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Imbroda: «Que las luces de Januká y la luz de Belén iluminen a los melillenses»

Imbroda entregó una placa a los representantes de todas las comunidades
(Autor: Guerrero)

El Hotel Tryp Melilla Puerto acogió ayer el séptimo acto institucional organizado, a través de la Viceconsejería de Festejos y la Comunidad Israelita melillense, para celebrar el Januká, la fiesta de las luces. En el acto, el presidente de la Comunidad Israelita, Jaime Azancot afirmó que si Januká fue un milagro, Melilla es «otro milagro» que muestra al mundo que es posible la convivencia entre comunidades». El presidente Juan José Imbroda pidió porque las luces de Januká y la luz de la Paz de Belén, luminarias que coinciden en estas fechas, iluminen a los melillenses.

Como inicio de la velada, el rabino principal de Melilla, Yamin Bitán, procedió al encendido de las primeras luces de la janukía, el gran candelabro ceremonial utilizado en esta fiesta, acompañado por el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda y el de la Comunidad Israelita, Jaime Azancot. También se invitó a participar en el encendido al delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani y al comandante general, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu.

Milagro
El presidente de la Comunidad Israelita, Jaime Azancot, explicó que la fiesta del Januká, la de las luces, recuerda cuando los macabeos reconquistaron el templo de Jerusalén y expulsaron a los griegos en el siglo dos antes de nuestra era. Para celebrarlo se buscó aceite para encender las luces de la janukía pero sólo encontraron un dedal que serviría para un día, pero milagrosamente duró ocho, tiempo suficiente para completar el proceso de extracción de aceite puro de las aceitunas. Señaló que si los judíos hubieran perdido esa guerra, hubiese desaparecido el monoteísmo, y algo que une a las tres grandes religiones, dejando al margen las diferencias teológicas, como es que «la vida tiene un sentido».
Afirmó que se conmemora «un gran milagro» ocurrido hace dos mil años, como «milagro» dijo que es también Melilla por «su ejemplo de convivencia y respeto». «La luz de Jauka viene a iluminar la oscuridad y ayuda a fortalecer el alma. En Melilla esta fiesta se celebra en paz y convivencia, unidos, siendo un ejemplo de que la armonía entre las culturas es algo natural y es posible, por lo que tenemos que protegerlo».
Azancot felicitó al presidente Imbroda por «su apoyo a las culturas melillenses» y a Festejos por organizar eventos como el de ayer.
Tras los discursos y antes de que los asistentes degustaran dulces típicos de estas fiestas en la comunidad israelita local, el numeroso público pudo disfrutar del espectáculo «Esencias de Sefarad», a cargo del dúo musical formado por Paco Díez y Raúl Olivar, que vino a poner un magnífico broche final a la velada.

Luminarias que unen culturas

El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda señaló que Januká judío se inició este año el 24 de diciembre, fecha señalada para la comunidad cristiana. Ambas luces, la de januká y la de la paz de Belén se unen «para iluminar el interior, para iluminar el futuro y para iluminar a los melillenses». Afirmó que estas luminarias contribuyen a marcar el camino «para que la paz, la solidaridad y el respeto se mantengan», por lo que apostó porque no se extingan estas llamadas, porque contribuyen a «que las religiones se integren y Dios nos una a todos, aunque recemos en distintas lenguas». Aseguró que, en este sentido, los melillenses «lo estamos haciendo bien» por lo que mostró su deseo porque «esta luz ilumine a los melillenses y siga durante siglos». «Que Dios y las luces de januka y Belén nos iluminen para hacer entre todos una Melilla más grande», afirmó.

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Jesús Andújar

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