Cuando al fin se ha conseguido esa compatibilidad entre la obra y la protección de la patella, es hora de que se sumen a la ampliación del puerto aquellos que han mostrado de forma histórica sus reticencias hacia este proyecto. Es evidente que quienes se han opuesto sistemáticamente a esta obra se han quedado sin argumentos cuando no se va a ver afectada ninguna lapa, y además se van a poner medios para ayudar a su proliferación. Ya no hay excusa para no apostar por este proyecto vital para Melilla El proyecto para ampliar el puerto comercial de Melilla está un poco más cerca porque el principal escollo al que se enfrentaba esta obra, el impacto medioambiental, parece haberse resuelto. La Autoridad Portuaria de Melilla ha encontrado una fórmula con la que no se verá perjudicado ninguno de los 35.034 ejemplares de la patella ferruginea que viven en la costa melillense, 24.251 de ellos en la escollera del puerto.
Esta solución por la que finalmente se ha optado para la ampliación del puerto consiste, como explicó el presidente de la entidad, Miguel Marín, en la instalación de un puente arco de 50 metros de longitud a través del cual se unirá la escollera con la parte ampliada del puerto comercial. De esta manera, las lapas que viven en la escollera del espaldón del puerto seguirán teniendo su hábitat garantizado porque no se tocará ni un palmo del dique, los cimientos estarán en la parte seca y, además, existirá una distancia suficiente entre éste y la parte ampliada del puerto para las corrientes marinas, también necesarias para la supervivencia de las lapas.
La Autoridad Portuaria va más allá en ese objetivo apostando por un diseño de la ampliación del puerto que favorecerá incluso la proliferación de esta especie protegida. Para ello, aprovechará la parte ampliada que quedaría frente a Melilla la Vieja para reproducir 400 metros en talud con la inclinación y la rugosidad que necesita la patella.
Llegar a esta fórmula del puente arco no ha resultado fácil, ha costado años de trabajo para tratar de compatibilizar un proyecto necesario e importante para el futuro de Melilla como es la ampliación del puerto, con otra premisa fundamental como es la protección del Medio Ambiente, máxime cuando se trata de una especie en peligro de extinción como es la patella ferruginea, que tiene en Melilla las condiciones necesarias para que no se pierda. Antes de encontrar esta solución con la que ningún ejemplar de esta lapa se ve afectado, ha sido necesario desechar otras cinco alternativas en las que sí se perdía parte de la población de patellas en mayor o menor medida.
Por eso, cuando al fin se ha conseguido esa compatibilidad entre la obra y la protección de la patella, es hora de que se sumen a la ampliación del puerto aquellos que han mostrado de forma histórica sus reticencias hacia este proyecto. Es evidente que quienes se han opuesto sistemáticamente a esta obra se han quedado sin argumentos cuando no se va a ver afectada ninguna lapa, y además se van a poner medios para ayudar a su proliferación. Ya no hay excusa para no apostar por este proyecto vital para Melilla.
