración de las familias, y del ambiente en el que crecen los niños y las niñas hoy en día.

Por todo ello en el día de hoy manifestamos: Que la igualdad es un derecho fundamental que conduce al desarrollo humano. Que la discriminación afecta a mujeres y hombres, llevándonos a un desarrollo vital incompleto en el que se nos hace seguir estereotipos.

Que la igualdad es posible pero requiere de la implicación de poderes públicos y de toda la sociedad a nivel individual y colectivo. Y lo más importante, manifestamos nuestro deseo de acabar con la Violencia de Género psicológica, económica, sexual, cultural y familiar. No queremos más muertes, así como no toleramos más amenazas, humillación, coacción o dominación a manos de sus parejas y exigimos una auténtica política de estado en materia de Violencia Machista. Exigimos que se cumplan los protocolos establecidos para erradicar una lacra que afecta diariamente a una población que no sólo se centra en la mujer, en muchas ocasiones lo sufren un colectivo invisible ante los ojos de la sociedad, y son los hijos y las hijas de las madres víctimas de violencia de género. Desde este Grupo de Trabajo, seguimos trabajando, cada uno desde su singularidad y desde su experiencia y conocimiento a favor de un cambio real hacia la igualdad plena, y manifestamos públicamente nuestro compromiso de lucha por la equidad social y contra la violencia, para así hacer posible entre todos una sociedad mejor, más justa e igualitaria.

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