Vayan por delante mis excusas por invadir este albero mediático, del que tan buenos cronistas hay en esta tierra, pero ahora que parece que vuelven las corridas de toros -con público, lo que no deja de ser un agravio comparativo para el deporte de categoría nacional y profesional-, puede ser útil recuperarlas y sus recompensas; y ello lo hago en posible alegoría de la estrategia de vacunación frente al COVID-19, teniendo en cuenta que a la “faena" aún le queda mucho por acabar, habrá entonces que referirse a los pasos y tercios consumidos.
Tras la preceptiva fase de capote -que logró el cansancio de la población-, y que fue desaseada y deprimente, con mucho más capote de paseo (de foto galería) que de brega, y donde el sobresaliente Illa decepcionó; también pasó el tercio de varas -durísimo fue soportarlo con la segunda y tercera olas epidémicas-, y las pugnas con las farmacéuticas rompieron el deseable ritmo de la faena, pasando por ello del silencio a los pitos en este tercio. Estamos ya en el tercio de banderillas -no bastarán tres pares sino millones de ellas y bien puestas-, y como claramente está sobrepasado el tiempo, el presidente va a dar el primer aviso, por lo que el abucheo es seguro.
En la población hay división de opiniones -sigo con el símil taurino-, unos están por el silencio hastiado, otros por el abucheo escandaloso, e incluso hay quién saca el pañuelo no sé si para rendirse y que esto acabe, o para que devuelvan a los toriles al toro ¡y a la cuadrilla!
Y es que sinceramente, el proceso de la vacunación ha estado, está y estará inmerso en muchas contradicciones cuando no francos errores, desde la caótica contratación por la Unión Europea -por la que repito espero dimisiones y/o ceses-, hasta la aplicación libérrima de la estrategia nacional por parte de las autonomías -otro daño calculado más al estado de las autonomías-; y aunque es cierto que el proceso ha estado presidido por los fallos logísticos en la llegada de las suficientes dosis -de la que nuestro gobierno no es responsable-, de nuevo la falta del transparencia y de liderazgo han puesto en riesgo la confianza ciudadana en las vacunas.
Ya dije que este espacio de opinión quiere alejarse del debate político, y para ello qué mejor que utilizar opiniones contrastadas como referencia de mis afirmaciones, sirva el ejemplo del retraso -uno más de la larga lista del gobierno-, en la decisión de administrar la segunda dosis a los vacunados con Astra Zeneca; y ello cuando la Agencia Europea del Medicamento, la O.M.S., la Organización Médica Colegial, la Sociedad Española de Inmunología, etc… ¡y miles de afectados¡, se han posicionado a favor de ello. Y digo yo, ¿porqué no dejan que los ciudadanos afectados, desde una opinión informada responsable decidan?.
La coartada del estudio COMBIVAC del I.S. Carlos III sobre los efectos de poner como segunda dosis otra distinta, tiene muchas lagunas metodológicas que le quitan cualquier atisbo de validez en sus conclusiones. Y no lo digo yo, sino muchos profesionales expertos y reputados, sirvan de ejemplo el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología o el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología.
En esta búsqueda de la necesaria fundamentación de las medidas -siempre exigible en la gestión pública-, no es de recibo que la ironía fuera el marco de referencia-en el último pleno de control- en la respuesta a VOX del consejero Mohamed, sobre la base científica de las propuestas de este partido; hay que recordar la última lista de medidas por parte de Salud Pública, cuyo fundamentos científicos fueron más que dudosos, y desde luego no justificaban el recambio de las dadas 72 horas antes -sin que ello suponga el compartirlas-. Es más, tuvieron una apariencia nítida de hechas para impedir la concentración del sector hostelero, objetivo que se logró.
No obstante, y después de que en abril se hayan administrado las mismas dosis que en el trimestre anterior, parece que empieza a haber más luces que sombras y la vacunación ha cogido ritmo por fin. La llegada masiva de Pfizer y el desbloqueo de Astra Zeneca, junto a las nuevas Novavax y CureVac, pueden lograr algún “premio” a la faena, al menos el saludo desde los medios, e incluso la vuelta al ruedo!
N.A.- A la insatisfacción por el estado de progreso de la vacunación en Melilla, contribuyen hechos como que aún haya docentes no vacunados, o que el personal no docente de los centros educativos de la ciudad -tanto los dependientes del MEC como de la Universidad de Granada-, sigan sin ser vacunados; ello, además de ser injustificable epidemiológicamente, el que no se haya realizado incumple la estrategia estatal de vacunación, y con el tiempo debido los estudios sacarán a la luz aquellos casos producidos por este dislate.
