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La guerra de Rusia en Ucrania: Conflicto e historia. Slava Ukraini.

Conflicto.

El presidente ruso, Vladimir Putin dio inicio a la invasión de Ucrania, el 24 de febrero de 2022 a las 05:30 hora de Moscú, con un discurso dirigido a justificar su decisión al pueblo ruso. En ese mensaje mencionó, entre otros aspectos, la percibida amenaza de la expansión de la OTAN, la necesaria ocupación de Ucrania, la desnazificación, la defensa de los rusos y ruso parlantes en el país y una larga lección de historia.

Tras más de 14 meses de conflicto, ha fracasado en derrocar al gobierno ucraniano y por tanto en la supuesta desnazificación, ha logrado una incomparable cohesión en la OTAN, se ha demostrado que la OTAN nunca quiso un enfrentamiento directo con Rusia y tan solo ha conseguido conservar Crimea y extender la zona bajo dominio ruso en el este y sur del país. Además de tener que soportar todas las sanciones que se han impuesto a Rusia y a sus oligarcas.

Y unos aspectos de enorme trascendencia económica y de pérdida de poder geopolítico para Rusia. Sus exportaciones a occidente de gas y petróleo, además de otras materias primas, se han ido reduciendo significativamente y muy probablemente nunca se volverán a recuperar. Su tecnología se ha visto frenada por la falta de componentes electrónicos. Y el oso ruso ha demostrado con creces que tiene unas garras mucho menos grandes y afiladas que lo que nos habían hecho creer. La mesa de la multipolaridad, deseada por Rusia y China, tiene ahora una pata menos.

Por si todo ello fuera poco, la invasión ha logrado el efecto contrario al que deseaba, en cuanto a la unión de los pueblos. La nacionalidad ucraniana es ahora mucho más fuerte que antes de la invasión y, cada día que pasa, cada muerte, violencia o violación que Rusia hace en Ucrania, es mayor y menos reversible la separación entre Rusia y Ucrania.

Historia.

Putin enfatizaba en su discurso la unidad profundamente arraigada entre los eslavos orientales: rusos, ucranianos y bielorrusos, que tiene sus orígenes en la mancomunidad medieval de Kyivan Rus (862-1242). Fue una federación política medieval que comprendía la actual Bielorrusia, Ucrania y parte de Rusia, con capital en Kiev.

La invasión mongola, la denominada Horda Dorada, divide el Kyivan y crea en la zona norte el Gran Principado de Moscú, estado ruso que existió desde el siglo XIII hasta el XVI. El Gran Principado se formó en los territorios septentrionales del anteriormente existente Rus de Kiev, sin incluir a Ucrania, ocupada por los mongoles.

Le siguió históricamente el zarato, que existió desde 1547, con la toma del poder con el título de Zar por parte de Ivan IV el terrible), hasta la fundación del imperio ruso, por Pedro el Grande, en 1721. Inicialmente Ucrania no estaba incluida, pero las sucesivas conquistas de los zares fueron paulatinamente absorbiendo territorio ucraniano.

El Imperio ruso fue un Estado soberano que existió entre 1721 y 1917. Incluye el periodo  de la historia rusa que comprende desde la conquista de los territorios que se encuentran entre el mar Báltico y el océano Pacífico, iniciada por Pedro I, hasta la caída de Nicolás II y el posterior comienzo de la Revolución de 1917. En esa época fueron designados los territorios incluidos con los nombres de Rusia, la pequeña Rusia (Ucrania) y la Rusia Blanca (Bielorusia)

El terrible período comunista comprendido entre la Revolución de 1917 y los años finales de la década de 1980, en que se produce la política de “glasnost” (apertura) de Mikhail Gorbachev, es probablemente mucho más conocido por buena parte de los lectores.

La desintegración acelerada de la Unión Soviética, cuando la inmensa mayoría de las repúblicas que la conformaban se apresuraron a obtener su independencia, culmina en Ucrania con el referéndum de independencia celebrado en 1991, aprobada por el 92,3% de los votantes en todas las regiones del país.

La nostalgia por el Rus de Kiev y las tres rusias ha permanecido profundamente clavado en la mente de las clases dirigentes rusas pero, eso sí, moviendo la capital desde Kiev hasta Moscú. Tras la independencia ucraniana, el asesor de Yeltsin, Gennady Burbulis, comentó que «era inconcebible, para nuestros cerebros, para nuestras mentes, que la independencia de Ucrania fuera un hecho irrevocable».

Llama la atención el que Solzhenitsyn, laureado por su libro Archipiélago Gulag, en el que narra las horribles condiciones en que vivían en la Unión Soviética los presos en general y los presos políticos en particular, pidiera la formación de una «Unión Rusa» compuesta por el núcleo eslavo oriental de la Unión Soviética (Rusia, Bielorrusia, Ucrania y el norte de Kazajstán), mientras que los estados bálticos, del Cáucaso meridional y Asia Central se independizarían.

Ya durante una reunión, en 2008, con el presidente George W. Bush, Putin comentó que «Ucrania ni siquiera es un país».

Putin y la identidad imperial de Rusia.
En su discurso al principio citado, Putin de nuevo negaba la existencia de Ucrania como nación independiente. Describió a los rusos y ucranianos como «un solo pueblo». Afirmó además que el actual Estado ucraniano era una creación de la Unión Soviética y debería ser renombrado por su supuesto «autor y arquitecto», el líder bolchevique Vladimir Lenin.

Comprometidos con la idea del pueblo «totalmente ruso», las élites imperiales rusas creían que las potencias rivales estaban promoviendo deliberadamente el nacionalismo ucraniano y bielorruso, como una herramienta geopolítica para debilitar a Rusia.

“Hay una pequeña Rusia, no hay Ucrania… El movimiento ucraniano no es más que una reacción contra los abusos de la burocracia y del bolchevismo», dijo Putin.

La rapidez con que, en 2014, Rusia se apoderó de Crimea (donde la mayoría de la población es étnicamente rusa) reforzó las suposiciones rusas sobre la debilidad y la artificialidad del estado ucraniano y alentó a Moscú a emprender un esfuerzo similar en muchas de las regiones de habla rusa del este y sur de Ucrania.

Los sucesivos acuerdos de Minsk, en 2015, que trataban de conseguir un alto el fuego en el Donbas, el este del país, no fueron respetados, especialmente por los habitantes prorrusos del Donbas.

La arrogancia rusa se basó en la negativa a comprender no solo las raíces profundas de la identidad ucraniana, sino también la medida en que la propia Ucrania ha cambiado en los años posteriores al colapso soviético.

Las heridas históricas en el alma del pueblo ucraniano.

Quizás la más profunda, hasta la invasión de Crimea en 2014 y el inicio de la invasión del año pasado, fue conocido como el ‘Holodomor’ (1932-33) una hambruna ocasionada por las criminales políticas de Stalin, al imponer la colectivización de la producción agrícola y la requisa de la mayor parte de las cosechas. Fue un auténtico genocidio, especialmente para Ucrania, ya que de los aproximadamente 5 millones de personas que murieron de hambre en la URSS, 4 millones eran ucranianos.

El deseo de unir Ucrania a Europa y alejarse de Rusia, fue mayoritariamente manifestado con las demostraciones en la Plaza de la Independencia de Kiev (Maidan Nezalezhnosti) a finales de 2013.  

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Redacción

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