Un joven ha sido acusado este martes por un presunto delito de maltrato habitual y lesiones hacia una joven que fue su pareja en el momento en el que sucedieron los hechos denunciados. La Fiscal solicita tres años de cárcel por el delito de maltrato y nueve meses por las lesiones llevadas a cabo a la denunciante. El caso ha quedado visto para sentencia con el fin de estudiar las declaraciones realizadas y las pruebas aportadas en la vista. Fue hace unos cinco años cuando la joven de 19 años inició la relación con el acusado, una relación que algunas de las compañeras e incluso su madre que testificaron durante la vista celebrada este martes por la magistrada del Juzgado de lo Penal nº1, cambió de personalidad a la joven.
Uno de los sucesos que presenciaron algunos testigos ocurrió en abril del 2010 cuando dos amigos y la pareja salieron al Puerto Noray donde se inició una discusión entre ambos. Según la chica que les acompañaba, el acusado le insultó tras ella invitar a un compañero que se encontraba en el lugar. Tras iniciarse la discusión salieron hacia el aparcamiento donde varios testigos vieron como la golpeaba y continuaba insultándola. Lo mismo ocurrió cuando llegaron al apartamento donde se alojaban los cuatro jóvenes, aunque uno de ellos no recuerda haber visto que la golpease. La compañera de la joven que instó a que denunciara aseguró que la chica no quería "por miedo", al igual que una de las testigos que se encontraba en el aparcamiento a quien tras preguntarle a la joven que le ocurría, ésta "con cara de miedo" le dijo que nada tras sin embargo haber presenciado la trifulca”. Similares hechos ocurrieron en Málaga ciudad en que la joven estudiaba y a donde el acusado fue a visitarla. Tras una discusión la noche anterior en la que una de las compañeras escuchó como le insultaba y pegaba golpes en la puerta, al día siguiente la compañera de piso vio como el acusado gritaba desde el portal que le perdonara, encontrándose a la joven con hematomas en el cuerpo. A esto se suma como varias de las compañeras y también su madre testificaron como él la trataba como si fuese de su propiedad, la insultaba en un tono gracioso e incluso delante de familiares o como la controlaba cuando estaba en la universidad en la que no se socializaba con nadie tras los sucesos en el piso y adonde él la llevaba y la recogía.
La fiscal solicita tres años de prisión por maltrato habitual y 9 meses por los delitos de lesiones, debido a la coherencia de la mayoría de relatos de los testigos, frente a las del acusado. Por su parte, el letrado de la defensa ve al contrario una incoherencia entre las diferentes declaraciones de los testigos y cree que no existen pruebas médicas objetivas que certifiquen daños físicos o psicológicos, y es que la joven no denunció durante la relación sino posteriormente. Por su parte, el letrado alude a un conflicto entre la madre de la denunciante y el acusado, al ser ella quien animó a su hija a denunciar, a pesar, insistió la defensa, en haber apoyado la relación –lo cual niega la madre– en ocasiones con regalos para ambos como un viaje a EEUU.
