Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Carta del Editor

La estabilidad política sólo se sostiene con la estabilidad económica

Me permito insistir en que a menudo apetece rendirse, dejar de luchar, dejar que te avasallen, dejar de tratar de evitar que quemen tu coche a la puerta de tu casa y queden impunes autores e inductores, soportar denuncias falsas consecuencia de luchas políticas que te son ajenas. Pero vuelvo a insistir en que, a pesar de todo ello, tenemos que seguir luchando, tenemos la obligación moral de hacerlo, de poner nuestro granito de arena para mejorar el mundo y sus cosas, empezando por lo que tenemos más cerca, que es Melilla. Oigo en una radio, el pasado domingo, Día Mundial del Libro, que le han dado un gran premio internacional a una profesora norteamericana que ha logrado que sus alumnos sean los que más libros leen en aquel país y no sé si también en el mundo. Le preguntan por la clave de su logro y contesta que simplemente lo que ha hecho es llevar a sus alumnos a la biblioteca del colegio y allí pedirles que elijan y lean el libro que ellos quieran, no los que la profesora quiere.

La libertad de elegir ha tenido, una vez más, un éxito clamoroso, como preveía y defendía el premio Nobel de Economía del año 1976, Milton Friedman en su libro más famoso, precisamente Libertad de elegir, que escribió junto con su esposa, Rose, y en el que defendía, con todo tipo de datos y de referencias históricas, que la única manera de generar estabilidad política es sostenerla con la estabilidad económica y que esta sólo la produce el libre mercado, la libertad de elegir. "La libertad económica es un requisito esencial de la libertad política", aseguraba Friedman, y la profesora norteamericana a la que citaba al principio nos acaba de demostrar, una vez más, la veracidad de esa bonanza de la libertad de elegir. En sentido contrario, el régimen comunista de Venezuela nos demuestra también, y a diario, la verdad factual de que sin libertad no hay progreso ni estabilidad política, lo cual nos da pie a la esperanza de que un régimen tan lamentable como el de Maduro no durará mucho y la no menor esperanza de que un partido como el Podemos de Pablo Iglesias (¡qué apellido tan poco apropiado para él!) tampoco durará demasiado, a pesar de todos los innegables problemas y deficiencias de la política y los partidos políticos españoles actuales.

El respiro que la comunidad europea más desarrollada, y más libre, ha dado con el más que previsible triunfo final del liberal Emmanuel Macron en las elecciones francesas es otra demostración más de que el atractivo de la libertad no cesa, que el ansia de libertad es consustancial con la naturaleza humana. ¿Conseguirá Macron eliminar la burocracia excesiva y superflua para lograr mayor libertad empresarial? Esa es la pregunta básica, porque la respuesta positiva implica el éxito de una nueva política, liberal, en un país tan anquilosado, y tan importante, como Francia, mientras que la respuesta negativa sería la vuelta al pasado, a políticas conservadoras y/o socialistas (especialmente estas últimas) que han llevado, como el resultado de las elecciones previas en Francia ha demostrado, a un hartazgo ciudadano generalizado.

Por supuesto que la misma pregunta, cambiando de personajes, se podría y debería hacer en Melilla: ¿será posible eliminar la burocracia excesiva, superflua, paralizante y casi paralizada, para lograr en nuestra ciudad mayor libertad empresarial, mayor libertad en general, sabiendo que la libertad es un todo, que cualquier cosa que la reduce en una parte de nuestras vidas la afecta en otras partes?. Yo creo que sí, creo que no será fácil y que hay que sumar los máximos apoyos posibles, pero que se conseguirá más libertad, menor intervención burocrática y el consiguiente e imprescindible desarrollo de Melilla. Nos va la vida, la vida de la ciudad y nuestra vida en ella (en una Melilla libre y desarrollada).

Un auto judicial mucho más importante de lo que parece
A propósito de lo que publicamos el pasado miércoles sobre el auto de la Audiencia Provincial ordenando al Juzgado de Instrucción que prosiga la investigación sobre la denuncia que presentamos contra un capitán y un cabo de la Guardia Civil en funciones de policía judicial – por practicarnos la denigrante "reseña", reservada a los detenidos, no a los investigados, como fue nuestro caso, y que es "una acción susceptible de ser reputada delito contra la integridad moral"- un asiduo lector de nuestro periódico me envía el correo que a continuación reproduzco y cuyo contenido coincide con todos, absolutamente todos, los comentarios que me han hecho llegar los ciudadanos melillenses, incluyendo aquellos a los que también se aplicó -por las mismas denuncias falsas, como el tiempo demostrará- la "reseña" y a pesar de que no se han atrevido, o querido, denunciar a los que la ordenaron. El correo dice: " Me alegro muchísimo de este auto de la Audiencia. Resulta claro y a mi entender un definitivo reconocimiento del delito cometido por el impresentable capitán y su séquito, que además dañan gravemente a la honorabilidad de la Guardia Civil…Enhorabuena y ánimo (esto último es para que tus espías tengan constancia de mi apoyo)".

Me permito insistir en que a menudo apetece rendirse, dejar de luchar, dejar que te avasallen, (que te conviertan en vasallo, incluso aquellos a los que pagas para que te protejan), dejar de tratar de evitar que quemen tu coche a la puerta de tu casa y queden impunes autores e inductores, soportar denuncias falsas consecuencia de luchas políticas que te son ajenas, tener que aguantar y seguir pagando a los que te dañan injustamente y además te denuncian, sufrir a los ladrones y a los prepotentes sobresubvencionados que presumen de una independencia que no tienen y creen que los demás somos (como el ladrón) de su misma condición y así un largo etcétera, que evito para no cansar a los lectores. Pero vuelvo a insistir en que, a pesar de todo ello, tenemos que seguir luchando, tenemos la obligación moral de hacerlo, de poner nuestro granito de arena para mejorar el mundo y sus cosas, empezando por lo que tenemos más cerca, que es Melilla.

Posdata. La presentación a empresarios locales y miembros del Foro Melilla de la Sociedad para el Desarrollo de Melilla (SODEMEL) ciertamente marcará un hito en la historia económica de nuestra ciudad. A 31 personas invitamos y 31 acudieron. Todos coincidimos en que la economía de Melilla tiene que cambiar y que el impulso del cambio y el consiguiente desarrollo debe venir de lo privado, de los empresarios, no de la administración pública, que ha de ser un colaborador del desarrollo, no un obstáculo. Todos hablaron claro y con absoluta libertad. Todos sabemos que son necesarios nuestros apoyos. A todos les agradezco su colaboración, les insisto en que es imprescindible y les transmito mi convencimiento de que sí podemos desarrollar Melilla, un convencimiento muy reforzado tras ese hito que fue la reunión del jueves.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€