Un hombre se enfrenta a la posibilidad de ingresar en prisión por un periodo de dos años como acusado de un presunto delito de robo con violencia e intimidación en grado de tentativa. Según se denunció, el procesado se presentó en un comercio de La Cañada con una catana y en compañía de personas con armas. Supuestamente trató de robar al querellante y, cuando este se dio a la fuga, destrozó el local y el vehículo del hermano. El Ministerio Público pide 2 años de prisión y una multa de 7.200 euros para el procesado por el presunto delito de robo con violencia o intimidación en grado de tentativa. Los hechos fueron denunciados en agosto del año 2010 tuvieron lugar en una tienda de alimentación situada en la calle Pegaso, en la barriada de La Cañada.
El querellante se encontraba trabajando en el comercio cuando, según declaró ante la Policía Nacional, el acusado apareció portando una catana y en compañía de otros individuos armados con cuchillos y hachas. Aunque la víctima no compareció en la vista por encontrarse trabajando en Holanda, se procedió a la lectura de su declaración en fase de instrucción.
"Dame 10 euros o te voy a matar. Te voy a cortar la cabeza", fue lo que le dijo presuntamente el acusado. Entonces, según la versión de la víctima, logró zafarse de él arrojándole un mueble. Así, consiguió huir del lugar. No obstante, según denunció, el procesado reaccionó destrozando el establecimiento comercial. También acusó al individuo de arremeter contra el vehículo de su hermano, que se encontraba aparcado en la puerta del comercio.
El acusado, por su parte, negó que lo denunciado fuera cierto. "Qué va, para nada", respondió al fiscal cuando le preguntó si se presentó en el comercio armado con una catana. "Yo nunca he robado a nadie", agregó el procesado que, además, afirmó que era amigo del querellante y vecino de la zona. Tampoco admitió que destrozara con la catana el automóvil del hermano del denunciante.
El vehículo del hermano
El hermano de la víctima y propietario del vehículo sí prestó declaración en el juicio. Según sostuvo, su coche lo destrozaron unos niños lanzándole piedras. Así, aseguró que nadie le comentó que el acusado hubiera tenido algo que ver con los daños de su automóvil.
Por otro lado, declaró uno de los agentes de la Policía Nacional que se personó en el establecimiento comercial el día de los hechos. Según comentó, tomaron declaración al denunciante y encontraron el comercio y el vehículo dañado.
Tras escuchar todas las declaraciones, el letrado del acusado solicitó la sentencia absolutoria para su representado, incidiendo en la falta de pruebas solventes para incriminar a su cliente. El fiscal, por su parte, mantuvo la petición de la sentencia condenatoria. La magistrada del Juzgado de lo Penal núm. 2 decidirá.
