Que la OPE no se convierta en un importante problema para turistas y melillenses es el principal reto para este año. En cuestión de algunas semanas veremos si el trabajo preparatorio de las dos administraciones ha servido para algo Queda poco más de un mes para que el 15 de junio se dé, oficialmente, el pistoletazo de salida a la Operación Paso del Estrecho (OPE) en toda España. Melilla es uno de los puntos donde se desarrolla este dispositivo con mayor intensidad, pues aunque no es uno de los puertos que abarca el mayor movimiento de pasajeros y vehículos, situación que se da en los puertos del Estrecho, sí es el que mayores crecimientos ha experimentado en los últimos años frente a una tendencia a la baja del resto de puertos que participan en la OPE.
Ese aumento de pasajeros y vehículos verano tras verano se ha traducido a su vez en una mayor actividad en los pasos fronterizos de Melilla, donde se vive una segunda OPE en los pasos fronterizos. Este año, esta operación especial que conecta Europa con África se vive como un auténtico reto, y así se palpa tras ver cómo la Ciudad Autónoma ha elaborado un plan especial para desviar el tráfico por General Astilleros y minimizar el impacto que estaba teniendo la OPE en los últimos años sobre la ciudad. Ayer, la OPE volvió a centrar la reunión de la Junta Local de Seguridad, con representantes de muchos más departamentos de lo habitual, que estuvieron abordando este asunto, entre otros, durante dos horas.
Está claro que Delegación del Gobierno y Ciudad Autónoma son conscientes de que la OPE este año se antoja más compleja que nunca por varios factores. El primero y fundamental, por el aumento del tráfico de pasajeros que se ha producido en el puerto de Melilla en los últimos años gracias, fundamentalmente, a la competencia entre navieras. Que haya tres compañías conectando esta ciudad con la península supondrá un mayor trasiego de pasajeros, muchos de los cuales van directamente hacia los pasos fronterizos para cruzar a Marruecos. Esto ya lo vimos el año pasado, aunque en el tramo final de la OPE, con la incorporación de Baleària cuando ya estábamos metidos en agosto.
Este año será más complejo porque esa operación de tres compañías será, si nada cambia, desde que empiece oficialmente el Paso del Estrecho el 15 de junio. Ese mayor tráfico de pasajeros y vehículos se producirá, por lo tanto, desde el inicio de la operación especial.
Otro factor fundamental que contribuirá a dar muchos quebraderos de cabeza en la OPE será, sin lugar a dudas, las obras del centro comercial de Valenzuela. Y aunque en un principio parecía que el problema sería mayor por la pérdida de espacio, finalmente la Consejería de Fomento ha encontrado varias parcelas que suman, entre todas, casi 500 plazas de estacionamiento, el doble que años anteriores. Buena señal porque mientras los coches estén en las bolsas de espera habilitadas, menos colapso habrá en los viales, y por ende, zonas más expeditas para los vecinos, que han tenido que sufrir en años anteriores los nervios y sonidos de claxon de quienes estaban atrapados en la cola para pasar la frontera.
Que la OPE no se convierta en un problema para turistas y melillenses, con todos esos factores añadidos que suponen más viento en contra, es el principal reto para este año. En cuestión de algunas semanas veremos si el trabajo preparatorio de las dos administraciones ha servido para algo.
