Como marca ya la tradición de la hermosa Semana Santa melillense, en la jornada en la que se instituyó la Eucaristía, el siempre conmovedor Jueves Santo, Melilla volvió a ser reflejo de lo que debe ser la celebración del día del amor fraterno gracias al acto de liberación de un preso que por decimoquinta ocasión desarrolló la Cofradía del Cautivo en su estación de penitencia. El beneficiado de esta medida de gracia es un hombre de religión cristiana que cumplía una pena de tres años y un día por un delito contra la salud pública. El ya ex recluso será tutelado durante un año por la Cofradía y por el Voluntariado Cristiano de Prisiones para ayudarle en su reinserción sociolaboral. A las cuatro y cuarto de la tarde se producía la llamaba a las puertas de la Casa Hermandad de la Cofradía del Cautivo junto a la parroquia de Santa María Micaela, para iniciar así su salida procesional del Jueves Santo. En las inmediaciones del Hospital Comarcal decenas de melillenses se congregaron para ser testigos del acto. La Banda de Música acompañó con el himno nacional la salida del trono, que como la quilla de un barco, desde el interior de la Casa Hermandad, entraba en una marea humana que se arremolinaba a su alrededor.
Unos veinte minutos después, la segunda llamada a la puerta para que la Virgen del Rocío abandonara el refugio de estas cuatro paredes de la casa hermandad, portada por una cohorte multicultural en la que se encontraban hombres y mujeres melillenses. La Cofradía del Cautivo, como viene ocurriendo desde hace cuatro años contó con la participación voluntaria como portadores de un total de 21 internos del Centro Penitenciario: 10 de régimen interno y unos 11 de tercer grado.
Centro Asistencial
Una vez en la calle, el Cristo y la Virgen iniciaron su estación de penitencia con sus varales cuajados de portadores y costaleros. Antes de arrancar, varios padres ofrecieron a sus hijos a los santos titulares para que recibieran su bendición. Una vez iniciado el difícil camino de descenso hasta la carrerea oficial, la Cofradía se dirigió al Centro Asistencial, con la misión de cruzar casi de rodillas el Puente de los Alemanes, para visitar a los mayores.
Allí, se ofreció una hermosa oración a los santos titulares por parte de varios residentes, al tiempo que la cofradía entregó a todos los mayores, una reproducción del Cautivo para la mesita de noche. Entre rezos y vivas se desarrolló un acto siempre emotivo en el que los mayores dirigen palabras de cariño al Cristo, al que piden que vele por ellos.
Liberación
La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo pudo cumplir con la tradición instaurada hace quince años de lograr la liberación de un interno del Centro Penitenciario en Semana Santa que, por mediación de la Hermandad y por decisión del juez de Vigilancia Penitencia, accede al tercer grado y a la libertad condicional. Siguiendo la fórmula establecida desde el año 2001, el secretario judicial dio lectura, ante los congregados en plena Avenida Juan Carlos I y el propio reo vestido de penitente, del auto de liberación.
En el preámbulo, el documento deja patente que el acto de liberación se ha convertido, tras quince años de vida, en "una tradición consolidada". Además señala que las dos organizaciones, como son la Cofradía y el Voluntariado de Prisiones que son los que formulan la petición de liberación y que tutelan al liberado durante un año, "se constituyen en eficaces colaboradores de la Administración Penitenciaria en orden a la reinserción social del preso que cada año, con tal motivo se libere, y de lo que muy buena prueba han dado con ocasión de las liberaciones de este tipo ocurridas en años anteriores". Se destaca también que "esta extraordinaria manera de contribuir a la reinserción de un preso ha merecido tanto el respaldo de la sociedad melillenses desde sus comienzos, como el reconocimiento de la Administración", ya que en 2002 se le concedió a la Cofradía y al Voluntariado, la Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario.
En esta ocasión el reo beneficiado es J.A.C., un hombre melillense de religión cristiana que fue condenado por un delito contra la salud públicas a la pena de tres años y un día de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena y multa de medio millón de euros con responsabilidad personal subsidiaria de 30 días de privación de libertad en caso de impago y al pago de las costas procesales. El penado, sin responsabilidad civil, inició el cumplimiento de su condena, por la que estuvo 90 días preventivamente privado de libertad, el 4 de febrero de 2014 y la extingue el 5 de diciembre de 2016, cumpliendo las dos terceras partes de su condena el 25 de noviembre de 2015. No obstante, fue clasificado en tercer grado el pasado junio.
Excarcelación
También se incluye en el expediente, amén del objetivo de reinserción social que recoge y propugna la Constitución Española, que el penado en cuestión se beneficiará de esta medida de excarcelación, además de estar en el tercer grado, por otros añadidos como "venir observando una intachable conducta, escasa peligrosidad social y bajo riesgo de reincidencia, carencia de responsabilidades civiles y sus circunstancias familiares". La excarcelación se hizo efectiva ayer, en este acto en plena Avenida.
El auto reconoce que "se concede, por petición de la Cofradía del Cautivo, el beneficio extraordinario de la libertad condicional adelantada al cumplimiento de las dos terceras partes de su condena, al penado cuya excarcelación" se hace efectiva el Jueves Santo, "fecha en la que la Cofradía y el Voluntariado de Prisiones, de forma coordinada con los servicios sociales penitenciarios comenzarán, durante el plazo de un año, a tutelar a dicha liberada, prestándole su apoyo moral, auxiliándole en sus necesidades conforme al diagnóstico de necesidades que se recoge en su informe, todo ello en la medida de sus posibilidades, y en definitiva, ayudando a dicha liberada para que se reinserte en la sociedad y en lo sucesivo pueda llevar una vida honrada en libertad". El ya ex interno, no tendrá que ir a dormir al centro penitenciario hasta el final de su condena, aunque deberá acudir cuando sea llamado para cualquier tipo de control o entrevista.
Tras la lectura del acta de liberación, el ex recluso, vestido con la túnica y el capirote de la Cofradía del Cautivo, golpeó la campana del trono. En ese momento, los portadores elevaron al cielo a Jesús Cautivo. De los ya quince liberados hasta ahora, se cumple la proporción de ocho personas de religión cristiana y siete de religión musulmana. Del total, sólo tres mujeres se han beneficiado de la medida, la primera en 2002, la segunda en 2007 y la tercera en 2014.
